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Noche en el Mandarin Oriental Ritz, comida en Deessa y masaje facial estratosférico
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Noche en el Mandarin Oriental Ritz, comida en Deessa y masaje facial estratosférico

El Ritz de Madrid ocupa un lugar privilegiado en nuestro archivo emocional. Cualquier excusa es buena para volver a él. Hoy tiramos de dos: probar el nuevo menú de Quique Dacosta en el jardín del hotel y un viaje único a su spa

Foto: La terraza del Mandarin Oriental Ritz es, probablemente, la más bonita de Madrid. (Cortesía)
La terraza del Mandarin Oriental Ritz es, probablemente, la más bonita de Madrid. (Cortesía)

El hotel Mandarin Oriental Ritz Madrid ocupa un lugar privilegiado en nuestro archivo emocional, así como un lujoso palacete de la belle époque en pleno triángulo Prado-Thyssen-Reina Sofía. Durante casi 114 años, este inmueble y sus visitantes han ejemplificado la quintaesencia del lujo en la capital. Del lujo real, claro está. Los bares y restaurantes del hotel, siempre concurridos, fueron, son y serán punto de encuentro habitual para la alta sociedad española.

El Ritz se inauguró el 2 de octubre de 1910 para ser uno de los mejores hoteles de la Europa de la época. Los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia de Battenberg ejercieron de maestros de ceremonias. Fue el primer hotel —y lo sigue siendo— prémium de nuestro país. El imparable desarrollo del ferrocarril y los primeros vuelos intercontinentales de pasajeros estaban haciendo del mundo un lugar más pequeño y fácil de explorar. Las élites acomodadas y con sensibilidad empezaron a incluir nuestro país y nuestra cultura en sus periplos.

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placeholder Mandarin Oriental Ritz Madrid. (Cortesía)
Mandarin Oriental Ritz Madrid. (Cortesía)

Charles Mewes, arquitecto del Ritz de París, fue el encargado de diseñar y construir un hotel de aspecto clásico que estuviese a la altura de su muy ilustre vecino, el soberbio Museo del Prado, y del no menos elegante paseo del mismo nombre por el que el quién es quién de la época se dejaba ver entre gentiles paseos.

El mismísimo César Ritz, ciudadano suizo y padre del Ritz de París, ejerció de asesor poniendo el énfasis en la importancia de que el hotel contase con su propio escenario; efectivamente, a César le fascinaba subirse a un buen tablado y ser centro de todas las atenciones.

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placeholder Mandarin Oriental Ritz Madrid. (Cortesía)
Mandarin Oriental Ritz Madrid. (Cortesía)

Pero César Ritz dejó mucho más en Madrid, dejó las claves de lo que todo gran hotel debe ser: arquitectura espectacular, belleza y gusto exquisito en cada detalle. A lo que sumó un personal ultraprofesional dispuesto a involucrarse al máximo a la hora de resolver las necesidades de los huéspedes.

Tras someterse a su renovación total —comprendida entre el último día de febrero de 2018 y el 15 de abril de 2021, cuando aún llevábamos mascarillas— el Ritz se transformó en el Mandarin Oriental Ritz Madrid. El espíritu de siempre permanecía, pero el lujo se adaptaba a las exigencias del cambiante, veloz y digital siglo XXI. El arquitecto español Rafael de La Hoz y el estudio de diseñadores franceses Gilles & Boissier trabajaron duro para que la rentrée dejase a todo el mundo boquiabierto que, como no podía ser de otra forma, es lo que ocurrió.

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placeholder Mandarin Oriental Ritz Madrid. (Cortesía)
Mandarin Oriental Ritz Madrid. (Cortesía)

El hotel cuenta con más de 100 habitaciones y 53 suites lujosamente decoradas en un estilo clásico-contemporáneo; mandan los tonos suaves, los tejidos suntuosos y el mobiliario moderno.

