Los dos secretos del look brillante de Michelle Obama
Su body de piel sintética y el patronaje perfecto del conjunto que luce esconden dos secretos que vamos a desvelar en 3,2,1...
Jill Biden se caracteriza por haberle dado al código del armario ‘first lady’ un giro carente de estridencias y titulares, mientras que las máximas de Melania Trump eran abrazar la moda más aspiracional sin hacer caso de las críticas y sin tener jamás en cuenta las convenciones. Sin embargo, el vestidor de Michelle Obama en su paso por la Casa Blanca sí se esforzó por apoyar siempre a la moda americana y, en especial, a los diseñadores emergentes, y tras haberla abandonado, ha convertido a su armario en un despliegue de moda ‘made in USA’ al que ha sumado, tras haberse liberado de las exigencias estéticas que trae consigo el papel de primera dama, los elementos más glamurosos de las tendencias.
Para el lanzamiento de la campaña navideña de Saks que apoya a la Girls Opportunity Alliance de la Fundación Obama, Michelle ha elegido un conjunto del ganador del premio CFDA al diseñador ‘womenswear’ americano del año, Christopher John Rogers, firma por la que Kamala Harris se decantó en el acto inaugural de Joe Biden. Fue tras presentar su colección otoño-invierno 2019 en la pasarela de moda de Nueva York cuando recibió un mensaje en Instagram de la estilista de Michelle, Meredith Koop, indicando que le quería encargar un look para que luciera en el tour promocional de su libro, ‘Becoming’. Michelle ha hecho gala de su saber hacer fashonista al haber elegido un abrigo maxi y unos pantalones brillantes con motivos metálicos, y por más que este diseño sea impactante, en realidad es el body que lleva la prenda más llamativa. ¿La razón? Lejos de ser un simple body negro, se trata de un diseño de cuello alto de cuero vegano diseñado por Amina Muaddi x Wolford. El primer secreto de su look cuesta 400 euros, está confeccionado en piel vegana de color negro y posee unas costuras esculturales que favorecen las formas femeninas.
Las botas que lleva son el diseño de Stuart Weitzman que lució en la gala inaugural de Biden, y accesoriza el look con joyas de Kenneth Jay Lane. Pero el secreto mejor guardado de su outfit no es ni el body de cuero vegano fruto de una de las colaboraciones menos conocidas pero más deseadas por las 'fashion insiders', sino el motivo por el que su traje de Christopher John Rogers le sienta como un guante. Y no se debe únicamente al trabajo de su estilista, la incombustible Meredith Koop, sino a Christy Rilling, que se encarga de arreglar sus looks para que sean a medida.
Su atelier, situado en Manhattan, lucha por la sostenibilidad y únicamente produce diseños 'made to order'. “Siempre he apreciado la maestría del trabajo de Christy. Su atención a los detalles y su exquisito patronaje siempre me hacen sentir segura y bella lleve lo que lleve. Con sus años de experiencia, su nueva línea de prendas ‘custom’ son un soplo de aire fresco para los armarios de las mujeres”, explicó Michelle Obama, que la contrató como su sastre particular en 2010 y que confió en ella durante los siete años siguientes en su paso por la Casa Blanca. Royals, celebridades y figuras de la política confían en Christy Rilling, que nos hace comprender la razón por la que sus looks les sientan siempre de forma impecable: porque ella se encarga de adaptarlos a sus siluetas.
Jill Biden se caracteriza por haberle dado al código del armario ‘first lady’ un giro carente de estridencias y titulares, mientras que las máximas de Melania Trump eran abrazar la moda más aspiracional sin hacer caso de las críticas y sin tener jamás en cuenta las convenciones. Sin embargo, el vestidor de Michelle Obama en su paso por la Casa Blanca sí se esforzó por apoyar siempre a la moda americana y, en especial, a los diseñadores emergentes, y tras haberla abandonado, ha convertido a su armario en un despliegue de moda ‘made in USA’ al que ha sumado, tras haberse liberado de las exigencias estéticas que trae consigo el papel de primera dama, los elementos más glamurosos de las tendencias.