En viernes 13, en Bilbao y por todo lo alto: la boda del golfista Jon Rahm y Kelley Cahill
La basílica de Nuestra Señora de Begoña acoge hoy la ceremonia. La fiesta será después en el hotel Carlton. La pareja, que vive en Arizona, se 'recasará' en abril en EEUU
“Un vaso de vino, por favor”. Esta es la primera frase que aprendió en español Kelley Cahill, la novia americana del mejor golfista español en la actualidad, Jon Rahm. Estos días ensaya otra, más fácil, seguro, y más cargada de significado también: “Sí, quiero”. Porque este viernes 13, desafiando al gafe, la pareja se casa en Bilbao, ciudad natal del deportista. La ceremonia será en la basílica de Nuestra Señora de Begoña, y el convite posterior, en el hotel Carlton.
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A punto de pasar por capilla, Cahill puede presumir de haber entrado en las tradiciones de la familia de Rahm a la perfección. Cuenta que una de las cosas que más le gusta es ir al San Mamés, porque es una devota del Athletic de Bilbao, como su futuro marido -su abuelo fue delegado del club hasta los 80-. Ambos son muy aficionados al deporte hasta el extremo de competir entre ellos y llegar incluso a enfadarse si pierden. Lo han contado en numerosas entrevistas, porque al número 5 del mundo no le importa mostrar su lado más personal.
La pareja se conoció en un baile en la Arizona State University, donde ambos estudiaban. Rahm, cuyo apellido proviene de un antepasado suizo, terminó su carrera de Comunicación y al poco tiempo ya vivían juntos. Ella se licenció en Biología y formaba parte del equipo universitario de tenis y atletismo, donde era lanzadora de jabalina.
Apego a España
Juntos viven en Arizona, lo que provoca que el golfista sienta gran apego por lo suyo en lugar de haber perdido las raíces. Su novia ayuda, porque además de ser fan del golf, lo es de costumbres tan patrias como ir de pinchos. Además, es una amante de la música y los vinos españoles y una de las cosas que más le gustan es tomar las 12 uvas en casa de la abuela de su novio con toda la familia.
Son los suyos quienes más importan al golfista, quien estos días ha hablado de su futura mujer en varias entrevistas en los medios y ha señalado que considera haber tenido más éxito en lo personal que en lo profesional, pese a ser uno de los mejores del mundo. “Los éxitos en la vida personal para mí siempre van a valer mucho más que los éxitos profesionales, y creo que he tenido más éxito en lo personal que en el golf. Lo que ella me ha hecho mejorar como persona me ha ayudado seguro a jugar mejor”, ha declarado.
Cahill es una de las claves del éxito de Rahm, porque, asegura el campeón, al ser también atleta entiende su mentalidad, las horas de dedicación y sus ganas de ganar. “Al ser deportista de élite, ella entiende las decisiones probablemente egoístas que tenemos que tomar”, ha dicho. Eso sí, como decíamos, estar en casa, rodeados de los seres queridos, es una prioridad para ambos. “Las semanas de descanso las pasamos en casa. Con todo lo que viajamos, ese tiempo en casa con Kelley se aprecia mucho”.
En febrero en San Diego
Quizás por eso la boda se repetirá, en febrero, en San Diego, de donde es la novia, para ‘recasarse’ con los amigos y familiares de Cahill cerca. No sabemos cómo será el vestido de novia, ni el de aquí ni el de allí, pero sí sabemos que lucirá el anillo que su marido diseñó personalmente para ella. Lo contaba en una entrevista, en la que dijo que pidió ayuda a la mujer del golfista Brian Stuard, joyera: “Diseñé lo que hay alrededor del anillo. Se supone que se tiene que ver como una corona y un grabado en el interior. Tuve un papel relevante en eso. No era exactamente lo que Kelley quería, pero le encanta y es más personal así”.
“Un vaso de vino, por favor”. Esta es la primera frase que aprendió en español Kelley Cahill, la novia americana del mejor golfista español en la actualidad, Jon Rahm. Estos días ensaya otra, más fácil, seguro, y más cargada de significado también: “Sí, quiero”. Porque este viernes 13, desafiando al gafe, la pareja se casa en Bilbao, ciudad natal del deportista. La ceremonia será en la basílica de Nuestra Señora de Begoña, y el convite posterior, en el hotel Carlton.