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Pueblos blancos: si te enamoraste de Frigiliana, no te pierdas Comares
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Pueblos blancos: si te enamoraste de Frigiliana, no te pierdas Comares

Tiene un singular trazado árabe, una fortaleza que conquistar para sentirte una reina o un califa (de Córdoba) y esos rincones pintorescos que buscabas. Te contamos por qué tienes que ir a Comares

Foto: Comares, un pueblo blanquísimo en la Axarquía. (Cortesía Turismo Comares)
Comares, un pueblo blanquísimo en la Axarquía. (Cortesía Turismo Comares)

Pues eso, si ya te enamoraste de Frigiliana, cosa que no nos extraña nada, de su blancura, sus rincones con encanto, sus calles laberínticas, sus muchas flores y sus vistas al mar de Nerja y a las montañas marroquíes del Rif en los días claros (África tan cerca), es muy probable que te pase algo parecido con Comares, también en la Axarquía, o sea, en la Costa del Sol oriental, nada que ver con el tumulto (y marcha) de Marbella y alrededores. Esto va de pueblos blancos y de pueblos bonitos. Te contamos por qué tienes que viajar ya a este rincón de Málaga. Y después de cabeza a la playa (a 45 minutos).

Comares, otro pueblo blanco (pero no en Cádiz)

No todos los pueblos blancos iban a estar en Cádiz. Málaga también tiene los suyos. Fuimos a Mijas y a Ronda, y por supuesto a Frigiliana, y ahora es el momento de hacer lo propio con Comares, también de origen y trazado árabe, antigua fortaleza, de la que aún quedan restos (en tiempos con capacidad este castillo para 15.000 almas), y mirador ineludible. De hecho, se le conoce como el Balcón de la Axarquía. Te querrás asomar.

Por qué ir a Comares

Te podríamos decir que por su bella estampa, blanco blanquísimo recortándose sobre el paisaje, por su sabor auténtico, que es el de sus aceites y su vino dulce (muy preciado, junto al de Cómpeta y aun el del mismo Frigiliana, tanto que se dice que se exportaba en la época del Califato de Córdoba a la Corte de Bagdad), o tal vez por sus pandas de verdiales (y olé, por fandangos), con sus tocaores, cantaores y bailaoras, muy propio, tanto que hasta hacen los trajes y los espectaculares sombreros aquí. Folclore al poder.

Málaga, mar y montaña

Málaga es mucho más que Marbella, Fuengirola, Benalmádena e incluso que Torre del Mar y Nerja. El mar no podía tener mejor rival que la montaña y ahí es donde se alza Comares, en las estribaciones de los Montes de Málaga, a 703 metros sobre su nivel, a solo 39 kilómetros de la capital, o sea, de la Alcazaba, el Museo Picasso y la calle Larios. Entre olivos, almendros y algarrobos. Con mucha historia (e historias) que contar. Las de Omar Ben Hafsun, Abderramán III, Pedro de Cuéllar y hasta la mismísima Juana I de Castilla.

Qué ver en Comares

Si bien es cierto que te embelesará su silueta, sus casas blancas despeñándose ladera abajo, tipo Capileira o Bubión, en la no muy lejana Alpujarra granadina, y sus miradores, este pueblecito del interior tiene también su patrimonio: el aljibe árabe, los arcos ídem, la torre del Homenaje de la antigua alcazaba, los restos de la muralla, llamada la Coracha, la calle del Perdón, donde fueron bautizadas las treinta familias moras que quedaron tras la rendición, y la iglesia de la Encarnación, siglo XVI, de estilo mudéjar.

Una foto para tu Instagram

Comares es muy de foto, ya lo ves (y lo verás), pero sobre todo lo es desde su fortaleza, concretamente desde dos arcos también blancos que enmarcan el pueblo y que lo hacen pintoresco (también 'pinterestco'), muy instagrameable y encantador. Pero también vagabundeando por sus calles empinadas, románticas, unidas por arcos de ladrillos y con cierto exotismo digamos marroquí. Su historia está contada en mosaicos.

Qué comer en este pueblo de la Axarquía

Aquí lo típico son las migas, la sopa de puchero, que ahora no es plan, y el gazpachuelo, seguimos con la autenticidad máxima, que se pueden catar, junto al gazpacho y el ajoblanco, en El Mirador de la Axarquía (Lugar de las Encinillas, 4), en el que lo mejor sin duda son las vistas, lo mismo que en El Balcón de Comares, delicias gastronómicas aparte. Definitivamente este no es un pueblo turístico, mucho menos que Frigiliana y también muy del gusto de Gerald Brenan, el autor de 'Al sur de Granada', que vivió en Yegen (al pie de Sierra Nevada).

Dónde dormir

El hotel Molino de los Abuelos (Plaza de la Axarquia, 2) está muy en la onda de todo Comares: con pasado (es de 1800 y fue usado como almazara), con espléndida panorámica, solo seis habitaciones y el restaurante El Balcón de Comares, ya mencionado (desde 36 euros). No lejos, al otro lado del embalse de la Viñuela, junto al Parque Natural de la Sierra de Tejeda-Almijara, está el hotel B Bou La Viñuela & Spa, más al hilo de las tendencias, con 37 habitaciones y restaurante (desde 76 euros).

Pues eso, si ya te enamoraste de Frigiliana, cosa que no nos extraña nada, de su blancura, sus rincones con encanto, sus calles laberínticas, sus muchas flores y sus vistas al mar de Nerja y a las montañas marroquíes del Rif en los días claros (África tan cerca), es muy probable que te pase algo parecido con Comares, también en la Axarquía, o sea, en la Costa del Sol oriental, nada que ver con el tumulto (y marcha) de Marbella y alrededores. Esto va de pueblos blancos y de pueblos bonitos. Te contamos por qué tienes que viajar ya a este rincón de Málaga. Y después de cabeza a la playa (a 45 minutos).

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