Deessa en la terraza

Mandarin Oriental Ritz Madrid es también destino gastronómico por derecho propio, gracias a sus bares y restaurantes, con Quique Dacosta como director gastronómico, incluyendo Deessa, distinguido con dos estrellas Michelin en tiempo récord.

Hoy, con la llegada del buen tiempo, Deessa extiende su servicio a lo no menos mítica terraza y jardín del Ritz. Dacosta vuelve a poner el foco en la excelencia y en el producto de temporada. En este sentido, Deessa se presenta esta primavera como una historia inspirada en el mar y en la tierra a través del menú Chronos, menos extenso —en pases y tiempo— que los anteriores: Histórico y Contemporáneo.

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placeholder Deessa, también en la terraza del Mandarin. (Cortesía)
Deessa, también en la terraza del Mandarin. (Cortesía)

Disponible los mediodías, de miércoles a viernes, el menú se divide en cuatro actos y en casa uno toca elegir.

Acto primero: almendra frágil, o sopa fría de remolacha y eneldo con helado de kéfir y salmón, o crème brûlée con cebollas asadas, carrilleras de cerdo tostadas y setas de temporada.

Acto segundo: arroz ‘albufera’ con ostra marmoleada y algas al pesto, o rodaballo en salsa de Jerez, o salmonete gallego servido con su glaseado, azafrán y emulsión de queso parmesano.

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placeholder Deessa. (Cortesía)
Deessa. (Cortesía)

Acto tercero: arroz meloso ‘albufera’ con carne y pimientos rojos asados en horno de leña, o real de cordero y toro, o mollejas de ternera asadas y trufadas.

Acto cuarto: sorbete de cítricos Todolí, o cristal de limón dorado en sabayón, cáscaras y albedo de cítricos; o pino mediterráneo, o gianduja de chocolate y avellanas.

En verdad, la ecuación buen tiempo + Ritz + terraza + Quique Dacosta desencadena música celestial.

The Beauty Concept, cuestión de piel

El Mandarin Oriental Ritz Madrid alberga también un gran spa, The Beauty Concept (TBC), uno de los más impresionantes de la capital del reino. TBC ofrece lo último en relajación y bienestar con tratamientos personalizados para cuidar la piel del rostro y del cuerpo. Cuenta con dos cabinas de tratamientos (una para parejas), una piscina climatizada con zona vitality pool, un baño turco, duchas de sensaciones y un gimnasio 24 horas con entrenadores personales.

Los terapeutas de TBC nos reencuentran con nuestro bienestar a través de técnicas y productos innovadores. ¿Su filosofía? La belleza viaja de dentro hacia fuera. ¿Nuestra recomendación? Cualquier de sus tratamientos faciales, pero en especial el denominado Sublime Mandarin Oriental Ritz de 90 minutos.

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placeholder The Beauty Concept, spa del Mandarin Oriental Ritz Madrid. (Cortesía)
The Beauty Concept, spa del Mandarin Oriental Ritz Madrid. (Cortesía)

Todos los tratamientos faciales de TBC comienzan con una doble limpieza, exfoliación y un masaje de puntos de presión en rostro, escote y hombros. Adaptados a las necesidades específicas de cada piel, estos tratamientos cuentan con protocolos individualizados y exclusivos.

Gracias a su acción revitalizante, a su potente efecto relleno, a la pureza de ingredientes naturales empleados, a la magia de la ciencia y a las mejores manos al servicio de la piel, se consiguen resultados sobresalientes.

Ya sabes, cuando estás en el Ritz nada malo puede pasar.

El hotel Mandarin Oriental Ritz Madrid ocupa un lugar privilegiado en nuestro archivo emocional, así como un lujoso palacete de la belle époque en pleno triángulo Prado-Thyssen-Reina Sofía. Durante casi 114 años, este inmueble y sus visitantes han ejemplificado la quintaesencia del lujo en la capital. Del lujo real, claro está. Los bares y restaurantes del hotel, siempre concurridos, fueron, son y serán punto de encuentro habitual para la alta sociedad española.

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