La drástica decisión que ha tomado Rocío Osorno sobre sus tatuajes

Rocío Osorno es una de las mujeres del momento. Además de su labor como creadora de contenido, la influencer dirige su propia firma de vestidos de novia e invitadas que ha alcanzado un éxito notable en los últimos tiempos, e incluso han decidido confiar en sus diseños famosas como Aitana o Anabel Pantoja.

En su perfil de Instagram cuenta con casi un millón y medio de seguidores que siguen sus pasos al detalle y todo lo que comparte de su día a día; y es que, más allá del trabajo, la sevillana saca tiempo para realizarse determinados tratamientos estéticos y el último que han podido presenciar sus followers tiene que ver con sus tatuajes. Rocío ha tomado la decisión de borrárselos definitivamente mediante láser: una técnica eficaz de la que ella misma ha querido hablar largo y tendido.

Algunos de los dibujos a los que Rocío Osorno pretende decir adiós definitivamente se ubican en su mano; el primero de ellos, una cruz negra situada en el lado externo y, el segundo, unas tijeras a la altura del dedo anular. En cambio, no son los únicos que ha querido eliminar, pues, tal y como ella misma ha contado, lleva inmersa en este proceso desde hace casi dos años, pero tuvo que parar al quedarse embarazada. De hecho, muestra cómo uno de los primeros tatuajes ya ha desaparecido.

"¿Por qué me quito los tatuajes? Siempre que me doy una sesión contesto a esta pregunta [...] Me estoy quitando todos. Llevo como dos años con este tema, pero tuve que parar por el embarazo de Luisete. Me cansé de ellos, sobre todo empecé con los de las manos que son los que más me veo. Veo que los tatuajes de hoy en día son tan monos, tan finos, con unos trazos tan perfectos... Me los hice hace 10 años e incluso, quizá hace 15", cuenta sobre los motivos que la han llevado a eliminarlos.

La sevillana reconoce que, cuando se los hizo, no meditó lo suficiente su decisión, a pesar de ser algo prácticamente permanente. "Es verdad que entonces había otras tendencias y yo no me lo pensé mucho en aquel momento, me hacía cualquier cosa, todo me gustaba. Con los años, me rayé un poco y vi que estaba esta opción. Sí que es cierto que duele un poquito. Os diría que en una escala de dolor (del 1 al 10), hacérmelos fue un 3 o un 4 y quitarlos diría que un 7", cuenta a sus seguidores.

"Lo bueno es que al ser pequeñitos, va rápido. Además aunque según van avanzando las sesiones, aumenta la intensidad, al haber menos superficie, duele menos. También hay la opción de poner crema anestésica o algo así, que yo no lo he hecho, lo he aguantado", cuenta sobre su experiencia. Rocío Osorno afirma, además, que lo que más motivación le da es el hecho de que cada vez estén más borrosos y que en una o dos sesiones más se eliminarán por completo.

Feliz por sus avances en lo que a sus tatuajes se refiere, también lo está por sus progresos en el ámbito laboral. Pocas horas antes de acudir a la clínica donde se aplica el láser para borrar los dibujos de su piel, compartía una imagen anunciando que había terminado la negociación de compra de un nuevo local para su firma de moda. De hecho, poco después publicaba un post en el que afirmaba: "Aquí empieza otra aventura más", haciendo referencia al local donde se encontraba.

Rocío Osorno Studio aumenta así su capacidad logística y la 'it girl' ve incrementado su imperio empresarial con el que saborea las mieles del éxito. Un éxito que comparte con sus dos pequeños, aunque no con el padre de los mismos, Coco Robatto, de quien se divorció un año y medio después de protagonizar una espectacular boda en la catedral de Sevilla porque, según sus palabras, en aquel momento eran "personas muy diferentes de forma de pensar y eso va mermando una relación".