Vuelve la herencia de Paquirri: 1.000 millones de pesetas y lo que no se ha podido acreditar
A día de hoy no se ha cumplido del todo la voluntad del torero con respecto a su herencia, y su hijo menor podría reclamar la parte que le corresponde a su madre
El 26 de septiembre de 1984 es una fecha que no olvidarán diversas generaciones: moría Paquirri tras una brutal cogida en la plaza de toros de Pozoblanco. Las imágenes del torero en la enfermería se han quedado grabadas a fuego, y el dolor colectivo quedó refrendado en ventas difícilmente repetibles de las revistas del corazón en una época en la que las cadenas privadas no habían comenzado sus emisiones y no existían las redes sociales. En aquel fatídico día, su viuda, Isabel Pantoja, se preparaba para irse de vacaciones a América, según desvelaba años más tarde Juan Carlos Beca Belmonte, su apoderado.
Kiko Rivera, a quien popularmente conoceríamos durante años como Paquirrín, tenía entonces siete meses, por lo que la imagen que tiene de su padre se la ha forjado a través de los testimonios de los que conocieron al diestro o por las entrevistas y vídeos que dejó este, que contaba solo 36 años cuando el toro Avispado cercenó su vida. Por eso sorprendían poderosamente las afirmaciones del DJ en su perfil de Instagram: "Ojalá estuvieses aquí, papá. Nada de esto estaría pasando. Tengo miedo de encontrarme con la verdad. Pero voy a luchar hasta el final tumbando a quien haga falta tumbar. Si ellos no supieron respetar tu voluntad si todavía está en mi mano, te juro por Dios que yo lo haré. Te extraño tanto en estos momentos, no sabes cuánto".
¿Puede reclamar Kiko su herencia?
El mensaje de Kiko puede interpretarse de muchas maneras, pero nos vamos a quedar con ese "si ellos no supieron respetar tu voluntad", que apunta directamente a la herencia del diestro, que él mismo ponía en primer plano recientemente en una inesperada intervención en 'Sálvame' en la que manifestaba que, aunque no pretendía hacerlo, estaba en todo su derecho de reclamar la herencia de su padre si así lo estimase oportuno. Sin embargo, ese deseo de Kiko y ese 'derecho' distan mucho de ser factibles, como nos explica el abogado Félix Bornstein: "Si la madre tiene el usufructo vitalicio de Cantora -como quedó estipulado en el testamento de Paquirri-, no tiene ni la más mínima posibilidad".
"Nadie compra un bien inmueble con una persona dentro y sobre todo si la persona tiene el derecho al usufructo vitalicio. Cuando Cantora pasó a ser de su propiedad, este niño era muy pequeño y la ley establece unos porcentajes para valorar la nuda propiedad y el usufructo, pero si lo que quiere es vender es imposible, nadie lo compraría, aunque teóricamente sí lo es. Generalmente cuando fallece un varón, muchas veces deja el usufructo vitalicio sobre toda su herencia a la viuda y le da la nuda propiedad a los hijos. Lo que quiere es garantizar a su mujer mientras viva, y una vez que fallezca, sus hijos consolidan la plena propiedad", nos comenta. "En el caso de que su madre no fuera usufructuaria vitalicia sería más sencillo: podría solicitar una venta judicial. Puede que ahí sí alguien estuviera interesado en compartir la plena propiedad con Isabel Pantoja, pero aún así sería un proceso costoso y arriesgado porque si saliera a subasta y no pujaran por su parte, su madre podría quedarse con ella por un precio muy bajo. Arriesgaría mucho".
Tan complicado y farragoso fue el proceso del reparto de la herencia que a día de hoy sigue habiendo diversos flecos que no están resueltos, especialmente en el campo sentimental o emocional de ciertos enseres de Paquirri que no llegaron nunca a sus dos hijos habidos con Carmen Ordóñez, Francisco de Asís y Antonio Cayetano, nombres completos de los toreros, que eran una parte crucial del testamento que su padre había otorgado el 30 de abril de 1983, unas horas antes de contraer matrimonio con Isabel Pantoja ante el Jesús del Gran Poder de Sevilla. En Vanitatis nos hemos puesto en contacto con dos de los tres hijos de Paquirri, Fran y Kiko Rivera, pero han preferido guardar silencio. "Espero que entiendan que no quiera entrar más en este tema ahora", nos dice el torero.
Paquirri había dejado todo aparentemente muy bien atado, al menos en lo que respecta a su patrimonio en España (se habla de inversiones en América que nunca se han podido cuantificar ni demostrar). "Personas allegadas a Paquirri han mostrado su sorpresa porque este no incluyera como albacea al que fue su apoderado y hombre de confianza, Juan Carlos Beca Belmonte (fue también marido de Belén Ordóñez, hermana de Carmina). Por otro lado, y según los mismos testimonios, Paquirri poseía inversiones en Sudamérica, que no han trascendido durante la partición", publicaba 'El País' el 26 de septiembre de 1987, para hacerse eco del reparto de la herencia, que se había hecho efectivo 48 horas antes del plazo que el propio Paquirri había estipulado. De esa forma se evitaba la intervención judicial para que se repartieran los bienes.
Patrimonio en América: ¿una leyenda urbana?
