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Adiós al rímel: pestañas el doble de largas gracias a un medicamento
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SALUD Y BELLEZA

Adiós al rímel: pestañas el doble de largas gracias a un medicamento

Cuando los científicos que participaban en un estudio en la Universidad de Miami para comprobar la efectividad de un medicamento en la lucha contra el glaucoma

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Adiós al rímel: pestañas el doble de largas gracias a un medicamento

Cuando los científicos que participaban en un estudio en la Universidad de Miami para comprobar la efectividad de un medicamento en la lucha contra el glaucoma no esperaban encontrarse con que las pestañas de sus pacientes crecieran tan rápido y tan fuerte. Un peculiar efecto secundario inesperado que puede acabar convirtiendo a este medicamento en el último milagro de la estética.

 

Los resultados del bimatoprost (registrado en EEUU con el nombre comercial de Lumigan) son espectaculares: dobla el grosor y la longitud de las pestañas, algo que se pudo comprobar cuando los pacientes que se sometían al estudio para el tratamiento del glaucoma comenzaron a observar que sus pestañas no paraban de crecer. El efecto se hacía más evidente cuando el tratamiento se realizaba en un solo ojo, de modo que las pestañas crecían más gruesas, largas y oscuras.

El resultado: las pestañas experimentan un crecimiento de dos milímetros en tan sólo seis semanas. Por supuesto, en el laboratorio que trabaja con este medicamento ya se están frotando las manos y calculan que, de obtener la licencia para su uso cosmético, podrían hacerse con una buena parte del pastel mundial que se llevan hasta ahora las empresas que fabrican máscaras para ojos, una tarta de 2.000 millones de libras esterlinas al año alrededor del planeta.

“Actualmente la empresa farmacéutica está tratando de amplificar los efectos secundarios de un tratamiento médico”, explica Valerie Randall, de la Universidad de Bradford, al diario británico Independent On Sunday, a la vez que asegura que “cuando logremos entender bien cómo funciona, podría ser usado en el tratamiento de la alopecia y otros problemas relacionados con el crecimiento del vello”. Y es que este producto podría servir también para personas que por uno u otro motivo hayan perdido su cabello.

El bimatoprost (o lumigan) es el último de una serie de productos médicos que han tenido más éxito por sus efectos secundarios positivos que por el motivo para el que habían sido creados en un principio. El bótox, por ejemplo, fue desarrollado por la firma Allergan para tratar los espasmos en la cara y el cuello, hasta que los médicos también se dieron cuenta de que servía como pocas cosas para desdibujar las arrugas. Otro ejemplo clásico es el de la viagra, que en principio debía funcionar para acelerar el suministro de sangre al corazón pero cuyas ventajas a la hora de tratar la disfunción eréctil fueron descubiertas por casualidad.

Cuando los científicos que participaban en un estudio en la Universidad de Miami para comprobar la efectividad de un medicamento en la lucha contra el glaucoma no esperaban encontrarse con que las pestañas de sus pacientes crecieran tan rápido y tan fuerte. Un peculiar efecto secundario inesperado que puede acabar convirtiendo a este medicamento en el último milagro de la estética.