Muere Pedro, el hijo ganadero de Pedro Trapote, a los 54 años y de forma repentina

El hijo del empresario Pedro Trapote, también llamado Pedro, ha fallecido a los 54 años de edad. Según ha podido saber Vanitatis, el ganadero y empresario agrario, que residía en Sevilla, ciudad en la que se hacía cargo de las gestiones de la finca de su progenitor, empezó a encontrarse mal estos días y fue al hospital. Allí le diagnosticaron una bronquitis. Tras volver a su casa, se fue a descansar y, minutos después, fue hallado sin vida. Por el momento se desconocen las causas de su muerte. Su velatorio, según fuentes cercanas, se celebrará en el madrileño tanatorio de La Paz.

El hijo de Pedro Trapote era el encargado de gestionar la propiedad de su padre, Las Majadillas del Castillo de las Guardas, situada en Sevilla, lugar donde ha fallecido. Casado hace años con Diana Dominguín, de la que se acabó separando, tuvieron hijos gemelos.

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Paloma Barrientos

Trapote hijo encaminó su vida a ser ganadero de toros de lidia. Esa fue la razón de que abandonase la capital hace dos décadas y se fuese a vivir a Sevilla, lugar en el que encontró su medio de vida. Su vida como ganadero comenzó con la ganadería Toros de la Pata, para la cual adquirió, según publica 'ABC', dos encastes diferentes: Núñez y Domecq. Tiempo después se hizo con la finca Los Tinahones en Constantina y su vacada de encaste Atanasio-Urquijo, perteneciente a los herederos de Antonio Ordóñez.

Divorciado de Diana Dominguín desde hace años, esta última rehízo su vida junto a Jacobo Reguera, con el que contrajo matrimonio a finales de 2008. La hija de Mae Dominguín y Jacobo, hijo del que fuera ministro de Información y Turismo con Suárez, se casaron en La Muñoza, una finca cercana a Madrid.

La finca de Las Majadillas de El Castillo de las Guardas está considerada, tal y como se puede ver en el vídeo anterior, en el que aparece el propio Trapote, una de las mejores para la crianza del toro bravo. Su nombre proviene de la época en la que era un enclave de majadas y el lugar se dedicaba a la crianza del cerdo ibérico.

"Aparte de nosotros, aquí se reúnen muchos ganaderos. Es una especie de segunda ruta del toro (...). Era una finca que, cuando nosotros nos hicimos cargo de ella, estaba un poco abandonada. Poco a poco la fuimos transformando", confesaba el propio Trapote durante el reportaje del lugar que emitió Castilla-La Mancha Televisión.