Bell bottom bob, la melena acampanada para quienes tienen un corte de pelo triste y quieren más
¿Pelo recto, lacio, con poca forma y ninguna gracia? Ha llegado el bell bottom bob, es decir, la reinvención de la clásica melena bob solo apta para un largo muy concreto
Si ahora mismo apareciera en el horizonte una mujer llamada a ser la sucesora de Anna Wintour en la dictadura de la moda, en vez de llevar un sieso carré, llevaría un bell bottom bob.
Su largo es de los más cómodos, enmarca el rostro y se adapta incluso a los cabellos más lacios, finos o secos. Solo exige una cosa: tener maña para peinarse.
En una era en la que las dotes de peluquería y maquillaje que nos exigen las redes sociales rozan la profesionalidad, melenas como el malt shop bob o los melenones noveneros que de Chanel a Zendaya, el corte de pelo cóncavo o incluso la princesa Leonor imponen, ponen el listón en la estratosfera.
El bell bottom bob, o lo que es lo mismo, el ‘bob campana’ (vamos a dejar lo de ‘bob culo de campana’ de la transcripción literal porque nos entendemos con menos) no se puede llevar desaliñado, sino que precisa un peinado previo, pero falsea un poco el efecto de llevar una melena muy trabajada.
El bob campana es la melena corta de las que no tienen ni buen pelo ni mucho tiempo, pero sí mucho estilo… De ahí que hayamos empezado a verlo en el street style de algunas semanas de la moda o entre los looks casual de las influencers de la vieja escuela, de Aimee Song a Chiara Ferragni (cuando llevaba el pelo más corto y posteaba más).
Y antes citábamos al malt shop bob porque este nuevo bob también se apoya en la forma que se le da a las puntas. Estas también se peinan hacia afuera, solo que la curvatura no es tan redondeada como en el malt y, desde luego, la estética no emana vibes años 60.
Sino de los años 70, concretamente de una icónica prenda de la década: los pantalones campana. El estilista Tom Smith explicaba en la edición británica de Elle que el bell bottom bob no se inspiraba en la forma de una campana de metal, como podría parecer por la forma de la propia melena, sino en el final de los pantalones campana, en el volumen y la curvatura con la que se remataban.
El peluquero también apuntaba a una curiosidad de este nuevo peinado de moda. Su forma característica es en realidad resultado del gesto que el propio cabello hace al cortarse a esa altura. Una de las luchas habituales de los estilistas con las melenas bob suele ser la de controlar el movimiento de las puntas hacia arriba. El roce de las puntas con la ropa hace que se eleven, creando esa forma acampada.
El bell bottom bob lo que hace es acentuar ese comportamiento natural del cabello, reforzando la curvatura de las puntas con un gel fijador, un cepillo redondo y secador, con rulos o con un cepillo secador. Las opciones son infinitas. Para un acabado natural, el peluquero también explicaba que recoger el pelo detrás de las orejas puede crear esa forma con un gesto natural.
Para lograr un efecto más casual o potenciar más el volumen, se pueden incorporar capas con las que dar movimiento o un flequillo abierto para enmarcar el sorteo. Pero no hay que perder de vista que el bell bottom bob surge más bien como un ingenio con el que aderezar un corte de pelo bob sencillo.
Si te has hecho la melena más estilosa, pero no sabes cómo sacarle jugo, más allá de llevarla lisa o con efecto mojado, el bob campana te permite jugar sin tener que currártelo demasiado y el efecto es muy chic.
Si ahora mismo apareciera en el horizonte una mujer llamada a ser la sucesora de Anna Wintour en la dictadura de la moda, en vez de llevar un sieso carré, llevaría un bell bottom bob.
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