Eugenia Osborne: un retrato de su tío, una lámina de 'El Principito' y vajillas especiales

Cuando Eugenia Osborne visitó por primera vez el dúplex de fachada rosa —situado en el corazón del madrileño barrio de Chamartín, donde vive desde hace año y medio con sus tres hijos—, se enamoró inmediatamente de él. “Aquí no me parece estar viviendo en Madrid, de hecho tengo la sensación de estar en la sierra. Recuerdo que estuve viviendo en esta misma calle cuando estudiaba Psicología y al ver el anuncio lo capté como una señal. La zona, que es como un entresijo de calles estrechas, sin apenas ruido, me recuerda mucho a mi abuela materna, que era galesa, y a Inglaterra. Si lo pienso, tengo mucho de las dos”.

Diseñadora, influencer y ahora también empresaria, la hija mediana de Bertín Osborne y Sandra Domecq está entusiasmada con su última reinvención: lanzar al mercado su propia línea de textiles y menaje para el hogar, Home O'Clock, una idea que ha entusiasmado a sus más de 200.000 seguidores en las redes sociales. “Todo surgió cuando, en pleno confinamiento, empecé a subir recetas en mi cuenta de Instagram y se me ocurrió que podría ser una buena idea ponerme delantales bonitos: de camuflaje, de terciopelo, de raso con botones… Y fue un éxito”.

Hoy ha decidido contarnos cuál es el rincón de su actual casa, donde se siente relajada y feliz, desvelando la historia de los detalles y objetos más queridos que atesora. “Lo tengo clarísimo: el salón, la zona principal de la casa, es mi rincón favorito. Aquí es donde paso la mayor parte del tiempo con mi familia y donde se encuentra mi pequeño universo en armonía, entre decenas de libros y un montón de recuerdos de mis viajes y de mi infancia. Lo mejor es que está situado junto a un patio donde organizo cenas y almuerzos al aire libre, o donde me paso las tardes de verano leyendo. Es una gozada”.

Un universo en el salón

Situado en la planta baja de la casa, el salón está decorado con un estilo delicado y nada pomposo. Lo primero que llama la atención son los muebles de colores cálidos y naturales —predominando el blanco y el crema— y la mesa redonda de madera natural donde sus hijos hacen los deberes, juegan a las cartas, y comparte tertulias interminables con sus amigos. Varias sillas tapizadas en beis con tachuelas en dorado envejecido y una elegante alacena de color azul con vajillas, teteras y jarras de porcelana china suman perfectamente al conjunto.

Una chaise longue —modelo Vie de Kenay Home— tapizada con telas naturales color crema, que combinan a la perfección con el delicado papel pintado de motivos florales de una de las paredes, completa la escenografía. Presidiéndolo todo, una librería de obra en la que atesora algunos de sus objetos más personales, obras de Jane Austen, láminas con ilustraciones que le gustan y fotos familiares. El toque de color se lo dan los complementos, especialmente los cojines de lanilla en tonos mostaza y azul.

¿Por qué eliges este salón como tu refugio privado?

“Porque es donde me siento en mi casa de verdad. Podría pasarme horas en mi butaca favorita, leyendo, mirando por la ventana o tomando notas pegada a la chimenea, que en invierno es superagradable. Me encanta sentarme ahí por las tardes, cuando los niños están tirados en el sofá, y observarlos mientras juegan, hablan entre ellos o ven una película. Muchas veces jugamos juntos a las cartas, que nos encanta. También es mi espacio favorito para estudiar mis apuntes de health coach o, simplemente, perderme en mis pensamientos”.

¿Cuál es tu pieza favorita?

“Un cuadro que cuelga sobre la chimenea en el que aparezco con mi madre. Me lo regalaron mis mejores amigos cuando me casé y lo pintó la tía de una de mis mejores amigas basándose en una foto mía con mi madre en Jerez. Adoro ese retrato, le tengo muchísimo cariño. Mi madre está guapísima y yo debía tener unos 5 o 6 años. Me encanta verlo ahí todos los días. Siempre ha tenido un sitio superespecial en todas mis casas”.

¿Qué es lo que más te gusta de este espacio?

“La decoración, inspirada en el estilo british. Mi abuela era galesa y en casa, además de hablar en inglés, hemos mantenido muchas tradiciones británicas: los conejitos de Pascua, celebrar más Papá Noel que los Reyes Magos, la disciplina de los horarios y la decoración. Esta casa es como un retazo de los cottages ingleses”.

“Me encantan porque son los típicos hogares de campo británicos con esa singular forma que tienen allí de decorar todo con un desorden muy calculado. Un rollo que me gusta mucho. Gran parte de la casa la he decorado con la firma Kenay Home, aunque también he contado con la ayuda de mi amigo Alejandro, que es un interiorista estupendo”.

