El palacio de Arbaizenea, al descubierto gracias a Genoveva Casanova (y su perro Taj)

Genoveva Casanova lleva toda la cuarentena confinada en San Sebastián. Lejos de sus hijos (Amina y Luis la han pasado con su padre en Sevilla), ha disfrutado de unos días de relax, yoga y meditación junto a su mascota (su perro Taj) sin tener muchos problemas de espacio. Su residencia, cortesía de su exmarido, ha sido el imponente palacio de Arbaizenea que Cayetano Martínez de Irujo heredó de su madre, la duquesa de Alba.

Divorciada desde 2008, la buena sintonía con el que fuera su marido ha sido extraordinaria durante los últimos años. Una situación que sin duda se confirma tras el confinamiento.

Este palacete tiene una superficie de unos 500 metros cuadrados rodeados de jardines, un parque público y hasta un bloque de viviendas de lujo que se construyeron en una zona alejada de la finca. Distribuido en cuatro amplias plantas, Genoveva ha disfrutado de cada rincón de la casa (que incluye hasta establos), tal y como ella misma ha compartido en su perfil de Instagram.

Gracias a esta especie de diario de cuarentena que ha llevado la mexicana, conocemos un poco más del interior de esta propiedad hasta ahora tan secreta intramuros.

Fotos de familia

Genoveva ha tenido tiempo para todo esta cuarentena. Además de entregarse al vicio de mantener actualizado su perfil de Instagram (gracias al cual hemos tenido acceso al interior del misterioso palacio), la mexicana también ha tenido tiempo de leer. Y lo ha hecho rodeada de fotos de familia en las que, por supuesto, aparecen sus dos hijos mellizos y su exmarido.

Terraza con vistas

Ha cultivado la mente y también el cuerpo cumpliendo con sus horarios deportivos como antes de la cuarentena. ¿Cómo? Gracias a las clases online de yoga con su profesora habitual, Keila Velon, fundadora del madrileño centro Barquillo Hot Yoga. Eso sí, en esta ocasión las clases eran con vistas. ¡Quién las pillara!

Dormitorios

También hemos podido ver algunos retazos de los diferentes dormitorios de los que dispone el imponente palacete de cuatro plantas.

Gracias a su perfil y también al de su mascota.

Pared en blanco y negro

Misa en la capilla

También ha cultivado su espiritualidad siguiendo las misas del papa Francisco a través de internet en la capilla del palacio.

Una cuarentena deluxe de la que poco a poco se ha ido desconfinando. Ahora, además de los paseos diarios por la playa de la Concha, cada vez la vemos más disfrutar del ocio que ofrece San Sebastián, desde ponerse pestañas postizas en un centro de belleza a compartir almuerzos con amigas.