Por qué Jane Birkin quiere ‘rebautizar’ el bolso de Hermès que lleva su nombre

Es el bolso más famoso del mundo, el más deseado y, seguramente, uno de los más caros que existen. El Birkin de Hermès es un icono de moda, pero también de riqueza y de estatus. ¿Cuánto tiempo y dinero hay que invertir para conseguir uno? En general, unos cinco años de lista de espera, y hasta los 60.000 €, en el caso del modelo más caro, como la nueva versión de 40 cm realizada en cocodrilo.

Pues bien, este verano ha sido el protagonista de todo un culebrón fashion, desde que la cantante y modelo británica Jane Birkin, a la que el bolso debe su nombre y su ‘nacimiento’ hace ahora 31 años, pidiera que rebautizaran el modelo de cocodrilo. ¿La razón? La denuncia de PETA –la asociación de defensa de derechos animales– y la publicación de varios vídeos y fotos mostrando la crueldad extrema de las prácticas en una granja de cocodrilos de Texas proveedora de la firma francesa.

Ahora, parece que los ánimos empiezan a calmarse, después de que Hermès haya asegurado que están igualmente horrorizados y sorprendidos con las imágenes difundidas y que, en todo caso, las pieles procedentes de esa granja no se usan para hacer el Birkin Croco. Eso sí, lo que tampoco dice Axel Dumas, consejero delegado de la firma, es para qué lo utilizan. Lo cierto es que Hermès asegura en su comunicado ser inflexible a la hora de exigir e imponer a sus proveedores los tratamientos éticos y los estándares más exigentes establecidos por organizaciones internacionales, y asegura estar investigando los métodos de este proveedor.

Después de todo, el bolso favorito de celebrities y multimillonarios es el bien más preciado de la firma, y supone alrededor del 15% de sus ventas globales, según los analistas de Exane BNP Paribas. De momento, no se sabe si el impacto de la noticia se registrará en sus ventas, que hasta el mes de julio se habían incrementado en el 21% respecto a los primeros seis meses de 2014. De ellas, el 14% corresponde a artículos de piel. Está claro que descuidar esta parte del negocio sería como acabar con la gallina de los huevos de oro.