Las mujeres en la vida del papa Francisco: de su primera novia a las que inspiraron su camino
El papa Francisco fue, en muchos sentidos, ha sido un pontífice marcado por lo femenino: por la compasión, la escucha, el cuidado del otro, y quizá también por las mujeres que formaron parte de su vida
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Antes de convertirse en el líder espiritual de más de mil millones de católicos, Jorge Mario Bergoglio fue un joven argentino de barrio, con sueños, dudas…
Y también tuvo una novia, Amalia Damonte. La historia sentimental acabó porque los padres de la chica se opusieron firmemente. Un drama para la pareja, y Jorge Bergoglio, le juró: “Si no me casaba contigo, me hacía cura”, según él mismo reveló en una entrevista.
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No fue una simple frase romántica: era una declaración de intenciones. La decisión de dejar atrás el amor terrenal por el amor divino marcó el inicio de un camino que lo llevaría, décadas después, a ocupar la silla de Pedro. Amalia sigue viviendo en Argentina, fue el único gran amor conocido del que con los años sería el Papa Francisco. Y mantienen, por lo que cuentan en Roma, contacto por carta. Pero esa joven de su adolescencia no fue la única mujer significativa en su vida.
La madre que lo crio
Regina María Sívori, su madre, tuvo un papel fundamental en la educación de Bergoglio. Nacida en Buenos Aires, pero de origen italiano, Regina era una mujer de carácter firme, profundamente católica y protectora. De ella heredó su devoción mariana y su capacidad de escucha. Fue ella quien, tras una grave neumonía en su juventud, lo cuidó durante meses y alentó su recuperación, marcándolo profundamente.
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La profesora que encendió su vocación
En su etapa escolar, una maestra influyó de forma decisiva en su forma de ver el mundo. El joven Jorge Mario era inteligente pero reservado, y fue gracias a una profesora del colegio salesiano donde estudió que empezó a abrirse al pensamiento crítico y a la reflexión teológica. Aunque su nombre no ha trascendido, él mismo ha mencionado que fue una mujer quien lo empujó a “mirar más allá del dogma”.
Las mujeres de la Iglesia que lo acompañaron
Ya como Papa, Francisco tuvo un especial interés por dar mayor voz a las mujeres dentro de la Iglesia. En 2020 nombró por primera vez en la historia a una mujer como subsecretaria del Sínodo de los Obispos con derecho a voto: la religiosa francesa Nathalie Becquart.
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También mantuvo una estrecha relación con religiosas de todo el mundo, a las que solía visitar durante sus viajes o convocar en el Vaticano, reconociendo públicamente su papel en las periferias, en hospitales, escuelas y misiones. “Las mujeres tienen una capacidad de entrega única”, dijo en una ocasión, subrayando su valor no solo espiritual, sino pastoral y organizativo.
La mística que le fascinaba
Entre las figuras femeninas que más lo marcaron espiritualmente, destaca Santa Teresa de Lisieux. Francisco llevaba siempre consigo una pequeña imagen de la santa, y confesó que le pedía “rosas como señal” cuando debía tomar decisiones importantes. Esta devoción marcó no solo su vida personal, sino también parte de su pontificado, donde insistió en una fe “sencilla pero profunda”.
El papa Francisco fue, en muchos sentidos, ha sido un pontífice marcado por lo femenino: por la compasión, la escucha, el cuidado del otro. Fue un Papa que abrazó a madres solteras, que pidió perdón por el papel de la Iglesia en los abusos a mujeres, que alentó una mayor inclusión de la mirada femenina en la teología. Y quizás todo eso empezó con aquella adolescente a la que le confesó que, de no ser por ella, nunca habría entrado al seminario.
Antes de convertirse en el líder espiritual de más de mil millones de católicos, Jorge Mario Bergoglio fue un joven argentino de barrio, con sueños, dudas…