Soraya Arnelas: "En mi juventud he sufrido amores nocivos y me han traicionado"

En un momento en el que muchos de los lanzamientos artísticos se han pospuesto, Soraya Arnelas ha decidido seguir una estrategia distinta: dar luz verde a su nuevo disco, 'Luces y sombras', que llevaba gestando, y utilizamos esta palabra adrede, desde que estaba embarazada de su hija, Manuela de Gracia. Un trascendental momento vital que sirvió para que se replantease muchas cosas y plasmara en canciones sus sentimientos, emociones y hasta su historia personal. Con colaboraciones de lujo como Jon Secada o Chenoa, sus fans van a reconocerla y apreciarla en estado puro en un álbum que no la desvía en absoluto del camino que emprendió en 2005 en 'Operación Triunfo' y que la llevó a representar a TVE en Eurovisión cuatro años más tarde.

Hablamos con la cantante extremeña vía telefónica desde su casa madrileña, que es donde está pasando el confinamiento, con su pareja, Miguel Ángel Herrera, y la hija de ambos, que cumplió tres años el pasado 24 de febrero y debuta como cantante en la canción más entrañable del disco, 'Contaré hasta 10', una nana "hecha desde las entrañas de una madre que ama con locura a su hija". Lo que comienza como una entrevista promocional al uso acaba con una Soraya mostrando, sin cortapisas ni eufemismos, la humanidad que subyace bajo una artista que pisa fuerte en los escenarios y fuera de ellos.

PREGUNTA: El título del disco nos da pie a la pregunta más obvia y que todos te vamos a hacer. ¿Cuáles son las luces y cuáles las sombras?

RESPUESTA: Cuando empecé a componerlo hace más de tres años, no tenía ni idea de lo que iba a pasar ahora que lo lanzamos, así que podemos interpretarlo como algo premonitorio. Es un disco muy autobiográfico en el que cuento capítulos alegres y tristes de mi vida, en el que hay muchas canciones de baile pero también baladas y temas melódicos. Surge cuando estaba embarazada y me hacía muchas preguntas, sobre cómo iba ser como madre, si estaría a la altura, qué debía cambiar, qué no... Empecé a escribir mis pensamientos, que luego pasaron a ser poesía y por último canciones.

P: ¿Cómo surge la idea de que tu hija cantara en el disco?

R: No es algo que teníamos planteado en absoluto. Con escribir una nana para ella era más que suficiente en este sentido. Hace algo más de un año nos dimos cuenta de que cantaba, que escuchaba las canciones y se las aprendía, así que la metimos en el estudio de grabación, como si se tratara de un juego. Y salió bien. Espero que cuando sea mayor y se escuche le haga ilusión.

P: ¿Tenemos heredera artística?

R: ¡Pues sí! Hace unos días me decían con humor: "Tu hija te va a pegar una patada", en el sentido de que me va a superar. Y yo estaría encantada. Ojalá sea así, si así lo desea.

P: Sabes que hay artistas que hacen lo imposible por que sus hijos no se dediquen a lo mismo, conscientes del lado duro e incierto de su profesión.

R: No es mi caso. Es un tópico decirlo, pero es real, para mí lo importante es que sea feliz, que haga lo que le guste. Por decirte algo, a mí me encantaría que fuera médico, por ejemplo, porque es una profesión que ayuda a toda la sociedad, salva vidas, nos asiste, pero será ella quien lo decida y yo la apoyaré.

Un dúo que encantará a sus fans

P: ¿Cómo surge la colaboración con Chenoa y cómo es vuestra relación?

R: Viene de muy atrás, porque nuestros caminos se han cruzado en muchas ocasiones, pero ya en 'Tu cara me suena' se produjo la gota que colmó el vaso (participó como concursante en la séptima edición después de haber ido de invitada en la anterior). Ahí vimos claro que teníamos que hacer algo juntas. Nos admiramos la una a la otra y tenemos muchas cosas en común, mucho más allá de haber salido las dos de 'Operación Triunfo', en ediciones diferentes, somos mujeres fuertes, con directos cañeros... Además, somos muy conscientes de que esta colaboración le va a hacer ilusión a nuestro público, que tiene ganas de vernos cantar juntas. Cuando escribí 'Rompecabezas', que habla de los amores nocivos, necesitaba interpretarla con alguien que tuviera mucha fuerza como ella. Se lo propuse y aceptó encantada.

