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Felipe Cortina y sus calcetines se dan de bruces con la pandemia
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Felipe Cortina y sus calcetines se dan de bruces con la pandemia

El hijo de Alfonso Cortina y Myriam Lapique cierra el año de su boda con una mala noticia económica en su empresa de referencia

Foto: Amelia Millán y Felipe Cortina, en su boda. (Limited Pictures)
Amelia Millán y Felipe Cortina, en su boda. (Limited Pictures)

Felipe Cortina Lapique ha sido uno de los protagonistas del año. El hijo del recordado Alfonso Cortina y la arquitecta Amelia Millán se casaron este verano en la primera de las grandes bodas de la jet que salpimentaron la temporada tras el covid. La ceremonia religiosa tuvo lugar en Retuerta de Bullaque, en la iglesia San Bartolomé Apóstol, que data del siglo XVI. Lo celebraron después en la finca familiar, enclavada en los Montes de Toledo y junto al Parque Nacional Cabañeros. Fue un día feliz repleto de rostros conocidos como Marta Ortega y Charly Torretta, Alonso Aznar y Renata Collado o su hermano, Carlos Cortina, con su ya esposa, Carla Vega-Penichet.

Hubo espacio para el recuerdo al padre. La finca Villagarcía, propiedad de Alfonso Cortina desde 1993, ahora pertenece a su viuda, Miriam Lapique, y a sus dos hijos, Felipe y Carlos. Esta finca y las bodegas Pago de Villagarcía, que el empresario levantó para sacar rentabilidad al terreno, fueron un sueño hecho realidad para Cortina, quien falleció en abril de 2020 a consecuencia del covid. Pero la familia Cortina no solo concibe la finca Villagarcía como un proyecto empresarial. También es el hogar en el que han disfrutado de muchos fines de semana y vacaciones en familia, destino de escapadas con amigos y un sitio donde practicar la caza, un deporte que apasionaba a Alfonso Cortina. Un lugar que sin duda siempre les recordará a él y que con ilusión gestionan juntos Miriam, Felipe y Carlos para continuar con su legado.

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Felipe Cortina y Amelia Millán, en la boda de Carlos Cortina. (Gtres)

Pero, además de gestionar el legado de su padre, Felipe tiene un nombre propio en el textil español gracias a la marca de calcetines que cofundó junto a Álvaro Gomis, Jimmy Lion. Su idea de convertir una prenda anodina de ropa interior en un accesorio 'cool' ha revolucionado el sector y nueve años después de su fundación la compañía se ha convertido en un referente. Apenas un día después de la boda de Cortina, la firma hizo público que habían dado un paso de gigante al abrir su primer centro logístico propio, en San Fernando de Henares (Madrid).

La idea, según la firma, era "responder de manera más ágil y eficaz al creciente aumento de la demanda". El nuevo centro da cobertura eficiente a las tiendas multimarca y propias de la marca, y permite agilizar la preparación y envío de los pedidos realizados desde Europa, Asia y Oceanía.

La estructura, que comenzó a operar el pasado mes de abril, cuenta con una superficie de 2.000 metros cuadrados y tres zonas diferenciadas: una zona automatizada, en la que se reciben, organizan y finalizan los pedidos online; una zona de picking o de preparación de pedidos, en la que se ha optimizado la clasificación de 280 diseños y más de 900 referencias de producto para agilizar el proceso; y una amplia área de almacenaje, con capacidad para hasta 5.000.000 de pares de calcetines.

“Con el incremento de la demanda y más de 2 millones y medio de pares vendidos, hemos tenido claro apostar por un centro logístico propio, que nos permita agilizar los procesos de preparación y envío de pedidos online y dar una cobertura óptima a nuestras tiendas propias y a la red de tiendas multimarca en las que estamos en Europa, Asia y Oceanía. Gracias al sistema automatizado por el que hemos apostado, podremos preparar hasta 10.000 pedidos al día, en temporada alta”, afirmaba entonces Álvaro Gomis, cofundador de Jimmy Lion.

