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Cumbre de la OTAN: ¿cuánto le debe la moda a la guerra?
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HISTORIA DE LA MODA

Cumbre de la OTAN: ¿cuánto le debe la moda a la guerra?

De las botas a la gabardina o el reloj de pulsera, hay prendas de nuestro día a día que no se entenderían sin un conflicto bélico. ¿Sabes cuáles son?

Foto: Descubre las nuevas normas de estilo de la tendencia armada. (Imaxtree)
Descubre las nuevas normas de estilo de la tendencia armada. (Imaxtree)

Estar una semana oyendo hablar de armamento a los líderes mundiales nos ha hecho llegar a una reflexión: hay una moda pensada para la paz y otra para la guerra. Es el caso, por ejemplo, de los uniformes que Hugo Boss diseñó para la Alemania nazi o los que Valentino Garavani creó en su día para el cuerpo de carabinieri italianos y que los convierte en la Policía más elegante del planeta.

La relación entre la moda y el ejército es una de las más fructíferas de la historia. De hecho, hay un sinfín de diseños que han llegado directamente de las trincheras a nuestro armario. Quizás el más conocido sea el que recibe el nombre de ese mismo espacio: la trinchera, o sea, el trench. Aprovechamos la cumbre de la OTAN que se celebró en Madrid para hacer un repaso por algunas de esas prendas que ahora llevamos por la calle, pero que antes se pensaron para el frente.

placeholder La camiseta de rayas de Massimo Dutti. (Instagram @massimodutti)
La camiseta de rayas de Massimo Dutti. (Instagram @massimodutti)

El origen de la gabardina se lo reparten entre la emblemática Burberry, Mackintosh o la también centenaria Aquascutum, pero ambas coinciden en una historia muy similar. A finales del siglo XIX se consiguió diseñar un abrigo que conseguía mejorar las condiciones en el frente al ser impermeable. Esta prenda, creada con un textil de alta tecnología, tenía que llegar antes o después al gran público y así pasó a ocupar un espacio imprescindible en nuestro armario. Pero la evolución no fue del todo completa y de hecho las gabardinas todavía conservan referencias bélicas, como son las diferentes trabillas que llevan, donde bien podríamos colgar nuestras granadas, o su propio color, el clásico caqui, que ayudaba a camuflarse durante contiendas como la I Guerra Mundial.

La Gran Guerra también nos dejó otro accesorio sin el que hoy nos resultaría complicado vivir. Si bien es cierto que podemos encontrar modelos de reloj de pulsera ya en el siglo XIX, no será hasta después de la I Guerra Mundial cuando se pondrá de moda. ¿Por qué? Los pilotos de aviación (la gran novedad armamentística de esta contienda) cogían sus relojes de bolsillo y se los ataban a la muñeca para facilitar la conducción de los aviones y la coordinación entre ellos. La novedad del avión, así como el heroísmo de pilotos como Roland Garros, les convirtió a estos hombres en verdaderos influencers de su momento, de ahí que el reloj de pulsera se convirtiera en la nueva moda.

placeholder El Zenith Pilot Montre D'Aéronef Type 20 GMT 1903 está inspirado en los relojes del servicio postal aéreo francés de 1939.
El Zenith Pilot Montre D'Aéronef Type 20 GMT 1903 está inspirado en los relojes del servicio postal aéreo francés de 1939.

Yves Saint Laurent convirtió la sahariana en una prenda femenina, pero su origen también está en el ejército. En este caso fueron las tropas británicas quienes la pusieron de moda. Fue parte de su uniforme durante sus conquistas en África e India durante el siglo XIX y en la I Guerra Mundial se convirtió en su chaqueta de verano.

La camiseta blanca, por su parte, le debe mucho a Marlon Brando y James Dean, pero quienes también la convirtió en icono fueron los marines americanos y las fotos que de ellos se tomaron en los barcos durante los años 50 y 60. Ver a estos héroes 'made in USA' cubriendo sus cuerpos contorneados con tan solo una camiseta blanca fue una de las mejores campañas de marketing para esta prenda.

Pero no todo son incorporaciones de este siglo. Las botas de caña alta, por ejemplo, también llegan de la indumentaria militar clásica y no exclusivamente eso. A ellas les debemos también el diferenciar el pie derecho del izquierdo: hasta que no se popularizó su uso, las hormas de los zapatos eran iguales para los dos pies.

La marinière francesa, es decir, la típica camiseta de rayas azules que han reivindicado firmas como Chanel o Jean Paul Gaultier, proviene del uniforme de las tropas francesas como las famosas guerreras, que crean firmas como La Condesa, y tienen su origen en diseños como el de la chaqueta de los uniformes de húsares, los cuerpos de soldados de élite húngaros.

Por último, en este repaso a todo lo que la moda le debe al ejército, podemos remarcar otra influencia más. ¿Pensabas que la ropa rasgada era una modernidad? Nada más lejos de la realidad. Basta echar un vistazo, por ejemplo, al desfile de alta costura de Valentino de otoño invierno 2016 para encontrar en esa colección homenaje al Renacimiento referencias a las 'cuchilladas'. Según cuentan las crónicas, la Europa del siglo XVI quedó fascinada por la historia de los soldados suizos que, tras vencer a los borgoñones, se pusieron sus ropas rasgándolos para poder entrar en ellas. Desde entonces, lo de rasgar la ropa lo llevamos en nuestro ADN, aunque hayan pasado más de 600 años.

Estar una semana oyendo hablar de armamento a los líderes mundiales nos ha hecho llegar a una reflexión: hay una moda pensada para la paz y otra para la guerra. Es el caso, por ejemplo, de los uniformes que Hugo Boss diseñó para la Alemania nazi o los que Valentino Garavani creó en su día para el cuerpo de carabinieri italianos y que los convierte en la Policía más elegante del planeta.

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