Las tres marcas españolas que inauguran tienda en Nueva York

La moda española cada vez es más popular fuera de nuestras fronteras gracias, en parte, al furor internacional de Rosalía, pues aunque de la mano de Samantha Burkhart no apuesta por firmas patrias, en España su hermana y estilista se decanta por firmas como Palomo Spain, María Simún y María Escoté. Han sido nada más y nada menos tres las firmas españolas que reafirman su poder ahora en Nueva York con sus nuevas tiendas.

Loewe ha abierto las puertas de su primera tienda propia en la Gran Manzana en el barrio del SoHo, formando esta apertura parte del más reciente capítulo de la marca en la expansión de su presencia comercial a las ciudades más importantes del mundo. El espacio presenta la gama completa de prendas prêt-à-porter para hombre y mujer, bolsos, pequeños artículos de piel, accesorios suaves, calzado, gafas y joyería.

Una serie de 40 husillos con una altura de suelo a techo, situada al fondo del espacio, introduce un elemento dramático en tonos grisáceos. Inspirados en las antiguas prensas de sidra de España, Portugal y el sur de Francia, estos enormes ejes configuran un juego de luces y sombras que aporta un aire escultórico al moderno interior. Por si fuera poco, la tienda expone el trabajo de seis artistas que forman parte de la colección Loewe, una creciente antología de arte, artesanía y diseño.

Manolo Blahnik recupera su lugar en Nueva York tras haber cerrado su única tienda en la Gran Manzana. La firma de zapatos preferida de Carrie Bradshaw y de un sinfín de celebridades, tras cerrar su tienda neoyorquina, abrirá un nuevo establecimiento en Madison Avenue que será diseñado por el arquitecto David Thomas con la ayuda del propio diseñador y de su sobrina, Kristina Blahnik.

Se estima que la inauguración tendrá lugar en primavera, y dado el gran tamaño del enclave, la firma no mostrará únicamente su colección femenina, sino que la moda masculina tendrá también cabida en este generoso espacio.

Por último, Desigual reinaugura su flagship store en Nueva York para adaptarse a la nueva imagen de la marca. El artista Okuda San Miguel, habitual de la casa, se ha encargado de dar color a la tienda al intervenir su inmensa fachada. La Gran Manzana es esencial para la firma, pues se trata de “una ciudad que ama el color, que vive por la diferencia y que sabe que el arte es para todos y cada uno de ellos”, tal y como indica Desigual desde un comunicado.