De Elena Ochoa a Lady Foster, la evolución del estilo de la papisa del arte

Elena Ochoa Foster es una mujer única, nació como Elena Fernández-Ferreiro López de Ochoa (1958, Orense) y vive como Lady Foster of Thames Bank. Presidenta del Consejo de las Serpentine Galleries de Londres, miembro del consejo del MoMA, propietaria de la galería Ivorypress… Una española internacional reconocida en el mundo entero por su mecenazgo artístico y reconocida en España por su máxima discreción.

Los que tenemos más edad la recordamos hablando sin complejos en la pantalla de televisión desde su programa ‘Hablemos de sexo’. Corría el año 1990 y en nuestro país jamás se había utilizado una plataforma pública para hablar de ‘eso’ y todavía menos una mujer, fue una auténtica revolución. Entonces a Lady Foster se la conocía como médico, para todos nosotros era la doctora Ochoa, había ganado una beca Fulbright y tenía estudios en algunas de las mejores universidades norteamericanas. Pero sin nadie esperarlo se fue a vivir a Inglaterra, y poco después dio un volantazo y cambió todo lo que conocía por una nueva vida cuando en 1996 contrajo matrimonio, ella con 37 y él con 61, con Sir Norman Foster, el arquitecto más famoso de nuestra era. Ha hecho un control férreo de su vida personal y solo en lo laboral se ha mostrado públicamente y siempre al lado del mundo del arte (el académico lo abandonó poco después de casarse), aunque durante muchos años ha sido una de las mujeres españolas con mayor proyección internacional junto a la baronesa Thyssen.

Este baño diario en el mundo de la creación artística y la arquitectura nos ha hecho observar cómo en los últimos años ha habido un cambio en su estilo. Hemos visto ir desapareciendo a una discreta y clásica doctora y amanecer a una estilosísima mecenas.

Su evolución ha ido desde lo más pequeño hasta detalles que nos definen personalmente, como el color de pelo, un tono cobrizo, rojizo, que fue aclarando hasta un rubio mucho más elegante. En su ropa el proceso fue a la inversa, de colores oscuros y neutros a jugar con rojos, verdes y con toda la paleta sin miedo. Hoy sus prendas son innovadoras, atemporales, de cortes rectos y arquitectónicos y siempre en materiales orgánicos. En una entrevista al 'New York Magazine' declaraba: "Me gusta la ropa realizada con materiales naturales como el lino o el algodón. No me gustan las marcas expuestas y que caminan enfrente de ti a cada movimiento. Las diseñadoras Sybilla o Cortana son un buen ejemplo del estilo con el que me siento cómoda. Lo mismo que las alpargatas clásicas catalanas o las mallorquinas que utilizo de la mañana a la noche en verano”.

Pero si algo debemos destacar es que, a lo Anna Wintour, esta papisa del arte ha elegido un accesorio como protagonista de todos sus looks, y al igual que la experta en moda, este ha sido unas gafas de sol. Aunque no debemos olvidar su colección de pendientes de resina... impecables.

No sabemos si es por coquetería (por todas pasan los años) o una firma de ese personaje al que todos respetamos que ha ido construyendo a lo largo de estos 30 años como si de un edificio se tratara. Con ellas combina la discreción de la que tanto ha hecho gala con la provocación de una obra de arte.

Pero es que vivir rodeada de obras "de Marlene Dumas, de Francis Bacon, Michaël Borremans, Warhol o Gilbert and George, retratos de fotógrafos o vídeos confeccionados como retratos, como los de Viola o Gerosa, que cuentan con una sola imagen una larga y compleja historia”, como ella declaraba en la entrevista mencionada con anterioridad, no deja impasible a tu estilo.