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Cómo el armario de E. Jean Carroll ha ido en contra de Donald Trump en el juicio
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ANÁLISIS DE MODA

Cómo el armario de E. Jean Carroll ha ido en contra de Donald Trump en el juicio

La escritora y periodista E. Jean Carroll se ha encargado de que sus looks gritaran "inocencia" a cada paso. Analizamos cómo su armario ha sido vital para ganar el juicio contra Trump

Foto:  E. Jean Carroll. (EFE/Justin Lane)
E. Jean Carroll. (EFE/Justin Lane)

El juicio contra Donald Trump contó, como no es extraño en Estados Unidos, con un jurado popular, por lo que la periodista E. Jean Carroll no ha dudado en construir un armario con el que hacer ver a los presentes que lejos de ser “una enferma mental”, como el expresidente la definió, es una prestigiosa periodista y escritora que no busca la fama, sino justicia. Trump fue declarado culpable por abuso sexual y difamación, por lo que podemos pensar que su armario, en su justa medida, ha tenido algo que ver con el resultado.

Del mismo modo que en el juicio de Gwyneth Paltrow pudimos observar cómo su armario jugó a su favor, Carroll se ha encargado de que cada uno de sus looks mandaran el mensaje que quería. Lo cierto es que la indumentaria y la estética de E. Jean Carroll durante el juicio eran un asunto especialmente relevante, pues Donald se había encargado de asegurar que ella no era su tipo, y el hecho de que el e presidente se negara a aparecer a lo largo del proceso judicial es algo que jugó en su contra.

placeholder E. Jean Carroll. (Reuters/Andrew Kelly)
E. Jean Carroll. (Reuters/Andrew Kelly)

Al igual que ocurre siempre con las víctimas de delitos sexuales, el cuerpo de la víctima se convierte en el foco del juicio, y ella ha sabido convertirlo en un arma a su favor. “Donald Trump dijo que ella no es su tipo y la periodista se ha encargado de demostrarlo, porque para Carroll es muy relevante dejar claro que ella no es una mujer de las que gusta a Trump. Se ha encargado de que su indumentaria lo refleje y ha convertido el desprecio de Donald en su triunfo. No lleva escotes ni volúmenes exagerados de busto, culo y caderas. Tampoco lleva botox y luce el pelo propio de su edad, por lo que se ha encargado de que las circunstancias de su cuerpo e indumentaria reflejen que no es una mujer de su tipo”, explica el periodista especializado en moda Joan Callarissa.

Teniendo en cuenta que en alguna ocasión la moda ha jugado en contra de las víctimas, especialmente en casos de violencia sexual, es llamativo el hecho de que la periodista haya optado por una discretísima gama cromática y por prendas de cuello alto y diseños sin escote cerrados hasta arriba que sirven no solo para mandar el mensaje de discreción, sino como coraza.

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E. Jean Carroll. (Reuters/David 'Dee' Delgado)

“En Estados Unidos es especialmente importante la indumentaria al contar en tantas ocasiones por un jurado popular, por lo que el armario es esencial. Ella evita llevar cualquier cosa que puede parecer obvia, sexy y provocativa para no dar alas a los republicanos que le pueden haber tocado en el jurado popular. Las tonalidades son crudas, lleva medias tupidas, apuesta por la discreción, lleva gafas de sol… Todo le aleja de quien quiere ser reconocida, porque si quisiera aprovechar la fama para irse a un reality, entraría con ropa reconocible, llevaría el pelo apartado de la cara y contaría con otros detalles para que la gente sepa quién es. Quiere llevar looks que consiguen el efecto dandy, que es el que se logra cuando usas tan bien la sobriedad y la discreción que te conviertes en una figura irresistible. En el terreno simbólico, es posible que sus cuellos altos y prendas cerradas sean una tendencia con la que protegerse del ataque, pues sentirse recogida le habrá dado una ayuda extra. Al tener que revivir sus vivencias, entiendo que el ir cubierta le ha dado una protección extra. Si habla de que le cogió de los brazos, por ejemplo, el hecho de llevarlos cubiertos le habrá hecho sentir menos vulnerable”, asegura Callarissa.

El armario de la periodista gritaba sobriedad, discreción y credibilidad, y como experta en moda, sabía lo que hacía. Mientras que figuras como Anna Sorokin emplean estilistas para acudir a juicio e intentar así convencer al juez, cambiando su armario, ella ha sido fiel a su estilo mientras se aseguraba de que cada detalle contaba. Pendientes de perlas, maletines de piel, trajes navy con camisa blanca abotonada hasta arriba, jerséis de cuello vuelto… Cada look del juicio ha vuelto a ser, al igual que pasó con el de Paltrow, un ejemplo de sobriedad y de atemporalidad.

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E. Jean Carroll. (EFE/Sarah Yenesel)

“Para analizar su indumentaria hay que tener en cuenta que ella es una figura pública. Si fuera una señora desconocida que aprovecha la oportunidad legal de denunciar casos presuntamente prescritos, podríamos valorar por ejemplo si se quiere hacer famosa, pero ella tiene un reconocimiento por su labor. La imagen que proyecta no es teatral, sino la de una mujer 100% Nueva York y 0% Trump. Su indumentaria proyecta intelectualidad, porque es periodista y escritora. Eso lo proyecta con su armario, y para vestir tan sobrio y tan bien no se puede ser tonta. Es un síntoma de inteligencia y creo que su indumentaria está orientada a demostrar cuál es su posición como figura pública, para que cuando la miren vean que es una autora, que no es otra más de las que se aprovechan de Trump y se quieren hacer famosas. Que las cámaras encuentren una mujer cabal, hecha a sí misma, con armas y recursos y una personalidad definida. Ella no ha escogido sus looks casualmente, sino que lo que lleva está enfocado a enfatizar su perfil público, que ha sido corregido y aumentado por el empaque de la edad y las circunstancias en las que se ha visto envuelta”, dice para finalizar Joan Callarissa.

El caso de E. Jean Carroll vuelve a dejar bien claro que la moda sirve no sólo como medio de expresión, sino como coraza, como emisora de mensajes y en definitiva, como aliada para subrayar incluso inocencia. Lo sentimos por quien piense que la ropa es banal, porque está dejando de lado una parte esencial en un juicio, en una entrevista de trabajo y en definitiva, en la vida.

El juicio contra Donald Trump contó, como no es extraño en Estados Unidos, con un jurado popular, por lo que la periodista E. Jean Carroll no ha dudado en construir un armario con el que hacer ver a los presentes que lejos de ser “una enferma mental”, como el expresidente la definió, es una prestigiosa periodista y escritora que no busca la fama, sino justicia. Trump fue declarado culpable por abuso sexual y difamación, por lo que podemos pensar que su armario, en su justa medida, ha tenido algo que ver con el resultado.

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