Hablamos con el entorno de Pedro Trapote Jr: "Ha sido terrible, no lo podemos creer"

A primera hora de este miércoles, las llamadas telefónicas y mensajes a través de WhatsApp confirmaban el fallecimiento de Pedro Trapote Mateo, hijo del empresario del mismo nombre, la tarde anterior. El jueves, a partir de las once de la mañana, se abrirá el tanatorio de la Sacramental de San Isidro en Madrid y, a las siete de la tarde, se celebrará una misa funeral en su memoria.

La primera reacción de los amigos y conocidos era de incredulidad. No podía ser. Varios de ellos habían hablado con él esa mañana y de ahí la sorpresa ante la tragedia inesperada. Su novia, Beatriz, sobrina de Naty Abascal, fue la que dio la voz de alarma al no responder a sus llamadas. Avisó a los guardeses para saber por qué no contestaba al teléfono y la noticia que recibió al otro lado del teléfono fue la más devastadora que podía recibir.

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Esa mañana, Pedro había acudido a la clínica de Sanitas en Sevilla al no encontrarse bien. Una vez que le realizaron las pruebas pertinentes, le detectaron una bronquitis y, con la medicación preceptiva, volvió al cortijo.

La finca Las Majadillas se encuentra a una hora de Sevilla y era donde vivía desde hacía unos años. “Pedro era un enamorado del campo y aquí era feliz. En cuanto podían, venían sus hijos para pasar el fin de semana o las vacaciones. Es un lugar espectacular”, cuentan a Vanitatis sus amigos. Y efectivamente así era.

En esta finca, el empresario y padre Pedro Trapote y su mujer, Begoña García-Vaquero, organizaban todas las primaveras durante la Feria de Abril una capea seguida de un almuerzo y la actuación de un grupo flamenco. Era uno de los encuentros más esperados de la temporada, donde siempre estaba para compartir esa jornada festiva su hijo Pedro con los amigos de su padre y los suyos propios.

“Era una persona muy cariñosa, muy generosa, que formaba junto a sus cuatro hermanos una piña. Sergio y él (hijos de la primera mujer) estaban pendientes de Gonzalo y Pablo, los pequeños. Y los cuatro más Christian, que vivía en Estados Unidos, pendientes en la pandemia de su padre, que pasó el confinamiento en Marbella”.

Su exmujer, Diana Dominguín, madre de los mellizos que ahora tienen ya veinte años, muy afectada ha asegurado en conversación con Vanitatis: “Ha sido terrible, no nos lo podemos creer. Mis hijos están destrozados. Ha sido el mejor padre que podían tener”.

Pedro Trapote Jr. había tenido hace unos años problemas pulmonares y se cuidaba mucho. La vida en el campo era la mejor medicina. Vivía en la finca propiedad de su padre y este entorno era su vida. Se encargaba de que todo funcionara a la perfección en Las Majadillas, donde también se criaban toros bravos y vacas. La finca siempre estaba abierta al círculo de amigos toreros. Tenía una gran afición por mundo taurino y, más de una vez, su padre contaba que era su vocación frustrada.

A sus 54 años, Pedro Trapote Mateo tenía muchos proyectos que poner en marcha tras un año de restricciones sanitarias. El destino no ha querido que se hicieran realidad. Descanse en paz.