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Por qué la figura de Anna Wintour ha sido un antes y un después en la moda
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EL ICONO POR EXCELENCIA

Por qué la figura de Anna Wintour ha sido un antes y un después en la moda

Te contamos todas las claves del transcendental papel que el personaje de la editora más conocida del planeta ha desempeñado en el mundo de la moda actual

Foto: Anna Wintour. (Getty)
Anna Wintour. (Getty)

Recién cumplidos los 72 años, Anna Wintour no ha perdido un ápice de poder e influencia en la industria de la moda. Es, de largo, la mujer más relevante e importante de la era contemporánea del sector, un sector que es más suyo que de nadie y que debe mucho, pero muchísimo, a esta figura todopoderosa.

Anna Wintour es la figura más influyente de la moda, posiblemente la editora con más mentalidad comercial de todos los tiempos. Durante sus 25 años en la biblia de la moda convirtió sus portadas en auténticas campañas de lanzamiento de famosos, diseñadores, cantantes... Su capacidad de influencia ha sido tan fuerte que creó los premios para defender a los nuevos diseñadores estadounidenses a través de los CFDA. 'The New York Times' la describió como un "consultor interno para revistas con problemas o anticuadas".

Para comprender su vital papel en el mundo de la moda no nos podemos quedar únicamente en la superficie, esa que nos habla de una mujer británica, una de sobra conocida, llamada Anna Wintour, que figura como la directora absoluta de la edición americana de la revista 'Vogue' desde tiempos ancestrales, amiga íntima de los grandes diseñadores de la industria y una imprescindible en los desfiles más prestigiosos del planeta fashionista. Lo cierto es que así es, pero la historia detrás de Anna Wintour nos revela que ella es mucho más.

placeholder Anna Wintour. (Getty)
Anna Wintour. (Getty)

En el documental de 'The September Issue', Wintour dijo: “Al crecer en Londres en los años sesenta, debías llevar un saco en la cabeza como el de Irving Penn para no darte cuenta de que algo extraordinario estaba sucediendo en la moda. La apariencia de las chicas de entonces y todo lo que estaba pasando: la píldora y la emancipación de la mujer y el fin del sistema de clases, simplemente ver y vivir esa revolución me hizo amar [la moda] desde una edad temprana".

Se estrenó en el periodismo de moda a los 20 años cuando fue contratada en Londres por la revista 'Harper’s & Queen'. Pero enseguida Nueva York se fijó en ella y en la década de los 70 se trasladó a la ciudad de los rascacielos para trabajar en la revista 'Harper’s Bazaar'. Su primer contacto con 'Vogue' llegaría un tiempo después, concretamente en 1983, momento el que Anna comenzó sus pinitos como responsable creativa de esta cabecera.

En 1985, Anna, como la llaman sus amigos, se convirtió en editora en jefe de 'British Vogue', donde implementó grandes cambios. "Hay un nuevo tipo de mujer", dijo al 'London Evening Standard': "Está interesada en los negocios y el dinero. Ya no tiene tiempo para comprar. Quiere saber qué, por qué, dónde y cómo". Wintour regresó a Nueva York en 1987 para hacerse cargo de House & Garden, un movimiento que muchos creen que fue un punto de partida para la sucesión de Grace Mirabella, solo diez meses después, en 1988. La primera portada de Wintour fue una fotografía en la calle de una modelo con jeans y un jersey de alta costura de Lacroix que supuso un cambio de paradigma en la historia de todas las revistas femeninas.

El año 1988 y tras otros trabajos en su historial cuando se convirtió en la directora de 'Vogue', cargo que ostenta y ha defendido desde entonces como una pieza clave e insustituible, no solo en esta revista, también como referente y dictadora de sentencias en el sector de la moda.

placeholder Anna Wintour. (EFE)
Anna Wintour. (EFE)

Con ella como editora jefe llegarían las portadas más impactantes y emblemáticas que recuerda la industria, llegarían esos números de septiembre de éxito en ventas, llegarían esos lookazos increíbles creados con piezas imposibles y que cobraban vida gracias a su maestría innata para combinar, y también llegarían las primeras damas como Hillary Clinton y Michelle Obama (además, es una firme defensora del Partido Demócrata y ha recaudado fondos para las candidaturas presidenciales), la plana mayor de Hollywood o las influencers como protagonistas de sus portadas. Sin duda, cuando corrían buenos tiempos para la prensa de siempre.

