'Emily en París' tiene la clave: cómo vestir según Philippine Leroy-Beaulieu o Camille Razat si eres mayor o menor de 30 años

El 21 de diciembre llega a Netflix la tercera temporada de 'Emily en París', la serie en la que Lily Collins se mete en la piel de una ejecutiva de cuentas cuya vida da un giro de 180º cuando es trasladada por motivos de trabajo a la Ciudad de la Luz. No es la trama precisamente la de una ficción que pasará a la historia por su complejidad, pero sí que lo hará probablemente por su uso de la moda. Este 'placer culpable' se ha convertido en el perfecto discípulo de 'Sexo en Nueva York' –con permiso de la secuela de esta, 'And Just Like That'– ya que, como probablemente sabrás, detrás del estudiado vestuario está la misma estilista, Patricia Field, en este caso como consultora y ayudada por Marylin Fitoussi.

No vamos a hablarte en este artículo sobre los coloridos looks que defiende su protagonista y que tanto dividen las redes por su carente realismo, sino sobre los que de verdad representan a la perfección el estilo parisino, que son los de Camille y Sylvie.

Ambas son, estilísticamente hablando, las verdaderas estrellas de la serie porque nos ofrecen altas dosis de inspiración cada vez que aparecen en pantalla. La primera, a las menores de 30 años con su genialidad para convertir en apetecible incluso lo más sencillo, y la segunda, a las más veteranas con su capacidad para que todo en ella parezca exclusivo.

Camille Razat marca la diferencia con su personaje desde la primera vez que aparece en escena con una blazer cruzada azul marino, unos vaqueros con el bajo doblado y unos botines. Es ahí cuando nos damos cuenta de lo mucho que podemos aprender de su codiciado armario. En él no hay prendas tan llamativas como en el de su amiga, pero precisamente por eso nos encanta. Ella juega con el monocromatismo y es el antídoto a las estridencias de Emily. Lo que destaca en los looks de Camille son las magníficas combinaciones de americanas llevadas como vestidos con mocasines, pichis con blusas vaporosas debajo, chaquetas marineras con pantalones palazzo, conjuntos de top y minifalda, vestidos midi con botas cowboy… Sus recursos son de lo más variados y llevan el concepto 'effortless' a su máxima expresión. Además, es clave el uso que hace de los accesorios, siendo los sombreros sus grandes favoritos en cualquiera de sus formatos.

El de la severa jefa de Emily Cooper, Sylvie, es, por su parte, un estilo aún más minimalista. Lo que no quiere decir en absoluto que haya pasado desapercibido. Más bien todo lo contrario. Si en la primera temporada gustó, en la segunda directamente ha sido enarbolado como el gran favorito porque deja muy claro que la sensualidad y la sofisticación no están reñidas con la veteranía. Al personaje encarnado por Philippine Leroy-Beaulieu le basta un vestido negro para estar espectacular. Pero, claro, no sirve cualquier vestido negro, hace falta uno que de verdad merezca la pena. Y en eso radica la gran enseñanza que nos deja Sylvie, en el saber elegir para que funcione. “Es la mujer chic francesa clásica”, explicó Patricia Field al ser preguntada por la construcción de esta figura que empezó cumpliendo a rajatabla con todos los tópicos, pero que ha terminado por ser una reivindicación sensata de una elegancia madura.

Que no te engañe su atractivo natural, lo que ella lleva está perfectamente estudiado y así nos lo quieren hacer saber. Ella es disciplinada hasta para elegir qué ponerse porque en ningún caso deja margen al error. Sus infalibles, los cuales deberíamos memorizar todas las que hemos pasado la barrera de los 30, son las blusas de seda, los trajes bien estructurados, las gabardinas fluidas, las chaquetas que marcan bien los hombros y los pantalones que definen la silueta.

El mejor manual para lucir impecable siempre con las máximas del encanto francés.