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¿Sabes todo lo que una muselina puede hacer por tu piel?
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Ritual de limpieza

¿Sabes todo lo que una muselina puede hacer por tu piel?

Además de mejorar el estado de tu tez, incluir una muselina en tu ritual de limpieza hará que este paso ya no sea una obligación, sino un ritual sagrado

Foto: Muselinas de algodón 100% orgánico. (Cortesía Kóoch Green Cosmetics)
Muselinas de algodón 100% orgánico. (Cortesía Kóoch Green Cosmetics)

A veces por falta de tiempo y otras por pereza, nos saltamos este paso tan importante que debería ser un gesto obligatorio. Los expertos lo definen como el Santo Grial de la rutina de belleza: la limpieza facial es el principio y el fin de una piel sana y bonita. Pero lavar la cara no es limpiar. Si no se realiza de la forma adecuada y con la frecuencia necesaria, las impurezas y la contaminación ambiental pueden obstruir los poros e impedir que la piel respire correctamente. Cuando esto ocurre, ningún tratamiento que apliques a continuación será efectivo.

Todo interés que le mostremos al ritual de limpieza es poco. Esta vez hablaremos de las muselinas, unos paños elaborados con tejidos delicados que, además de eliminar cualquier resto de maquillaje e impurezas, dejan en la piel una agradable sensación de confort y un aspecto luminoso. Atención, pieles delicadas, porque esto os interesa: no es casualidad que este delicado tejido sea el que utilicen las madres para cuidar de los recién nacidos.

placeholder Alberta Ferretti SS19.
Alberta Ferretti SS19.

Y aquí viene la pregunta importante: ¿por qué debes incluir una muselina en tu ritual de limpieza? Las razones son muchas: abre los poros y descongestiona la piel, exfolia delicadamente las células muertas que se han ido acumulando en la superficie durante el día, mejora la circulación sanguínea y prepara la piel para recibir la posterior aplicación de tu tratamiento habitual.

¿Cómo se usa? Empapa la muselina en agua tibia, escurre el exceso y colócala encima del rostro sin moverla durante unos segundos para que actúe el bálsamo limpiador que has aplicado anteriormente. A continuación, dobla la muselina en forma cuadrada y pásala por todo el rostro formando líneas y elimina los restos de maquillaje e impurezas. Presta especial atención en la delicada zona del contorno de ojos y pasa el paño de una forma más suave. Humedece la muselina de nuevo con agua fría y aplícala sobre el rostro como toque final. Otra opción es utilizar la muselina humedecida sola para estimular la circulación. Al finalizar, enjuágala bien, deja que se seque y estará lista para la próxima rutina de limpieza.

¿Se puede lavar? Sí, se recomienda hacerlo cada tres o cinco usos. Puedes meterla en la lavadora y reutilizarla las veces que quieras.

¿Qué se siente? Una sensación de suavidad y un efecto calmante en la piel. Aunque está pensada para pieles sensibles, es perfecta para pieles normales porque deja una piel suave y lisa.

Muselinas

Paño de muselina, de Eve Lom (20 €/3 unidades). El tejido está elaborado a mano, es 100% de algodón y tiene propiedades exfoliantes. Junto a la famosa crema desmaquillante de la marca, considerada por muchas como la mejor limpiadora del mundo, forman el tándem perfecto para realizar una correcta limpieza en profundidad. Su ritual de aplicación recomienda colocar el paño, previamente humedecido en agua tibia, sobre el rostro y realizar respiraciones profundas. Este gesto permitirá que disfrutes de un momento de relajación mientras los poros se abren y permiten que la fórmula de la limpiadora actúe profundamente.

Muselina de algodón orgánico, de Kóoch Green Cosmetics (15,50 €/3 unidades). Cuida tu piel de la forma más natural con este paño de algodón 100% orgánico. Su hilado especial será el perfecto aliado para conseguir una piel más suave gracias a la ligera exfoliación que realiza en el rostro. Contribuye a un mundo más green con este pack de muselinas con certificado GOTs, lavables y reutilizables, y del que puedes reutilizar incluso su envase.

Cleansing Clothes, de Emma Hardie (23 €/3 unidades). Toallas limpiadoras faciales de doble cara para desmaquillar y limpiar el rostro. Tienen un doble uso: el lado de muselina exfolia, alivia la congestión y elimina las impurezas; el otro, más suave, puede utilizarse a diario para una exfoliación muy ligera y para mejorar la apariencia de los poros abiertos. Son aptas para todo tipo de pieles y para una limpieza facial profunda. Por un lado retira el producto y exfolia y por el otro suaviza, cierra los poros y tonifica la piel.

Formato toalla

Además de las muselinas, existen otros formatos que puedes incluir en tu ritual de limpieza para aumentar su efectividad. ¿Un plus? Funcionan solo con agua y no necesitan ningún producto desmaquillante.

Sepai Cotton Towels, de Sepai (17€/48 toallas). Toallas 100% de algodón ideales para utilizar con productos desmaquillantes, limpiadoras, exfoliantes y mascarillas. Presentadas en forma de pastilla comprimida, son perfectas para cualquier viaje porque no ocupan apenas espacio. Su aplicación es muy fácil: saca la toallita, mójala con agua para que se extienda, utilízala, enjuágala y déjala secar. Se pueden utilizar varias veces.

Original Pink, The Original MakeUp Eraser (11,90 €). Es la toallita que elimina todo tipo de maquillaje solo con agua. Su tejido, suave y esponjoso, está formado por millones de microfibras que absorben y eliminan cualquier tipo de maquillaje y la suciedad de los poros, aportando una sensación de frescura y limpieza a la piel y a los ojos. Esta es una versión mini, perfecta para viajar o llevarla al gimnasio. Además, es hipoalergénica y ecofriendly, ya que puede reutilizarse y resiste hasta 1.000 lavados.

Make-Up Remove, de Glov (12,99 €). Es un guante desmaquillante de microfibra que retira todo el maquillaje, incluso la máscara de pestañas, sin ningún tipo de aceite ni químicos, solo con añadir agua. Solo tienes que humedecer el guante con agua y frotar suavemente sobre el rostro para eliminar el maquillaje. Después, límpialo con jabón neutro, enjuágalo y déjalo secar. La excelente calidad de sus fibras te permitirá reutilizarlo hasta 3 meses.

A veces por falta de tiempo y otras por pereza, nos saltamos este paso tan importante que debería ser un gesto obligatorio. Los expertos lo definen como el Santo Grial de la rutina de belleza: la limpieza facial es el principio y el fin de una piel sana y bonita. Pero lavar la cara no es limpiar. Si no se realiza de la forma adecuada y con la frecuencia necesaria, las impurezas y la contaminación ambiental pueden obstruir los poros e impedir que la piel respire correctamente. Cuando esto ocurre, ningún tratamiento que apliques a continuación será efectivo.

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