Olvera, no te olvides de parar en este pueblo cuando vayas a Tarifa (o a Vejer)
Te llamará la atención desde lejos y lo querrás conquistar. Su iglesia de torres gemelas, su castillo y la blancura de su barrio de la Villa irán derechitos a tu Instagram. El arte es así
Puede que ya te estén entrando las ansias de dejarte caer por Tarifa, de atardecer en Bolonia y pasearte por Barbate, así que es el momento para poner en el mapa esos otros pueblos blancos blanquísimos de Cádiz sin mar ni playa pero con un encanto, gaditano además, que no se puede aguantar. Y si ya te dejaste impresionar por el bello Arcos de la Frontera, carne de Instagram, haz lo propio con Olvera. Te va a encantar. Ya lo verás.
No todo es Tarifa y Vejer
Además del Vejer que nos vuelve locos y tan cerca de los dos mares y la ciudad del viento y el surf, hay otros pueblos de interior que son bonitos por demás, caso de Olvera, en plena ruta de los pueblos blancos, de estampa imponente. Nada más llegar se ve su magnífica iglesia, perfectamente recortada en el horizonte, a un lado, y a otro, como en un poema, su castillo. Y en medio, descolgándose ladera abajo y sin vértigo toda la blancura de sus casas. Esto fue el reino nazarí de Granada.
El barrio de la Villa, directo a tu IG
Olvera también presume de calles pintorescas, con fachadas encaladas llenitas de flores, de llamativas ventanas y de patios, de rincones que tan bien se dejan fotografiar. Le pasa lo mismo que a Frigiliana, a Zafra o a Mijas, que lucen una belleza que en muchos momentos te parecerá antigua (hay que remontarse siglos atrás) y espectacular. Así es el barrio de la Villa, el más antiguo, en la parte alta y al abrigo del castillo, en lo que fue la medina. De su pasado árabe queda también la Torre del Pan, que fue la tahona, o la de los Olivillos.
La iglesia y el castillo, los dos hits
Son las dos estrellas de Olvera. La iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación, neoclásica del XVIII y en origen gótico-mudéjar, y el castillo del XII. A la primera te la encontrarás en la plaza, dónde si no; fue mandada construir por los duques de Osuna y la reconocerás de lejos (y de cerca) por sus torres gemelas. Dentro, prepárate para la lección de arte: bóveda de cañón, crucero con cúpula y linterna, y mármol italiano. El segundo, como era de esperar, corona la villa, parte entonces del sistema defensivo del Reino de Granada, lo mismo que la muralla, que conserva los siete contrafuertes que la sostenían y el torreón, aunque no el lienzo. El patrimonio sigue: el santuario de los Remedios, a las afueras; la Casa de Cilla, que fue granero, y un castillo más, el de Ayamonte (pero en Cádiz, no en Huelva), solo restos.
Cádiz tiene mar y... montaña
Es decir Cádiz y se nos vienen a la cabeza esa Habana con más salero y todo su mar con sus acantilados y playas, pero Cádiz es también sierra (solo hay que pensar en los Alcornocales y no digamos en Grazalema). Y Olvera está precisamente en la comarca de la Sierra de Cádiz, al noreste, haciendo frontera con Sevilla y Málaga, alejado como el que más de la capital (a 130 kilómetros) y muy cerquita de Ronda y Setenil. Es olivera, para más datos, porque no todo el aceite andaluz es de Jaén; todo un balcón, desde sus 623 metros de altitud, y está atravesada por la Vía Verde de la Sierra, que es un lujo natural.
Un paraíso para los 'pajareros'
La reserva natural del Peñón de Zaframagón, en las estribaciones de la Sierra de Grazalema, destaca porque alberga la mayor colonia nidificante de buitres leonados de Andalucía y una de las mayores de Europa. Lo encontrarás en plena Vía Verde, la antigua infraestructura ferroviaria que iba a unir Jerez de la Frontera con Almargen y que se paralizó por la Guerra Civil. Hoy es turística: 36,5 kilómetros entre Puerto Serrano y Olvera, por los que se puede ir en bici, a caballo o a pie.
Qué hay de comer…
En cuestiones gastronómicas, aquí se presume de sopa de tomate, de guiso de tagarninas, de carne de caza, de solomillo relleno y de postres como la torta del Lunes de Quasimodo, la romería del lugar, y el hornazo; además de su aceite, claro. No hay nada como tapear en el bar de Juanito Gómez, es lo propio (Bellavista, 1). O en el bar La Plaza, no hay que decir dónde, famoso por su rabo de toro.
Para dormir
Además de los hoteles que ya te mostramos al hablarte de Ronda, que queda al ladito, caso de la Fuente de la Higuera o el Molino del Arco, podrás alojarte en los apartamentos turísticos Vía Verde de la Sierra, con piscina, que están en plena Estación de Olvera (ella misma un hotel) y son la mar de auténticos. Lo decimos porque recrean los vagones del tren que tendría que haber hecho la línea férrea ya mencionada. Cada vagón tiene 50 metros cuadrados, dos habitaciones, un cuarto de baño, un salón-cocina y un pequeño porche. Perfecto para dormir… y soñar.
Puede que ya te estén entrando las ansias de dejarte caer por Tarifa, de atardecer en Bolonia y pasearte por Barbate, así que es el momento para poner en el mapa esos otros pueblos blancos blanquísimos de Cádiz sin mar ni playa pero con un encanto, gaditano además, que no se puede aguantar. Y si ya te dejaste impresionar por el bello Arcos de la Frontera, carne de Instagram, haz lo propio con Olvera. Te va a encantar. Ya lo verás.
- Por qué los ricos aman Vejer de la Frontera: cita de vips en el Circuito Hípico del Sol Ángeles Castillo
- Tarifa: siete razones para ir a este paraíso veraniego (más allá del surf y los mojitos) Ángeles Castillo
- Arcos de la Frontera: 6 razones para viajar a este pueblo de Cádiz (y fardar en Instagram) Ángeles Castillo