Rocío Carrasco: lo que concluye un informe clave sobre su labor como madre

En el sexto capítulo de 'Rocío, contar la verdad para seguir viva', que se emitió el pasado miércoles, se abordó de lleno el litigio entre Rocío Carrasco y Antonio David Flores por sus hijos. Un estremecedor relato que podríamos resumir, siempre según las palabras de la hija de 'la más grande', como el proceso de cómo 'se sembró la semilla del mal' hasta llegar al terror.

En este capítulo, Rocío abordó la relación de su pareja entonces, marido ahora, Fidel Albiac, y fue en términos muy positivos a nivel bilateral, no solo por parte de él hacia los niños sino también cómo estos se llevaban estupendamente con él, aunque ella les inculcó que no le llamasen papá: "Esa persona cuenta que al niño se le obligaba a llamar papá a Fidel en mi casa. Cuando el niño era muy pequeño y empezaba a hablar, le decía 'papá' y Fidel le decía 'yo no soy papá, soy Pepe'. El niño le decía 'papá Pepe".

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Juanra López

Pero más allá de las cuestiones afectivas, fue la educación de Rocío y David la que se puso sobre la mesa y Rocío Carrasco lo tenía muy claro: "Fidel ha sido muy condescendiente con ellos, mucho más blando que yo en algunos sentidos. Siempre fue muy cómplice de los niños. Siempre estaba preocupado de las notas y de que estudiaran".

Esta cuestión también se abordó en los tribunales, por lo que para entender esta situación tenemos que ponernos en contexto... El punto de partida es el 27 de julio de 2012, cuando se produce la agresión de Rocío Flores a su madre, a quien denunciaría ante la guardia civil de San Agustín de Guadalix. Un caso que sería sobreseído y que se daría completamente la vuelta, porque la Fiscalía acabaría remitiendo toda la información del proceso al Juzgado de Menores nº 4 de Madrid, que dictaba sentencia condenatoria el 4 de marzo de 2013 contra la nieta de Rocío Jurado por "un delito de maltato habitual, un delito de maltrato, una falta continuada de amenazas y una falta continuada de injurias".

En la ingente documentación que hemos manejado desde hace un año en Vanitatis, desde que desvelamos la mencionada agresión de Rocío Flores, contamos con diversos informes que se presentaron en el proceso, en el que los protagonistas de este litigio fueron sometidos a estudios psicológicos y en los que se ponen de manifiesto cuáles eran los hábitos familiares y cómo se estaba educando a los dos hijos de Rocío Carrasco y Antonio David.

Es significativo recordar antes de llegar a este punto las graves acusaciones a través de su abogado que realizó Antonio David Flores hacia la madre de sus hijos, en la demanda de modificación de medidas definitivas que presentó el 22 de abril de 2003: “La madre, en demasiadas ocasiones, no ha procurado a sus hijos la atención y cuidados que estos precisan. Comenzando en esta su actitud incluso antes de nacidos, como sucedió en el caso de su hijo menor, que pese a las reiteradas llamadas de atención y avisos que los médicos y ginecólogos dirigían a la Señora Carrasco Mohedano respecto a su actitud durante el embarazo como por ejemplo el estricto y rígido régimen de alimentación al que se sometió a doña Rocío, que bien pudo ser la causa de las deficiencias con las que el hijo menor nació".

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Unas afirmaciones que matizaban a continuación, aunque la idea ya estaba sembrada y germinada en los párrafos anteriores: "Queremos dejar claro que no culpamos a Rocío de las deficiencias de su hijo, pero sí pretendemos hacer conocedor al Juzgador de la actitud de la madre para con sus hijos, manteniendo siempre una actitud egoísta y cuyo fin siempre ha sido satisfacer sus deseos y nunca tener en cuenta qué era lo mejor para los niños en cada momento”.

Volviendo al proceso en el que Rocío Flores sería condenada, hemos tenido acceso a un informe realizado por el Equipo Técnico de Asesoramiento de la Comunidad tras reunirse con todas las partes y fechado el 5 de noviembre de 2012. La primera y significativa conclusión es que "en el núcleo familiar no se pone en duda que se ejerzan los cuidados suficientes en el domicilio de padre. Sin embargo, el otro verbaliza que la madre no está capacitada personalmente o no quiere hacerse cargo de las atenciones mínimas que requiere su hija menor de este expediente ni del otro hijo más pequeño".

Añade otra acusación de gran calado por parte del ex guardia civil a la que fuera su primera mujer: "A esta falta de vínculo afectivo de la madre achaca el pade cualquier problema psicológico que pudieran tener los hijos".

Prosigue el informe en los siguientes términos: "Sin embargo, el relato de la vida diaria que realiza la madre a este equipo técnico es completamente normalizado, con los referentes cotidianos de cualquier familia, ocupada de la educación y evolución de sus hijos. Fue más sencillo con la madre abordar el día a día de la relación familiar, donde se hablaba de normas y límites, rendimiento escolar... Con el padre, este reconduce la conversación a los trámites judiciales pendientes, a los que ya se han resuelto".