Acierto tras acierto, a cada cual más asombroso que el anterior, Anna Wintour logró ganarse el respeto y la admiración de la industria, grabando a fuego su nombre como una figura viva irremplazable de la Gran Manzana, donde vive con sus dos hijos.

placeholder Anna Wintour. (EFE)
Anna Wintour. (EFE)

Entre tanto, Anna Wintour iba engrosando una exclusiva lista de mejores amigos: Karl Lagerfeld, Giorgio Armani y Oscar de la Renta, pero también fuera del mundo de la moda, como el tenista Roger Federer.

placeholder Karl Lagerfeld y Anna Wintour.
Karl Lagerfeld y Anna Wintour.

Pero no han sido sus amistades el punto fuerte en la vida profesional de Anna Wintour. De ella siempre se ha dicho que tiene tanto poder que un solo gesto suyo puede encumbrar o hundir la carrera de un diseñador, hecho que ha demostrado a lo largo de sus más de 20 años al frente de 'Vogue' y con su presencia (o no) en determinados desfiles, porque ella no está en todos, no, solo en los mejores.

En 1995 tomaba las riendas del evento más potente de la industria: la gala del MET, y con ella, esta cita pasó de olvidada a un verdadero acontecimiento mundial donde celebs, diseñadores y todo aquel que es alguien en el mundo se dan cita cada año (salvo este 2020 y a consecuencia de la pandemia) con Anna Wintour como perfecta maestra de ceremonias. Es administradora del Museo Metropolitano de Nueva York; su participación convirtió la gala anual del museo en uno de los eventos más destacados del año. El departamento de vestuario del museo pasó a llamarse Anna Wintour Costume Institute en 2014.

placeholder Anna Wintour, en la gala del MET de 2019. (EFE)
Anna Wintour, en la gala del MET de 2019. (EFE)

Sin quererlo, ni mucho menos pretenderlo, en 2003 marcaba otro hito en la historia de la moda. 'El diablo viste de Prada', la novela de Lauren Weisberger, exayudante de Wintour, tomaba su figura como inspiración del personaje principal de la misma basándose en las experiencias que la propia autora había vivido al trabajar mano a mano con la editora. Otro éxito, inconsciente, que llevaba a una Meryl Streep a la gran pantalla para interpretar el papel inspirado en Anna Wintour en una de las películas en torno al mundo de la moda más legendarias del cine. Con su único y típico estilo, Wintour lució Prada en la premier.

placeholder Meryl Streep, en la película 'El diablo viste de Prada'. (Cortesía)
Meryl Streep, en la película 'El diablo viste de Prada'. (Cortesía)

Una película taquillera con su figura como protagonista, pero también un documental autorizado que contaba cómo Anna Wintour y su ejército de 'Vogue' daban vida paso a paso y meticulosamente al número de septiembre de 2007. Bautizado como 'The September Issue', en él se detallaban los entresijos del que fue el ejemplar más grande en la historia de esa publicación, capitaneado, obviamente, por la editora de moda más famosa del mundo.

placeholder Anna Wintour. (Reuters)
Anna Wintour. (Reuters)

¿Sus últimos logros? En 2013 pasó a controlar la dirección creativa de todas las cabeceras del grupo editorial al que pertenece 'Vogue' en EEUU y, como dato curioso, en 2017 fue nombrada dama del Imperio británico por su contribución a la moda y el periodismo.

Por todas estas razones y muchas más, a día de hoy, toda esa influencia y esos superpoderes que Anna Wintour ejerce en el mundo de la moda se mantienen intactos y su reinado como prescriptora absoluta de estilo está más vivo que nunca. Los medios de comunicación rara vez se centran en la habilidad y la capacidad para perdurar de la editora, algo harto difícil en un sector en que las modas cambian cada poco, pero Anna siempre permanece.

Recién cumplidos los 72 años, Anna Wintour no ha perdido un ápice de poder e influencia en la industria de la moda. Es, de largo, la mujer más relevante e importante de la era contemporánea del sector, un sector que es más suyo que de nadie y que debe mucho, pero muchísimo, a esta figura todopoderosa.

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