Se calculaba entonces que la herencia a repartir eran 1.000 millones de pesetas. Llegar a un acuerdo fue complejísimo, ya que se había casado con Carmen Ordóñez en régimen de gananciales y con Isabel Pantoja de separación de bienes, y a los albaceas les costaba determinar a qué estado civil correspondía cada bien. De todas formas, y aunque había discrepancias, prefirieron no llegar a juicio porque consideraban que les acabaría perjudicando a todos. Respecto a la herencia de los tres hijos, fueron tres de los cinco albaceas testamentarios los que administraron esos bienes hasta que alcanzaron la mayoría de edad: Ramón Vila Jiménez, cirujano de la Real Maestranza de Sevilla; Fernando Morán Cabrera y Antonio Escámez Márquez, administrador de Cantora.
Respecto a las supuestas propiedades americanas de Paquirri, hubiera sido muy difícil rastrearlas en su momento o reclamarlas en la actualidad, como nos explica Félix Bornstein: "En las herencias siempre se establece una última cláusula que dice que si aparecieran bienes desconocidos se adjudicarán a los herederos en la misma proporción que los otros. Habría que localizarlas y demostrar que eran de Paquirri. De darse el caso estarían registradas a nombre de un tercero si no han aparecido. Sería un proceso judicial incierto y caro, más aún si estaban fuera de España. Habría que reestablecer la conexión entre el momento de la muerte de Paquirri y la actualidad y pleitear con ese nuevo propietario. Si alguien hizo alguna operación de esas características en el caso de que hubieran existido esos bienes, estaríamos hablando de una apropiación indebida".
En términos proporcionales, entre Isabel y Kiko controlaban el 45% de la herencia, mientras que otro 40% se repartía a partes iguales entre Fran y Cayetano. Además, el padre de Paquirri, Antonio Rivera, y sus tres hermanos, Antonio, José y Teresa, también estaban presentes en ese testamento, que determinó que recibirían su sexta parte de esa herencia una vez Kiko Rivera cumpliera 21 años. "A los hermanos nos dejó ricos y eso no lo hace nadie", manifestaba Antonio en 'Lazos de sangre' en TVE y extendía el dedo acusador hacia Isabel Pantoja: "Se va a Cantora cuando no se podía abrir nada porque había un testamento y había que respetarlo hasta que se levantase", y hablaba también de un supuesto contenido en la caja fuerte que Ramón Calderón, otro de los albaceas testamentarios, desmentía: "No había nada de valor, nada que tuviese significación en la herencia".
Fran siembra la duda
Precisamente de escaso valor material, en el contexto que estamos hablando, se encuentran los objetos personales de Paquirri por los que Carmen Ordóñez llevó a los tribunales a Isabel Pantoja y ganó. Nos remontamos a junio de 1994 y un juzgado de Alcobendas dictaminó que tenía que devolver 26 enseres, entre ellos, varios trajes de torero, capotes, varias cabezas de toro y un crucifijo. Sin embargo, esta entrega nunca llegó a producirse, como narró Fran Rivera en 'Espejo público' hace dos años: "En Cantora se denunció hace muchos años un robo cuando el juez obligó a Isabel Pantoja a darnos las pertenencias de Cayetano y mías de los tres lotes que se habían hecho. Esta señora declaró un robo y, qué casualidad, solo robaron los lotes de Cayetano y el mío".
Ayer mismo, Fran Rivera volvía a pronunciarse sobre este asunto en el mismo programa y exoneraba de toda culpa a su hermano Kiko. Además de subrayar que el DJ habría intentado mediar para que recuperaran los recuerdos de su hermano, ha vuelto a sembrar la sombra de la duda sobre la herencia: "Ha pedido su herencia, como tiene su derecho, y ahí hay cosas que no están claras".
Y Kiko ataca sin piedad...
Este martes, apenas unas horas antes de que 'Lecturas' pusiera a la venta la entrevista que Kiko Rivera ha concedido a Mila Ximénez, con quien tantas diferencias tuvo su madre en el pasado, el dj. publicaba un demoledor mensaje en su perfil de Instagram: "Señores, yo no soy el malo de esta película lamentable. Solo soy alguien a quien la persona que más idolatraba me ha fallado de una manera irreparable engañándome toda la vida. Aun así yo no hice esto publico ya que yo no fui a hablar de ella y sí de mis intimidades de las cuales soy dueño. Esa llamada no vino a cuento y las llamadas a terceros ya ni te cuento. Solo es para que lo sepáis porque a muchos de vosotros lo que vais a leer os va a impactar".
Ayer martes por la tarde se desvelaba la mencionada portada que lleva dos titulares también muy duros contra la intérprete de 'Se me enamora el alma': "Yo no cedí Cantora a mi madre a sabiendas. Firmé lo que ella me pidió". Y el segundo, incluso amenazante, ya que afirma que ha pedido a sus abogados que revisen el testamento de su padre. "Me temo lo peor", asegura.
El 26 de septiembre de 1984 es una fecha que no olvidarán diversas generaciones: moría Paquirri tras una brutal cogida en la plaza de toros de Pozoblanco. Las imágenes del torero en la enfermería se han quedado grabadas a fuego, y el dolor colectivo quedó refrendado en ventas difícilmente repetibles de las revistas del corazón en una época en la que las cadenas privadas no habían comenzado sus emisiones y no existían las redes sociales. En aquel fatídico día, su viuda, Isabel Pantoja, se preparaba para irse de vacaciones a América, según desvelaba años más tarde Juan Carlos Beca Belmonte, su apoderado.