Es noticia
Menú
Máximo Huerta: una librería azul, lámparas vintage y fotos con Landero y Ana Mª Matute
  1. Estilo
  2. Ocio
MI RINCÓN FAVORITO

Máximo Huerta: una librería azul, lámparas vintage y fotos con Landero y Ana Mª Matute

Enfrascado en la nueva novela que ya tiene en marcha, el periodista y escritor Máximo Huerta nos abre las puertas de La Librería de Doña Leo, en Buñol, un refugio feliz que invita a tertulias, amigos y relax

Foto: Máximo Huerta y su librería de Buñol, un híbrido encantador entre las antiguas casas de libros parisinas y londinenses. (EFE)
Máximo Huerta y su librería de Buñol, un híbrido encantador entre las antiguas casas de libros parisinas y londinenses. (EFE)

Hace exactamente seis meses, el periodista y escritor Máximo Huerta cumplía uno de sus sueños de infancia: ser librero. El pasado mes de enero abría sus puertas La Librería de Doña Leo, la primera de la localidad valenciana de Buñol, convirtiéndose de paso en el rincón favorito de su universo particular, un espacio mágico donde solo pueden pasar cosas buenas. “Tener mi propia librería me parecía algo lejano, un poco utópico, pero empezó a tomar forma hace un año, en París, pegado al escaparate de una de esas librerías francesas que tanto me gustan. Fue entonces cuando me dije: 'Adelante, vamos a montarla'. La puesta en marcha ha sido laboriosa, pero muy divertida. Ahora espero que sea como una de esas novelas largas y maravillosas que se disfrutan mucho”, apunta Máximo. Por ella han pasado Luz Gabás —"Fue la primera en decir ‘voy’—, Dolores Redondo, Lucía Chacón, Espido Freire, Clara Fuentes, Irene Vallejo, Alice Kellen o Roberto Santiago, entre otros.

placeholder Máximo a las puerta de La Librería de Doña Leo, su rincón en el mundo. (Cortesía)
Máximo a las puerta de La Librería de Doña Leo, su rincón en el mundo. (Cortesía)

Nada más cruzar la puerta de La Librería de Doña Leo (Cid, 21) resulta inevitable dejarse atrapar por la calidez que desprende. Su fachada principal pintada de azul y su enorme ventanal parecen trasladarnos al colorido barrio londinense de Notting Hill. Su decoración, intencionadamente afrancesada, es fiel reflejo de la personalidad esteta, detallista y emprendedora de Máximo. Presidida por una gran mesa francesa de madera, en sus estanterías negras se agolpan títulos conocidos, novedades y bestsellers, pero también pequeñas joyas literarias que enamoran a los lectores más exigentes. Lo vintage no escapa a estas cuatro paredes y entre sus muebles destacan el tocador años 20 con espejo de la tía Gregoria, una original lámpara de araña con cuentas azules que le regaló su madre Clara y otra más pequeña de estilo art déco en la esquina del escaparate. “Dominan la calidez de los tonos azules y la iluminación íntima. Es como yo imagino el piso de Gertrude Stein. Por supuesto, también hay muchas fotos de mi perrita, protagonista absoluta de esta historia", asegura el autor de 'Adiós, pequeño', trabajo con el que ganó el premio Fernando Lara 2022.

¿Qué tiene de especial este rincón para ti?

“La Librería de Doña Leo es mi lugar en el mundo. Es un viejo horno panadero reconvertido en librería, con el alma del obrador y la magia de los libros que ahora llenan las estanterías. Abres la puerta y entras en otro mundo, como de ficción. La primera impresión es la de haber salido de viaje y aparecer en París, una ciudad que adoro y en la que he vivido mucho tiempo”.

placeholder La Librería de Doña Leo es la librería de Buñol, Valencia. (Cortesía)
La Librería de Doña Leo es la librería de Buñol, Valencia. (Cortesía)

Doña Leo, la gran protagonista

“La idea del nombre surge precisamente porque ella es la primera que lee mis novelas; mientras escribo, siempre está acostada en mis pies. Que se llame así me permitía también jugar con el verbo leer: yo leo, tú lees, él lee… pero además es un homenaje a todos los perros y perras rescatados que he tenido”.

placeholder Doña Leo en persona. (Cortesía)
Doña Leo en persona. (Cortesía)

¿Qué te gusta más de este espacio?

“El clima que se genera: lectores buscando nuevos libros, el tardeo de vino y libros de los viernes o la extraña sensación de, tras atravesar la puerta, sentirte en la rive gauche de París”.

placeholder Los viernes toca tarde de literatura y vinos. (Cortesía)
Los viernes toca tarde de literatura y vinos. (Cortesía)

¿Tuviste alguna librería como referencia?

"Sí, Shakespeare and Co, frente a Notre Dame, en París, y Librería La Mistral, en Madrid. Me gustan las librerías con historia, con alma. Otras de mis favoritas son Lello, en Oporto, y Acqua Alta, en Venecia. Podría pasarme horas allí. Y, por supuesto, me gustaría visitar el Ateneo Grand Splendid de Buenos Aires o 'La librería en la colina' de la que habla Alba Donati. Además, me fascinan los libros sobre librerías, tipo 'Charing Cross', 'Mi maravillosa librería' o 'Rialto 11', entre otras".

Para decorarla, ¿qué aire querías darle?