placeholder Felipe Cortina y su socio, Álvaro Gomis. (www.jimmylion.com)
Felipe Cortina y su socio, Álvaro Gomis. (www.jimmylion.com)

Cortina y Gomis fundaron Jimmy Lion en 2012. Se conocieron trabajando en banca en España y luego se marcharon a estudiar un máster a Nueva York. Fue entonces cuando se metieron en el mundo de las startups y vieron un hueco en el mercado con los calcetines, un producto muy desarrollado en Estados Unidos pero menos en Europa. "Queríamos adentrarnos en el mundo de las startups y crear un e-commerce. Apostamos por una estrategia monoproducto y un accesorio era más fácil de vender vía online, pues no tiene tanto problema de tallas y devoluciones”, explicó Cortina a FashionNetwork.com en una de sus escasas entrevistas.

Hoy, Jimmy Lion tiene sedes en Madrid, Nueva York y México. Fabrican los calcetines en Portugal, donde consiguen diseños más nítidos. Desde hace cinco años, su centro de operaciones se encuentra en la capital de España, donde también abrieron su primera tienda física, en la emblemática calle Fuencarral. Tienen una segunda tienda en Madrid y una tercera en Barcelona, además de su presencia en El Corte Inglés, en las míticas Galerías Lafayette o en El Palacio de Hierro de México.

Pérdidas de 680.000 euros en 2020

Pero esta ambición exportadora, la inversión en el nuevo centro logístico y la pandemia han pasado factura a las cuentas de la empresa, que acaban de ser actualizadas en el Registro Mercantil y declaran unas pérdidas de 680.000 euros. Cortina y Gomis gestionan su marca de calcetines a través de la empresa JLion Clothing, que facturó en el ejercicio 2020 una cifra similar a la del año anterior, tres millones y medio de euros. En 2020 recibieron diversas inyecciones de capital. Una, en febrero, de 415.000 euros. Otra, en agosto, de 1.250.000 euros. Además, como otras empresas que han sufrido los efectos de la pandemia, ha solicitado avales a través del ICO. La empresa se encuentra en plena expansión y están apostando fuerte por ello.

Los socios han buscado corregir un cierto desequilibrio patrimonial al que estaban llegando por las pérdidas sucesivas. Además, han solicitado varias líneas de crédito durante este año que vencen entre 2022 y 2026 y que suman en total una deuda a largo plazo de 618.000 euros. Según se lee también en el balance de cuentas, la empresa tuvo que recurrir a un ERTE para sus cuarenta empleados desde el mismo 14 de marzo de 2020.

Digno hijo de su padre, esta no es la única inquietud empresarial de Felipe Cortina. El pasado mes de abril fue nombrado consejero de Muroexe.com, la startup española de calzado y complementos que idearon en 2013 los emprendedores Esmeralda Martín y Roberto Heredia y que llegó a vender su moda sostenible a más de 50 países de todo el mundo. Herida de muerte por el covid, la startup no ha remontado los resultados negativos de los últimos años y se encuentra en liquidación.

Además, a lo largo de estos meses se ha completado la transición en las empresas familiares que los hijos heredaron de su padre. Quizá la más emblemática la de la bodega Vallegarcía, un nombre de referencia en el sector enológico cuyas botellas se agotan en el mercado. Sus hijos y el equipo profesional del que se rodeó Alfonso Cortina para sacar adelante este sueño están decididos a que ese sueño le sobreviva.

Felipe Cortina Lapique ha sido uno de los protagonistas del año. El hijo del recordado Alfonso Cortina y la arquitecta Amelia Millán se casaron este verano en la primera de las grandes bodas de la jet que salpimentaron la temporada tras el covid. La ceremonia religiosa tuvo lugar en Retuerta de Bullaque, en la iglesia San Bartolomé Apóstol, que data del siglo XVI. Lo celebraron después en la finca familiar, enclavada en los Montes de Toledo y junto al Parque Nacional Cabañeros. Fue un día feliz repleto de rostros conocidos como Marta Ortega y Charly Torretta, Alonso Aznar y Renata Collado o su hermano, Carlos Cortina, con su ya esposa, Carla Vega-Penichet.

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