Sí, tu piel puede estar sobreexfoliada y así es como debes cuidarla

Una adecuada rutina de belleza facial debe incluir una exfoliación semanal para eliminar las células muertas y lograr con ella que la piel esté más receptiva al tratamiento que le vayas a aplicar después. En cambio, el uso de demasiados cosméticos exfoliantes, tanto mecánicos como con químicos, así como la aplicación incorrecta de los mismos –hay que dejar que los segundos actúen los minutos recomendados por el fabricante y no excederse con el tiempo de exposición– puede provocar la eliminación de demasiadas células muertas e incluso también la de la grasa que hay en la piel, lo que puede dañar la barrera cutánea. “Una piel exfoliada en exceso puede verse con rojeces, tirantez, dermatitis, brillos e incluso aspecto aceitoso. Esto es debido a que si retiramos los lípidos y se deshidrata, la dermis hace un efecto rebote, creando más grasa para compensar”, explica María Pérez de Villaamil, directora de CentroMem.

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Antes de nada tenemos que hablar de la barrera cutánea, que es la capa superficial de la piel, compuesta por ceramidas, ácidos grasos y lípidos. “Funciona como un escudo protector que absorbe y mantiene la humedad, así como defiende de los diferentes agresores medioambientales, de los cambios de temperatura o de bacterias para prevenir la deshidratación y la sensibilización”, aclara Valeria Navarro, directora técnica de Boutijour. El problema es cuando esta se altera o rompe porque te frotas el rostro, te exfolias con demasiada frecuencia, usas varios cosméticos de acción exfoliante a la vez (limpiador, tónico y sérum que contengan ácidos en su formulación) o recurres a ingredientes caseros, como el limón o el bicarbonato.

Qué y cómo es una piel sobreexfoliada

“Para no sufrir de piel sobreexfoliada en nuestra rutina diaria no deberíamos mezclar algunos productos y tampoco deberíamos limpiar la piel con jabón, luego hacer una exfoliación mecánica y después extender un alfahidroxiácido o una vitamina A como retinol y cremas astringentes. Esta mezcla explosiva afina demasiado la piel y elimina los ácidos grasos que protegen su manto hidrolipílico”, advierte Pérez de Villaamil. Por lo que si no sigues sus consejos, tu cutis podría llegar sufrir una producción excesiva de sebo o, por el contrario, sequedad extrema; dos acciones extremas que se producen en el intento de regularizar la hidratación interior constantemente.

Las principales características que presenta la dermis cuando ha sufrido de una exfoliación excesiva son:

Enrojecimiento, que en casos extremos podría convertirse en quemazón.

Sequedad, que incluso puede desencadenar en descamación.

Grasa e impurezas, que no tienen nada que ver con la purga que puede aparecer con el uso de retinoides, sino que es un síntoma de que te has excedido con la exfoliación.

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Cómo cuidar una piel sobreexfoliada

Si te has pasado exfoliándote habrás eliminado el manto lipídico cutáneo, por lo que tu rostro quedará desprotegido, deshidratado y desequilibrado. Cuando esto ocurre “hay que equilibrar de nuevo, usando cremas muy hidratantes y humectantes, que contengan probióticos y ceramidas”, aconseja la directora de CentroMem, a lo que Elisabeth San Gregorio, directora técnica de Medik8, añade: “Los aceites no comedogénicos (jojoba, por ejemplo) son perfectos para aportar lípidos y el pantenol o las ceramidas favorecen la película protectora de la piel”. E ingredientes calmantes y antiinflamatorios como el CBD y la niacinamida también serán tus grandes aliados.

Por supuesto, olvídate de los productos exfoliantes y de cualquier activo que estimule tu dermis. Es momento de pasar a una rutina facial nada agresiva: “Limpia con una leche en vez de utilizar un jabón, no utilices agua caliente (la tibia es la más recomendada) y elimina de la rutina los peelings y cualquier producto ácido hasta que se restablezca la normalidad”, añade Pérez de Villaamil.

Sobre todo no te alarmes. La piel tiene un gran poder regenerador y aunque creas que no puede volver a ser la misma, si le dejas algo de tiempo se curará ella solita, siempre y cuando elimines todos los activos agresivos y la ayudes en la tarea con cosméticos suaves, que la reconforten. Pero si ves que necesita una ayuda extra, un tratamiento en cabina con infiltraciones de mesoterapia puede ser una buena idea. “Un cóctel a base de vitaminas antioxidantes (B y C), aminoácidos y minerales (protegen la piel de los radicales libres) y coenzimas y ácidos nucleicos (revitalizantes de las células dérmicas) está especialmente indicado para aquellas pieles que tienen dañada la barrera hidrolipídica, que están desvitalizadas, deshidratadas y presentan falta de elasticidad y de luminosidad”, sugiere la doctora Mar Mira, médico estético y codirectora de Mira+Cueto.