Quién es Amalia Damonte: el primer amor de Jorge Bergoglio antes de ser papa Francisco

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El papa Francisco ha fallecido este lunes a los 88 años en su residencia de Santa Marta. El deceso se produjo a las 07:35 horas, según ha informado el cardenal Kevin Farrell, quien destacó que el obispo de Roma "ha vuelto a la casa del Padre" después de una vida dedicada plenamente al servicio de Dios y de la Iglesia. Farrell subrayó también que el pontífice enseñó “el valor del Evangelio con fidelidad, valentía y amor universal, especialmente hacia los más pobres y marginados”.

Más allá de su legado espiritual y pastoral, la vida de Jorge Mario Bergoglio —nombre de nacimiento del papa Francisco— estuvo marcada por una historia íntima que pocos conocen. Antes de consagrarse a la vida religiosa, el joven Bergoglio vivió una historia de amor que lo acompañaría durante décadas, protagonizada por una vecina de su infancia en Buenos Aires: Amalia Damonte.

La relación entre Jorge y Amalia comenzó cuando ambos tenían apenas doce años. Vivían a pocos metros de distancia y compartían juegos en los parques del barrio, donde nació una conexión profunda basada en la humildad, el cariño y una sensibilidad común hacia las personas más desfavorecidas. Según ha contado la propia Amalia en entrevistas anteriores, su vínculo era especial y sincero. “Era grande, maduro, una maravilla de muchacho”, recordó sobre aquellos primeros años de afecto mutuo.

La relación no quedó en simples juegos infantiles. Con el paso del tiempo, Bergoglio tomó una decisión significativa: escribió a Amalia una carta en la que se declaraba. El mensaje estaba acompañado de un dibujo y una frase que marcaría el rumbo de su vida: “Si no me caso con vos, me hago cura.” Esa expresión, a medio camino entre el amor y el destino, sintetizaba la encrucijada emocional en la que se encontraba el futuro pontífice.

Sin embargo, los padres de Amalia no veían con buenos ojos una relación tan temprana y prohibieron que su hija siguiera recibiendo cartas de Jorge. Aquel gesto truncó la historia de amor juvenil y marcó un punto de inflexión. Poco después, Bergoglio ingresó en el seminario y comenzó el camino que lo llevaría, años más tarde, a ser elegido como líder de la Iglesia católica.

Mientras Jorge Bergoglio se entregaba por completo a su vocación religiosa, Amalia Damonte continuó con una vida alejada de los focos. Hoy, ya jubilada, sigue residiendo en Argentina. Aunque sus caminos tomaron rumbos distintos, ambos mantuvieron el contacto durante varios años a través de cartas, en las que compartieron recuerdos y afecto desde la distancia.