“La idea era recuperar el espíritu de las librerías clásicas, que no pareciera un almacén de libros, sino un hogar en el que los personajes y las novelas se muestran bien a los lectores”.

placeholder Una librería como las de antes. (Cortesía)
Una librería como las de antes. (Cortesía)

¿Cuál es tu pieza favorita?

“La escultura de Doña Leo, en la puerta, que recibe a los lectores. La ha creado el artista Emilio Tamarit. Es la Mafalda de Oviedo, perfecta para que los niños se sienten con ella”.

placeholder Doiña Leo también es arte. (Cortesía)
Doiña Leo también es arte. (Cortesía)

¿Y la que tiene una vinculación más especial contigo?

“Los libros de mi madre que están agrupados en una de las estanterías superiores. Sus primeras novelas, desde 'Genoveva de Brabante', están aquí. Sus primeras lecturas, las que conseguía en la librería que tenían sus tíos en Sagunto y que yo conservo como un tesoro".

placeholder Recuerdos muy personales. (Cortesía)
Recuerdos muy personales. (Cortesía)

¿Un gran efecto decorativo que cueste poco?

“Tener flores frescas todos los días en el mostrador. A ser posible, lirios. Su aroma dulce mezclado con el de los libros es un mix perfecto”.

placeholder Que no falten los lirios. (Cortesía)
Que no falten los lirios. (Cortesía)

Al colocar los libros en las estanterías, ¿qué criterio impera?

“Depende de la estantería: novela negra, romántica, francesa, libros españoles, fantasía, infantil… También es cierto que Luis Landero, Antonio Muñoz Molina o Elvira Lindo tienen su espacio propio; y otros amigos como Dolores Redondo o María Oruña. Hay una buena selección de libros ilustrados y novela gráfica, están muy de moda y hay verdaderas joyas”.

placeholder Los favoritos, siempre a la vista. (Cortesía)
Los favoritos, siempre a la vista. (Cortesía)

¿Alguna extravagancia entre este universo de novelas, ensayos y biografías?

“Siempre hay vino fresco en la nevera. Por supuesto. Y cava de Requena para brindar cuando menos te lo esperas”.

¿Pasas mucho tiempo en la librería?

“Voy y vengo. Sobre todo me gusta estar por las tardes, cuando termino de trabajar en mi despacho —la nueva novela en marcha requiere tiempo— y me voy un rato a la librería. Allí me gusta recomendar libros, saludar a lectores, que vienen de turismo o en busca de nuevas lecturas, y comprobar los gustos tan variados que tenemos cada uno. Disfruto mucho”.

placeholder Detalles vintage. (Cortesía)
Detalles vintage. (Cortesía)

¿A qué objeto le tienes más cariño?

“A las fotografías con Luis Landero y Ana María Matute, una nota enmarcada de mi madre con su letra y un deseo precioso que escribió en su momento para que la librería tuviera siempre luz. También a una alfombra alicantina, jarrones de todo tipo, carteles de chapa de algunas calles de París, acuarelas pintadas por mí, cuadros regalados, fotografías variopintas, un perchero años veinte de la familia… Todo es una extensión de mis fetiches y gustos”.

¿Te ocupas tú mismo de limpiarlo y ordenarlo todo?

“Yo cuido y ordeno todo, sí, con ayuda de Juan y Yolanda”.

¿Qué significan los libros en tu vida?

“Los libros han sido refugio, entretenimiento, inspiración y la mejor puerta del tiempo para llevarme a otro lugar. No en vano un libro tiene el mismo mecanismo que una puerta”.

placeholder Sabor parisino. (Cortesía)
Sabor parisino. (Cortesía)

Y ahora, ¿qué te gusta leer?

“Desde que tengo la librería, todas las novedades para poder recomendar una u otra a los lectores”.

¿Qué autor acabas de descubrir y quieres recomendarnos?

“Alana S. Portero y su obra 'La mala costumbre'. Hermosa y dura”.

placeholder Doña Leo, la mejor librería de Buñol. (Cortesía)
Doña Leo, la mejor librería de Buñol. (Cortesía)

Si tuvieras que salvar una sola obra de La Librería de Doña Leo, ¿cuál sería?

“Además de los libros de mi madre, salvaría 'Platero y yo', de Juan Ramón Jiménez. Es un indispensable para mí. De hecho, ahora colecciono ejemplares y ediciones de todo el mundo de esta obra”.

Hace exactamente seis meses, el periodista y escritor Máximo Huerta cumplía uno de sus sueños de infancia: ser librero. El pasado mes de enero abría sus puertas La Librería de Doña Leo, la primera de la localidad valenciana de Buñol, convirtiéndose de paso en el rincón favorito de su universo particular, un espacio mágico donde solo pueden pasar cosas buenas. “Tener mi propia librería me parecía algo lejano, un poco utópico, pero empezó a tomar forma hace un año, en París, pegado al escaparate de una de esas librerías francesas que tanto me gustan. Fue entonces cuando me dije: 'Adelante, vamos a montarla'. La puesta en marcha ha sido laboriosa, pero muy divertida. Ahora espero que sea como una de esas novelas largas y maravillosas que se disfrutan mucho”, apunta Máximo. Por ella han pasado Luz Gabás —"Fue la primera en decir ‘voy’—, Dolores Redondo, Lucía Chacón, Espido Freire, Clara Fuentes, Irene Vallejo, Alice Kellen o Roberto Santiago, entre otros.

Tendencias En el punto de mira
El redactor recomienda