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Es hora de renovar tu máscara de pestañas (y probablemente el resto de tu neceser)
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Es hora de renovar tu máscara de pestañas (y probablemente el resto de tu neceser)

Los expertos recomiendan cambiar este producto cada seis meses para garantizar su calidad. Pero no es el único miembro de tu arsenal cosmético que deberías sustituir...

Foto: ¿Hace cuánto tiempo usas la misma máscara de pestañas? (Imaxtree)
¿Hace cuánto tiempo usas la misma máscara de pestañas? (Imaxtree)

La pregunta es sencilla. ¿Desde cuándo usas tu máscara de pestañas? La respuesta, en cambio, puede que no sea tan fácil... Si eres de las que te gusta lucir pestañas de infarto cada día, es fácil que un bote no te dure más de dos meses. Pero es más probable que solo te la apliques de noche o en fin de semana. O, por qué no, que tengas varias porque te gusta probar diferentes marcas. Tal vez guardas una -esa que prometía pestañas XXL, con supervolumen y una curvatura infinita- para ocasiones especiales. En cualquier caso, has de tener algo presente: deberías tirar tu máscara de pestañas como mínimo cada seis meses.

[LEER MÁS: Por qué usar dos máscaras de pestañas cambiará todo tu maquillaje]

"Siempre hay que respetar la fecha de duración mínima o el plazo después de la apertura (PAO) que está indicado en la etiqueta. Pues esa es la fecha hasta la cual el producto conserva las características de seguridad, calidad y eficacia. Y en el caso de las máscaras de pestañas no es diferente a otros cosméticos. Suelen tener un PAO de alrededor a 6 meses. Pasado este periodo se recomienda no utilizarlo", aclaran desde la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética (Stanpa). Si tienes la piel y los ojos sensibles, problemas de alergias o eres propensa a padecer conjuntivitis, este periodo no debería ni siquiera llegar a los tres meses. Al menos eso es lo que nos aconseja la Academia Americana de Oftalmología.

Ante la duda...

Como decíamos, el secreto reside en el PAO. Para conocerlo, fíjate cuando compres tu máscara. En la caja encontrarás el dibujo de un bote abierto y un número dentro. Esos son los meses que puedes usarla con todas las garantías después de abrirla. Un truco útil puede ser ponerte una nota en tu calendario del smartphone para avisarte que es hora de renovar tu rímel. Si, por lo que sea, no te acuerdas, los expertos aconsejan cambiarla. "El PAO no es un valor arbitrario. Se establece en base a una evaluación de la estabilidad del producto en unas condiciones de humedad, temperatura... Ese estudio determina durante cuánto tiempo el cosmético cumplirá con su función y mantendrá sus propiedades intactas. Pasada esa fecha, puede alterarse su calidad, cambiar de color, textura... y también verse afectada su seguridad", insisten desde Stanpa.

En el caso de las máscaras, ese tiempo puede disminuir, ya que cada vez que la abrimos sus componentes se van evaporando. ¿El resultado? Cada vez está más espesa y es más difícil aplicarla bien en las pestañas. Además, hay más opciones de que se contamine. Por eso, resulta recomendable que para humedecer el cepillito se hagan los movimientos dentro del envase, sin que entre y salga el goupillon. También tiene parte de culpa el hecho de que no lavamos este tipo de aplicadores. Mientras que (se supone) que las brochas y pinceles se lavan con asiduidad, estas herramientas no se limpian.

En tamaño mini

La maquilladora Cristina Lobato propone una solución muy práctica para tener siempre actualizada la máscara: "Comprar los tamaños mini o de viaje". Se pueden encontrar en la mayor parte de perfumerías y tiendas de maquillaje. Por ejemplo, Sephora es un filón. En su web, basta con seleccionar formato viaje para dar con todo tipo de marcas y precios. Lo que permite no solo que nos dure menos ese producto -y por tanto lo renovemos con asiduidad-, sino también probar diferentes fórmulas.

placeholder Los tamaños mini son una idea maxi.(Imaxtree)
Los tamaños mini son una idea maxi.(Imaxtree)

Más consejos importantes: no compartir nunca este producto. Si bien no es recomendable dejar ningún tipo de maquillaje a hermanas o amigas (más que nada porque sus aplicadores se pueden convertir en fuente de bacterias), la máscara menos. Conjuntivitis, blefaritis y orzuelos saltarán de una a otra en un abrir y cerrar de ojos. Por supuesto, si tú misma sufres alguna de estas afecciones, tampoco deberías aplicar color en tus pestañas. Si por lo que fuera no puedes dejar de hacerlo, cómprate un kit de goupillons desechables. Es importante que uses uno diferente para cada ojo y que no repases. Es decir, abres el bote, mojas el cepillito, lo pasas por las pestañas y a la basura.

Por último, no olvides que todo lo que hemos dicho hasta ahora sobre la máscara es aplicable al resto de tu neceser. "Todos los productos son sensibles al paso del tiempo, si bien es verdad que fórmulas con alto contenido en alcohol o con pH altos/bajos son menos susceptibles a la contaminación; en cualquier caso, el consumidor siempre debe respetar la fecha de caducidad o, si esta es menor de 30 meses, el PAO", subrayan desde Stanpa. Así que, ya sabes, no está de más que hagas revisión de esa paleta de sombras que nunca se acaba. O de la barra de labios que llevas en el bolso desde hace una eternidad.

La pregunta es sencilla. ¿Desde cuándo usas tu máscara de pestañas? La respuesta, en cambio, puede que no sea tan fácil... Si eres de las que te gusta lucir pestañas de infarto cada día, es fácil que un bote no te dure más de dos meses. Pero es más probable que solo te la apliques de noche o en fin de semana. O, por qué no, que tengas varias porque te gusta probar diferentes marcas. Tal vez guardas una -esa que prometía pestañas XXL, con supervolumen y una curvatura infinita- para ocasiones especiales. En cualquier caso, has de tener algo presente: deberías tirar tu máscara de pestañas como mínimo cada seis meses.

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