El Papa Francisco: el pontífice de cuchillo y tenedor que amaba la pizza y dominaba el asado
Su muerte, anunciada este lunes a los 88 años, deja tras de sí no solo una huella profunda en la Iglesia católica, sino también un perfil humano lleno de matices
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El legado de Jorge Mario Bergoglio, el Papa Francisco, va mucho más allá de su papel como líder espiritual. Su muerte, anunciada este lunes a los 88 años, deja tras de sí no solo una huella profunda en la Iglesia católica, sino también un perfil humano lleno de matices, donde la cocina ocupaba un lugar muy especial.
Tal como recoge 'Directo al Paladar', era diplomado en química de los alimentos y apasionado de la gastronomía, el papa supo combinar su fe con el amor por los fogones. Su hermana, María Elena Bergoglio, recordaba en una entrevista que Francisco era un excelente cocinero. “Le salen riquísimos los calamares rellenos y le encanta el risotto”, comentaba.
Recetas con historia familiar
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De hecho, en el libro 'En la mesa con Francisco', del biógrafo Roberto Alborghetti, se recogen 36 recetas completas, muchas de ellas heredadas de sus abuelos piamonteses que regentaron un restaurante en Italia antes de emigrar a Argentina.
Entre ellas, platos como la bagna cauda, el bonet o el famoso bizcocho de avellanas sin harina que popularizó la familia en Montechiaro. Aunque su cocina tenía raíces italianas, su estilo se forjó en Argentina, país donde nació y creció. Allí aprendió, como buen argentino, el arte del asado, y no solo a comerlo, también a prepararlo.
Crítico con los excesos y defensor del aprovechamiento
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Según sus biógrafos, Francisco dominaba la técnica para elegir el mejor corte, marinarlo con hierbas aromáticas y acompañarlo con un buen chimichurri. También era fan declarado de los alfajores, el dulce de leche, las empanadas de pepperoni y la “pizza a caballo”, coronada con huevo, un clásico argentino. Pero su relación con la cocina no era solo de disfrute.
Bergoglio fue crítico con los excesos en la alta gastronomía. Criado en una familia humilde, su madre recurría a recetas de aprovechamiento como los espaguetis con albóndigas hechos con sobras. Esta vivencia marcó su pensamiento y lo convirtió en un firme defensor de evitar el desperdicio alimentario.
Un paladar entre Italia y Argentina
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Así lo reflejó en su encíclica 'Laudato sí', donde abogó por un modelo de distribución justo y sostenible de los alimentos en el mundo. Amante del mate, de los sabores sencillos y de compartir mesa, el Papa Francisco dejó claro que su espiritualidad también pasaba por lo cotidiano.
Y si era con cuchillo y tenedor, mejor aún. Porque el pontífice también sabía que alimentar el cuerpo, con humildad y conciencia, era otra forma de alimentar el alma.
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El legado de Jorge Mario Bergoglio, el Papa Francisco, va mucho más allá de su papel como líder espiritual. Su muerte, anunciada este lunes a los 88 años, deja tras de sí no solo una huella profunda en la Iglesia católica, sino también un perfil humano lleno de matices, donde la cocina ocupaba un lugar muy especial.