Keira Knightley, Michelle Williams y Caroline de Maigret disfrutan el la ópera de Chanel
Llegó el día Chanel presentaba en la Opera Garnier el último desfile de alta costura sin directora creativa
Llegó el día, la Opera Palais Garnier se vestía de alta costura de la enseña francesa, Chanel.
Hoy ha sido el principio de una nueva era y el fin del de Virginie Viard, la mano derecha y sucesora de Karl Lagerfeld al frente de Chanel. Tras casi 30 años dentro de la casa, la enseña de la que es embajadora Carlota Casiraghi y que hoy no ha acudido, comunicaban a los medios que la creadora finalizaba su etapa tras cinco años gobernando la batuta creativa de una de las maisons más emblemáticas de la moda: "Chanel quiere agradecer a Virginie Viard su notable contribución a la moda, la creatividad y la vitalidad de Chanel."
La muerte de Karl Lagerfeld el 19 de febrero de 2019 dejó un vacío que parecía difícil de llenar y que heredó la que había sido su persona de confianza. Un relevo escogido por él mismo y que venía a mantener la esencia de su trayectoria en la firma. La francesa dominaba su lenguaje, incluso, se adelantaba a los planteamientos de Karl Lagerfeld y era experta en el savoir faire que forma parte del ADN de Chanel.
Las primeras en llegar a este emotivo momento han sido las actrices amigas de la marca. Una de las musas y siempre fiel a la marca es Caroline de Maigret.
La bailarina Blanca Li, también ha acudido a la ópera con chaqueta de tweed a cuadros, un top de rejilla, pantalones de seda y zapatos bicolor. Chanel de pies a cabeza.
La actriz norteamericana no se ha querido perder esta histórica fecha que pasará a la historia. La intérprete eligió un vestido negro brillante con efecto crop y falda evasé.
Keira Knightley con vestido blanco de estética vintage de manga larga de organza y falda tulipa de la firma.
Un desfile romántico y nostálgico en el que Virginie ha transmitido todos los valores de la marca y ha hecho un guiño a los espectáculos de la Ópera a través de bailarinas con tules y maxicapas de diva.
El clasicismo, el tweed, las perlas, su enfoque se ha caracterizado en este desfile de Alta Costura por una feminidad sutil y refinada, acercándose a los espectáculos teatrales de su predecesor, algo de lo que había rehuido desde los inicios y que parece que a la directiva no le ha gustado.
Hoy no hemos visto nada de esa elegancia discreta. Viard hoy ha revitalizado los clásicos de Chanel con una sensibilidad contemporánea. Su colección ha destacado por una simplicidad chic, donde los detalles artesanales y la calidad de los materiales cobran protagonismo.
Los emblemáticos trajes de tweed, los pequeños vestidos negros y los adornos de perlas y botones dorados han estado presentes, pero con un aire más aspiracional y sofisticado que en las últimas temporadas. El enclave ayudaba a conseguir este efecto.
Ella, que se inclina hacia siluetas más suaves y fluidas, ha vuelto a las siluetas marcadas del Chanel del káiser. Tampoco ha jugado con colores y texturas de manera innovadora pero sin estridencias.
Viard ha hecho un homenaje respetuoso a la herencia de la maison, veremos qué le depara ahora al futuro de la marca.
Llegó el día, la Opera Palais Garnier se vestía de alta costura de la enseña francesa, Chanel.