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Que no te engañen: las francesas no llevan un corte bob, llevan esta melena
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Que no te engañen: las francesas no llevan un corte bob, llevan esta melena

¿Y si todo lo que nos han contado las redes sociales y las webs es mentira y en realidad las influencers francesas no llevan melenas cortas sino melenones llenos de capas?

Foto: Una voluminosa melena larga, con capas y movimiento se ha apoderado de París. (Launchmetrics Spotlight)
Una voluminosa melena larga, con capas y movimiento se ha apoderado de París. (Launchmetrics Spotlight)

Convertido en un corte de pelo en sí mismo, el bob ha pasado de ser la excentricidad con la que Victoria Beckham y todo su squad de amigas, allá por los primeros dosmiles, se cortaban el pelo a modo de ritual iniciático a ser una melena con denominación de origen.

Tenemos bobs para todos los rostros y tipologías de cabello, incluso tenemos bob italiano o bob francés. Hasta ahora, habíamos comprado la idea de que una melena más corta siempre era chic. Del pixie al midi, el bob con todos los apellidos (box, malt shop, butterfly, grunge…) permitía llevar un largo cómodo, fácilmente peinable y accesorizable. Epítome de la elegancia y del estilismo, el bob era chic.

Si querías que tu look tuviera ‘allure’ y rezumara un mensaje de “conozco las tendencias y soy fashion”, llevabas un bob. El bob era el corte de pelo que hacerte antes de mudarte a París; puede que Emily se cortara el flequillo en la tercera temporada de ‘Emily in Paris’, pero el otro estilismo con aroma a croissants de semana de la moda era el bob.

Bien, pues en un reciente viaje me vi rodeada de estilosísimas mujeres parisinas que derrochaban estilo, llevaban la ropa que hay que llevar y el maquillaje correspondiente… Sin embargo, el accesorio extra a su estudiado look no era una melenita corta, era un melenón de dimensiones considerables, lleno de capas largas, ultranoventero y a la vez elegante.

Hemos sido engañadas. Tras años, si no décadas, acudiendo al peluquero a señalar el largo que queríamos con un gesto a lo Audrey en ‘Vacaciones en Roma’, pero sin esa cara de ilusión, sino más bien intentando engañar al reflejo del espejo sobre la pesadísima carga fashionista que nos llevaba al cambio de look, resulta que las estilosas y chics francesas no llevan melena corta. Ni clavicut, ni midi, ni mucho menos bob.

La nueva melena -vamos a decir nueva porque el hallazgo es reciente, porque en realidad pueden llevar años engañándonos- es una melena que sobrepasa la altura del pecho. Es decir, no es una melena de sirena, pero tampoco entraría dentro de las melenas cortas. Su largo rezuma una feminidad clásica, más elegante que noventera, pero con ciertas notas de estilo old money.

Al no renunciar al largo, para conseguir un cabello con mucho volumen y que tenga movimiento, el siguiente ingrediente son las capas largas. No hablamos de una capa prácticamente en la punta de la melena, sino de al menos dos o tres largos. Para que la melena no quede tan escalonada como un corte butterfly o cobra, es fundamental trabajar sobre una melena larga.

Cada una de estas capas será luego la aliada necesaria para construir el peinado esponjoso y con cuerpo. Las herramientas de calor como cepillos eléctricos, con aire, planchas o rulos realzan cada capa, estructurando la melena y aumentando el volumen.

Foto: Carla Bruni, en una de sus últimas actuaciones. (Cordon Press/Jacques Benaroch)

Aunque el flequillo es opcional, no hay nada más parisino que un flequillo Bardot. Tan largo como para sobrepasar los ojos, pero lo suficientemente fino como para dejar que se vean a través de él.

En el infinito mundo de las influencers e it girls francesas, el flequillo es un rasgo distintivo y, sumado a la melena larga y capeada, constituye un estilismo reconocible y casi capaz de otorgarte ‘french style’. Un ejemplo de toda la vida es Caroline de Maigret, cuya melena larga, de ondas asalvajadas y flequillo constantemente atusado son la máxima expresión de ser chic sin pretenderlo, ‘effortess chic’.

Pero tan importante como el número de capas y el flequillo o el degradado frontal es la forma en la que el melenón de las francesas se peina. Por si quedaban dudas, nada es fruto de la casualidad. La eterna sensación de melena ahuecada -que también es así porque no hay nada como mover la melena de un lado a otro para hacerla más esponjosa- es resultado de un minucioso trabajo de peluquería casera.

Tanto si manejas el airwrap con soltura como si dominas el milenario uso del cepillo redondo y el secador, la melena francesa se trabaja desde la raíz para que esta quede levantada y ahuecada, continuando a lo largo de todo el cabello. La melena queda lisa, pero no pulida como con una plancha, sino esponjosa, buscando un acabado lo más natural posible. La punta siempre debe ir redondeada, lo que le da un toque más retro, acentúa el corte de la capa o del desfilado y logra un volumen esponjoso, de voluta jónica.

Este tipo de lisos no tan exigentes se ha apoderado de las tendencias capilares actuales y se aplica tanto a las melenas cortas como a las largas, para jugar con longitudes y volumen, pero en el caso de esta melena francesa años 20 crea también el efecto de un cabello más grueso. Muy curioso todo.

La guinda de la melena larga y capeada francesa es el color. Una de las sensaciones que logra el corte de pelo es que el cabello está ultrasano, así que si se le suma una coloración que se acerque al máximo a un tono natural, el éxito será pleno.

Castaños compactos y homogéneos, oscuros y brillantes son una de las opciones más inesperadas, pero sorprendentemente fáciles de ver en las calles parisinas. Otra opción es la de los rubios mechados, pero sin cambios de color marcados entre raíz y puntas. No faltan tampoco los castaños claros y luminosos, construcciones a base de mechas tan solo un par de tonos más claras que el color de base, con las que acentuar cada capa.

Con estos sencillos rasgos tenemos una melena muy tendencia en el panorama internacional, básicamente en plataformas sociales como Instagram o TikTok, pero que arrasa entre las influencers francesas y especialmente entre las mujeres parisinas, basta con echar un vistazo por el street style de la semana de la moda o pasearse por las calles de la capital gala.

Así que nada, se acabó cortarse el pelo en una melenita para ser más chic, comienza el reinado de los melenones.

Convertido en un corte de pelo en sí mismo, el bob ha pasado de ser la excentricidad con la que Victoria Beckham y todo su squad de amigas, allá por los primeros dosmiles, se cortaban el pelo a modo de ritual iniciático a ser una melena con denominación de origen.

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