P: ¿Has sufrido las consecuencias de algún amor nocivo?

R: Sí, he sufrido el desamor y me han traicionado. Cuando eres muy joven no ves el peligro de los amores nocivos, se sobrepasan límites que no son tolerables, pero no te das cuenta. Tienes ideas equivocadas, como que los celos son necesarios. Gracias a Dios, maduras y llega un momento en el que eres consciente de que eso no es aceptable, que no es saludable. Ahora llevo ocho años con mi pareja y todo es un camino de rosas.

P: ¿Ha sido este disco como ir a terapia?

R: Totalmente. No lo podías haber definido mejor. Cuando estaba embarazada me preguntaba si sería buena madre y me di cuenta de que tenía que crear un ambiente propicio para mi hija. Fue el momento de mirarme al espejo y pensar en las cosas de mí que no me gustaban. Hay algunas que no se marcharán nunca porque están en tu ADN. Soy muy perfeccionista y cabezona. Eso llevado al extremo no es bueno. Soy hiperactiva y a veces me quejo de que mi hija no tenga paciencia para algunas cosas. Y claro, no me debo quejar, porque yo soy así. La clave está en aceptarte como eres y sacar el lado bueno de esas cualidades.

P: ¿Qué cambiarías de ti?

R: Por ejemplo, aprender a pensar más antes de hablar, a controlar mi temperamento. Puedo llegar a ser autodestructiva. A veces me revuelco en los miedos. Por eso me viene tan bien la rutina, hacer deporte, comer sano... De esa manera, todas las cosas funcionan bien.

P: Apuesto a que tu pareja es un hombre tranquilo...

R: Lo es. Es muy tranquilo y antes de hablar piensa las cosas. Yo tengo más empuje que él, pero él me supera en otras cuestiones con creces. Por así decirlo, está más perfeccionado. Todavía tengo muchas cosas que aprender de él.

P: ¿Te gustaría volver a ser madre?

R: Sí, porque además soy hija única, y me encantaría que mi hija no lo fuera. Espero que no sea dentro de mucho porque el tiempo va pasando y se va haciendo cada vez más difícil. En un futuro me veo rodeada de mucha familia.

P: La tuya es un gran referente para ti, como lo has subrayado en estos días en tus redes sociales...

R: Mi madre, que estudió auxiliar de clínica, trabaja en un una residencia de ancianos. Tiene una enorme vocación y se siente muy productiva en estos momentos que tanto se necesita. Ayer mismo le hicieron la prueba del coronavirus y por suerte dio negativo. La gente que trabaja en sanidad no ve el miedo. Ella cuenta las cosas tan duras que está viviendo con naturalidad, mientras mi padre, como es normal, está aterrorizado. Para ella es su día a día. Por suerte, tenemos las videoconferencias para que puedan ver a su nieta, que es su máxima ilusión.

P: Nadie puede negarte que eres muy trabajadora y que nunca se te ha caído ningún anillo por trabajar en escenarios modestos que igual otros hubieran desestimado.

R: Tengo muy claro que hay que aceptar que hay momentos en que estás arriba, otros abajo y otros en el medio. Como si un día tuviera que dejar la música. Sería feliz igual. Aunque ese caso no se va a dar, porque tengo claro que si no es un proyecto mío, conmigo al frente, estaría trabajando en el de otros artistas. La música siempre me va a acompañar. He tenido la suerte de actuar en uno de los mayores escenarios del mundo a los que se puede optar, el de Eurovisión, o en un par de ocasiones en Paris Bercy, durante dos años, en el Festival Starfloor con Antoine Clamaran. Y también en salas muy pequeñas, llenas de encanto y en las que puedes disfrutar, además, de sensaciones diferentes. Acepto lo que viene. Fíjate si es así que pensaba que cuando acabara 'Operación Triunfo' volvería a ser azafata y aquí sigo.

P: Otra cosa innegable es que todo el mundo sabe quién eres, lo que juega a tu favor.

R: Sí, después de 15 años, sigo ahí. Soy la de 'Operación Triunfo, la del 'poyeya', la de Eurovisión, la de 'Tu cara me suena' o la del pelo corto rubio. Me parecen bien todas las opciones. Lo difícil es tener un sello y creo que si dices Soraya, la gente sabe de quién le estás hablando.