"Me gusta sentarme en mi butaca por las tardes y observar a mis hijos tirados en el sofá hablando entre ellos"

¿Te gusta colgar fotografías?

“Mucho, es un tic heredado de mi madre y, sobre todo, de mi padre, que tiene el récord familiar de fotos repartidas por toda su casa. Yo tengo muchas de mis hijos, con mis tres hermanas, de vacaciones, en formato fotomatón con mis amigos… Me reconforta verlas ahí y creo que es el detalle que, de verdad, personaliza mi casa. Sin contar con un retrato que me hizo mi tío Christian Domecq, hermano de mi madre, cuando yo tenía 19 años, que me encanta”.

Nunca te desprenderás de…

“Una pareja antigua de candelabros de plata con lágrimas de cristal que me regaló un íntimo amigo de mi padre, al que adoro, cuando me casé. Los tengo colocados en un estante, junto a la chimenea. Llevan conmigo 12 años y conmigo van a todas partes”.

En este salón hay overbooking de…

“Libros. De colecciones completas de las novelas de Jane Austen, distintas ediciones de 'El gran Gatsby' o la saga 'Crepúsculo' al completo, hasta obras de Hemingway o Ken Follet, que me encanta, sobre todo la trilogía de 'Los pilares de la Tierra'. También me vuelven loca los libros de interiorismo, moda, arquitectura o de naturaleza. Muchos de ellos son ediciones especiales en inglés compradas en VIPS (cuando el VIPS vendía libros). Los tengo apilados en la mesa baja del salón para que mis hijos se animen a hojearlos y se familiaricen con la buena fotografía o la belleza de un paisaje, una casa o un mueble. Aunque cada vez soy menos de papel y más online porque así puedo leer en cualquier parte”.

En tu casa nunca pondrías…

“Flores secas. Sin embargo, me apasionan las velas de olor. Las tengo repartidas por todos los rincones de mi casa. ¿Mis favoritas? Las florales de Dior, Diptyque y Jo Malone. Una auténtica pasión”.

¿Eres ordenada o caótica?

"Con tres niños en casa es difícil tener todo en su sitio, pero tampoco me agobio. Si aparco una revista en el sofá a medio leer no me molesta. Así se nota que es un espacio vivido. Eso sí, un día, por sorpresa, me da el punto y recoloco todo al milímetro, limpio los estantes, ordeno los libros por géneros, repaso la estética de mis vajillas en la alacena y lo dejo todo perfecto".

¿Cuál es el objeto de este salón con menor valor económico, pero más valor emocional?

"La portada enmarcada del 'El Principito', de Antoine de Saint-Exupéry. Me la regaló mi hermana Ana Cristina por mi cumpleaños y tiene impreso un párrafo del propio libro que me emociona siempre que lo leo. Se le ocurrió porque hace tiempo me hice un tatuaje de una estrella que simboliza a la que tengo en el cielo, que es mi hija Leticia, y la imagen de ese niño de la lámina observando las estrellas conecta exactamente con mis sentimientos".

¿Y el adquirido en el lugar más especial?

"Unos cojines con estampados de animales, un tigre y una cebra, vestidos de uniforme que compré con un amigo en el mercadillo de Portobello Road, en Londres. Fue como un impulso. Me gusta traer hallazgos de mis viajes, siempre que salgo vuelvo cargada de cosas para la casa".

¿Dónde compras tus detalles deco?

"Me apasionan los platos, jarrones y vajillas de Antropologhie (Paseo de Gracia, 27), en Barcelona. En Madrid soy muy fan de los pufs y piezas étnicas de Güaimaro (Velázquez,48) y de los baúles maravillosos de The Interiorlist (Castelló, 59). En Anclademar (Barquillo, 37) siempre encuentro excelentes libros de interiorismo, bandejas y alguna escultura. Y en Alquitara (Téllez, 29), piezas de menaje únicas.

¿Qué es lo último que has incorporado a este espacio?

"Un cuadro pintado por mi tía Lucila que me regaló por mi último cumpleaños y unas copas de cristal de Moët & Chandon con una estrella dorada impresa marcando la medida exacta de champán que debe servirse. Son ideales"

¿Te gusta ser anfitriona?

"Mucho. Me encanta cocinar cosas ricas para mis amigos los fines de semana, poner una mesa bonita, casi siempre en el patio, y prolongar la sobremesa sin prisa. No hay nada que me guste más que vestir bien una mesa. Mi referente es Martha Stewart —empresaria de lifestyle y considerada la gran anfitriona estadounidense—. Con el tiempo he ido atesorando un montón de mantelerías, cristalerías y vajillas maravillosas".

"La más valiosa es una de Vista Alegre, estampada de flores y mariposas, que me regalaron cuando me casé. A diario uso otra de Andrea Zarraluqui pintada a mano. Todas las guardo en la vitrina de Kenay Home del comedor. Son mi pequeño tesoro".