María Teresa Campos y la mansión maldita: las razones por las que se muda
La presentadora contaba en el programa 'Mi casa es la tuya' que su sueño era “vivir en un sitio tranquilito, cerca de mis dos hijas (…). Es absurdo que tenga gastos innecesarios”
Indiana Jones tenía un templo. María Teresa Campos, una casa. Si el héroe de Spielberg no conseguía salir de aquel espacio rocoso lleno de serpientes y tribus que amenazaban con asarlo vivo, la presentadora de '¡Qué tiempo tan feliz!' se las ha visto y se las ha deseado para salir y deshacerse de su casa de Las Rozas. A ella no la iban a despellejar más que las facturas y los elevados gastos para mantener un casoplón que parece digno de un magnate de la prensa.
A muchos les parecerá un dispendio que Campos se vaya a gastar 4.700 euros al mes en el alquiler de una nueva casa a la que planea mudarse en Aravaca, según la información que ha publicado este miércoles la revista 'Semana'. Sin embargo, eso es calderilla comparado con el mantenimiento de la casa de Las Rozas que ha vendido (aunque la venta aún no se ha ejecutado). Ni siquiera el mismísimo Indiana Jones, con su arca perdida y todos sus tesoros, podría haber hecho frente a algo así.
Puestos en contacto con Carmen Borrego, esta ha puesto en duda la venta y nos remite a su madre. “Yo creo que eso deberías hablarlo con ella. A mí no me consta que haya sido así”, asegura la hija de María Teresa. Acto seguido, es a la propia Campos a la que llamamos para que resuelva la duda, pero esta no responde. Lo cierto es que si se ha deshecho de su vieja mansión de Molino de la Hoz de las Rozas, ha cumplido un viejo deseo. Desde que su hija Carmen, que vivía allí junto a ella, abandonase el hogar, María Teresa ha tenido que hacer frente a los múltiples gastos de una casa enorme ella sola.
A saber: la mansión cuenta con unos 2.000 metros cuadrados distribuidos en dos edificaciones construidas sobre un terreno de más de 6.000 metros ajardinados. Tal y como pudimos ver en 'Las Campos' (donde la periodista y sus hijas la mostraron ampliamente), la mansión disfruta de un patio inglés, una piscina climatizada, una amplia biblioteca, un salón de dos alturas y una cocina de diseño, una sala de cine o un gimnasio entre otras dependencias. El precio por mantener todo eso podría rondar, fácilmente, los 10.000 euros mensuales. El precio por el que la presentadora la puso a la venta en 2015: 4,3 millones de euros. Sin embargo, los años pasaron y, pese a no conseguir esa venta, Campos se resistía a rebajar la cantidad hasta finales del año pasado.
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La propia María Teresa le contaba a Bertín Osborne, en el programa 'Mi casa es la tuya', que su sueño era “vivir en un sitio tranquilito, cerca de mis dos hijas (…). Es absurdo que tenga gastos innecesarios y voy a vivir mucho más tranquila cuando lo haga”, confesó, expresando sus deseos de deshacerse de ella. Ahora, parece que ha cumplido ese deseo que, además de estar motivado por los múltiples gastos, también tiene que ver con lo cerca que la malagueña estará de su hija Terelu, que vive a apenas diez minutos en coche de donde se encuentra su nuevo hogar en Aravaca (Madrid).
María Teresa podrá salir de esa carísima jaula de oro y, al contrario que el bueno de Indy, sin las fanfarrias de la banda sonora de John Williams.
Indiana Jones tenía un templo. María Teresa Campos, una casa. Si el héroe de Spielberg no conseguía salir de aquel espacio rocoso lleno de serpientes y tribus que amenazaban con asarlo vivo, la presentadora de '¡Qué tiempo tan feliz!' se las ha visto y se las ha deseado para salir y deshacerse de su casa de Las Rozas. A ella no la iban a despellejar más que las facturas y los elevados gastos para mantener un casoplón que parece digno de un magnate de la prensa.