Ana Belén da una lección de elegancia con un traje imprescindible para esta primavera

En la inauguración del Museo Nacional de Artes Escénicas en Almagro, un evento presidido por el rey Felipe VI, Ana Belén volvió a hacer lo que mejor sabe sobre una alfombra institucional: deslumbrar sin necesidad de artificios. Con un impecable traje sastre en tono crema y una blusa con lazada, la actriz reafirmó su lugar como una de las mujeres más elegantes del panorama cultural español. Una lección de estilo sutil, refinada y, sobre todo, muy actual. El look elegido por la polifacética intérprete para esta cita tan simbólica —celebrada además en el Día Mundial del Teatro— es una auténtica masterclass de cómo interpretar la moda de primavera con inteligencia y sofisticación. El traje de dos piezas, de corte clásico, pero perfectamente entallado, responde a la tendencia “soft tailoring” que reina esta temporada. El tono marfil, fresco y luminoso, es perfecto para el entretiempo y resalta su melena suelta, peinada con ondas suaves, y su maquillaje natural.

Pero lo que eleva este conjunto a otro nivel es, sin duda, la elección de la blusa con lazada al cuello. Este detalle, conocido como “lavallière”, es un guiño directo a la estética icónica de Yves Saint Laurent, quien lo incorporó al vestuario femenino como símbolo de empoderamiento sin renunciar a la feminidad. Una inspiración que también ha conquistado otras figuras del estilo nacional, como la reina Letizia, que hace apenas unas semanas lució una blusa similar durante el acto del Día Mundial de las Enfermedades Raras en Oviedo, combinándola con un traje masculino de la firma Sandro.

En el caso de Ana Belén, la lazada se presenta como un detalle fluido, delicado y elegante, que suaviza la sobriedad del traje y le añade un punto de teatralidad muy apropiado para la ocasión. El resultado: un look equilibrado, donde lo clásico se encuentra con lo contemporáneo, lo formal con lo personal, y lo sobrio con lo sublime.

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Paula Mata

A lo largo de las décadas, Ana Belén ha sido sinónimo de elegancia silenciosa. Su estilo, fiel a una estética minimalista, ha envejecido tan bien como ella. Lejos de seguir modas efímeras, ha construido una imagen coherente basada en la simplicidad, la estructura y los tonos neutros. Prendas bien cortadas, tejidos nobles y combinaciones sin estridencias son las claves de su armario. No en vano fue musa del mismísimo Jesús del Pozo. En este look de hoy ha hecho gala de su excepcionalidad: transmite autoridad sin agresividad, belleza sin ostentación y actualidad sin perder su esencia.

No es casual que Ana Belén haya optado por este tipo de traje para un evento tan institucional. Su elección conecta con una tendencia muy clara en la moda actual: el auge del sastre femenino como uniforme de poder —del que Letizia se ha hecho su mayor valedora—. Pero en su caso, lo hace con un toque propio, huyendo de los cortes duros y apostando por líneas más suaves y relajadas. El resultado es un traje que no impone, sino que acompaña y resalta su personalidad.

El resto del look sigue la misma línea: sin apenas accesorios, zapatos nude calados que alargaban la silueta, con unos pendientes discretos y un anillo sencillo como únicos complementos. Deja que el conjunto hable por sí solo. En un mundo dominado por la ostentación visual, Ana Belén sigue apostando por la elegancia que no necesita levantar la voz. Porque como bien ha demostrado, no hay nada más moderno que lo atemporal.