Así convirtió Melania Trump a Gucci en su ventana hacia la rebeldía
Cuando la ex primera dama de EEUU ha apostado por la legendaria firma, lo ha hecho para rebelarse. Tenemos las pruebas
Vamos a comenzar el texto con una confesión: echamos de menos poder comentar los looks de Melania Trump. Ya está: ya lo hemos dicho. Por ello, tras analizar esos looks repletos de mensajes con los que se subió al avión enfundada en un Chanel total black y se bajó de él estrenándose como ex primera dama, aprovechamos el paso de los días para hablar de lo que en ese momento pensamos. Melania ha tenido siempre en su armario una marca con la que se ha permitido a sí misma saltarse las normas no escritas y soltarse la melena, esa que casualmente se recogía en muchas de las ocasiones en las que apostó por su firma liberadora.
Hablamos de Gucci, la firma que ha conquistado a la generación Z y a los millennials gracias a su fantasioso universo y en la que Melania encontró a su mejor aliada para desatarse estilísticamente. Cuando en 2018 escogió un abrigo color vainilla de Gucci, que lució como si de un minivestido se tratara, fueron muchos los periodistas que intentaron que la marca diera alguna declaración al respecto. Como era de esperar, el silencio se impuso. Entonces el abrigo destacaba por tener una hebilla con forma de mariposa, un insecto que simboliza la capacidad de transformación y que ahora entendemos mandaba el mensaje de que sería Gucci la firma encargada de permitir a Melania comportarse con la libertad de la que no siempre podía presumir.
Cuando visitó Londres, apostó por un vestido de la marca en clave ‘Emily in Paris’. Dejad que nos expliquemos: cuando el personaje de Lily Collins acude a su primer día de oficina en París, lo hace enfundada en una camisa con la Torre Eiffel estampada de Alice+Olivia. Lo sabemos: Francia 1 - sutileza 0. Melania se caracteriza por dominar el mundo del lujo (no hace falta que recordemos lo que ocurre cuando intenta apostar por diseños asequibles), pero no la sutileza estilística.
De hecho, para acudir a una cena en Beijing, no apostó por un diseñador chino, sino por un vestido de Gucci inspirado en China, es decir, se decantó por ofrecer una mirada hacia el dragón asiático ‘made in Italy’. Aunque la trayectoria ya nos tenía que haber hecho ver que Melania estaba empleando a Gucci como escapatoria, fueron sus últimos looks de la firma los que dejaron clara nuestra teoría.
Para comenzar, la camisa rosa ‘pussy bow’ con la que parecía burlarse de su marido, que fue grabado diciendo "grab them by the pussy" (“cuando eres una estrella, te dejan hacerles cualquier cosa. Agarrarlas por el c***”), era, por supuesto, de Gucci. Cuando acudió a votar en las últimas elecciones, lo hizo sin mascarilla y con una sonrisa que se había convertido en el accesorio menos habitual de sus looks.
Muchos decían que anticipaba el fracaso electoral de Donald, razón por la que por fin podía sonreír. Por si fuera poco, llevaba un vestido con estampado de cadenas de Gucci, que podía ser visto como un guiño a la proximidad de su nueva vida. Por último, el momento icónico y quizás el más llamativo de todos. Adiós, siluetas ceñidas. Bye, zapatos de tacón vertiginosos. Hasta nunca, saludar a las cámaras.
Cuando Donald Trump se bajó del avión sonriente e hizo una pausa para saludar a los medios, Melania pasó de largo enfundada en un caftán estampado comodísimo (esta es la única vez que hemos podido emplear este adjetivo para hablar de su armario) de Gucci y zapato plano de Roger Vivier.
No podemos terminar este análisis sin hacer mención a los moños de Melania y a las similitudes que podemos establecer con los que lleva Tippi Hedren en 'Los pájaros'. En la cinta de Hitchcock, el personaje manifiesta su rigidez y su represión a través de un estudiado moño, que se va alborotando y despojando de restricciones a medida que avanza la película. Lo mismo le ha ocurrido al moño de Melania, que desde la toma de posesión a su marido hasta el icónico instante en el que se bajó del avión como ex primera dama, se ha vuelto cada vez más relajado y descuidado.
El ‘colorín colorado’ de este cuento queda claro: la princesa ha apostado siempre por la firma italiana más transgresora para rebelarse, y todo parece señalar que en su nueva vida ajena a la Casa Blanca, sus looks van a ser mucho más rompedores y, sobre todo, infinitamente más Gucci.
Vamos a comenzar el texto con una confesión: echamos de menos poder comentar los looks de Melania Trump. Ya está: ya lo hemos dicho. Por ello, tras analizar esos looks repletos de mensajes con los que se subió al avión enfundada en un Chanel total black y se bajó de él estrenándose como ex primera dama, aprovechamos el paso de los días para hablar de lo que en ese momento pensamos. Melania ha tenido siempre en su armario una marca con la que se ha permitido a sí misma saltarse las normas no escritas y soltarse la melena, esa que casualmente se recogía en muchas de las ocasiones en las que apostó por su firma liberadora.