Rocío Monasterio: antepasados cubanos, Kentucky Fried Chicken y aristocracia
El padre de la candidata de Vox salió de Cuba cuando Fidel Castro le expropió su imperio, y después trajo la cadena KFC. Es arquitecta y tiene 4 hijos con Iván Espinosa de los Monteros
Cuenta Rocío Monasterio que a su familia le encanta ir a comer a Kentucky Fried Chicken. No en vano, su padre fue el responsable de traer la franquicia americana a España. Una historia curiosa que se remonta al siglo pasado, cuando su abuelo Enrique, de origen asturiano, probó suerte en Cuba.
En 1960 estalló la Revolución y Fidel Castro, según ha contado la propia candidata de Vox, les expropió el boyante negocio, Central del Azúcar del Golfo, compañía que llegó a cotizar en Wall Street.
La empresa estaba ya en manos del padre, Antonio Monasterio Díaz de Tuesta, quien escapó primero a Estados Unidos (Miami) tras ser perseguido por los nuevos gobernantes. Después decidió volver a España, y lo hizo con los bolsillos llenos de una nueva idea, la de instalar la franquicia de los pollos en nuestro país. Y no les salió nada mal, si tenemos en cuenta que KFC es la cadena de restaurantes de comida rápida más rentable del mundo después de McDonald's.
Cada candidato a estas elecciones del 4 de mayo atesora su propia historia, claro, algunas más épicas que otras. Ángel Gabilondo, lo hemos contado aquí, fue fraile; Isabel Díaz Ayuso, ‘community manager’ del perro de Esperanza Aguirre; Mónica García, campeona de atletismo… Y Monasterio tiene una familia con historias que llenarían libros de esos que ganan el Premio Planeta.
Vida en peligro
Su padre se fugó de Cuba, donde el régimen le perseguía. Allí vivió días escondido en casa y salía a cuatro patas, de noche, para que nadie le viera. Volvió a España y en Madrid conoció a su mujer, Aurora, asturiana como él, con quien fundó una familia de tres hijos. Instalado en España decidió, como decíamos, traer la franquicia del pollo frito, y Monasterio, que era pequeña, recuerda haber conocido al Coronel Harland Sanders, el señor de barba imagen de la marca que era además su propietario.
El premio de su infancia era ir al Kentucky a comer, algo que ha mantenido con sus cuatro hijos. Casada con Iván Espinosa de los Monteros, la vida de Monasterio ha seguido pintándose de épica, con pátinas a la antigua: podría ser marquesa consorte. Su marido es hijo de Carlos Espinosa de los Monteros Bernaldo de Quirós, tercer marqués de Valtierra, título heredado de su padre, Francisco Javier Espinosa de los Monteros, nieto del militar y primer marqués de Valtierra.
Padre y suegro
Carlos Espinosa de los Monteros fue presidente de Iberia Líneas Aéreas durante el gobierno de Felipe González y alto comisionado de la Marca España durante la etapa de Mariano Rajoy. El suegro de Monasterio también ha ostentado altos cargos en grandes empresas como Daimler y Schindler. Es además secretario de la Diputación y Consejo de la Grandeza de España. El director de esta institución es Alfonso Martínez de Irujo Fitz-James Stuart.
El espíritu emprendedor de esta familia -tanto de la suya propia como de la política- queda patente en la carrera de Monasterio, que estudió Arquitectura y enseguida decidió montar su propia empresa. Se dedicó a las reformas, su especialidad eran los lofts, algo que la llevó a tener problemas con el presentador Arturo Valls, un contencioso en el que cada parte da una versión contraria a la otra. La candidata de ultraderecha estuvo 20 años al frente de su empresa cuando en 2014 decidió entrar en política, en parte influida por las enseñanzas de su padre.
El padre y los hijos
A él le dedicaba este post hace unos meses, como recuerdo por su muerte, en 2010: “11 años después te seguimos echando mucho de menos... Tus maravillosas historias en las que se mezclaban Fidel Castro, Ava Gardner o tus andanzas con Errol Flynn. Unas veces anécdotas divertidas y otras el primer capítulo de la llegada del desastre del comunismo. Te esforzabas por explicarnos la historia de España, por impulsarnos a ser independientes y rectos, nos inculcaste la defensa la libertad. No querías para los tuyos lo que tú habías sufrido en la Cuba de Castro. El día que llegó Zapatero al poder recuerdo tu aviso: 'Rocío, este es el comienzo, os va a tocar implicaros...' ¡Toda la razón, ya lo estamos viendo! Nosotros cumpliremos”.
Esta dirigente de Vox es una de sus caras más conocidas. Aficionada a la música clásica, le gusta tocar la guitarra, afición a la que dedicaba dos horas al día cuando el tiempo se lo permitía. Otra de sus pasiones, dice, es la lectura, algo que también intenta inculcar a sus hijos, con quienes siempre que puede va a la Librería Lé, en la Castellana, cerca de su casa, a pasar un rat, hojear, leer... Aficionada a los toroes, declara que le gustan los animales, como los caballos y, sobre todo, los perros. Tanto es así dice que Quinta, su pastor alemán, es un hijo más en la familia.
Monasterio vive en una gran casa en Madrid, inmueble que no aparece entre sus posesiones. Según su declaración de bienes, todas sus propiedades son heredadas en 2010 y ella ostenta un 35% de cada una de ellas: un local en Madrid, dos viviendas en Asturias y un solar también en tierra asturiana. También declaró que Rocío Monasterio y Asociados SL, la empresa de la que hemos hablado, tiene un valor de 118.000 euros. Lo que sí está a su nombre son los vehículos: un Jaguar Soveriegn V12 de 2013 y un Audi A3 de 2018.
Cuenta Rocío Monasterio que a su familia le encanta ir a comer a Kentucky Fried Chicken. No en vano, su padre fue el responsable de traer la franquicia americana a España. Una historia curiosa que se remonta al siglo pasado, cuando su abuelo Enrique, de origen asturiano, probó suerte en Cuba.
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