Hablamos con la familia Bardem tras 20 años sin Juan Antonio
Su hijo Juan Bardem y su sobrina Mónica Bardem (primo y hermana de Javier Bardem) recuerdan en Vanitatis la figura del director
El 30 de octubre de 2002, hace hoy 20 años, el mundo del cine decía adiós a uno de nuestros directores más reconocidos. Juan Antonio Bardem fallecía a la edad de 80 años a consecuencia de una enfermedad hepática.
Hijo de actores (Rafael y Matilde Muñoz), sus primeros pasos estuvieron encaminados hacia la ingeniería agrónoma. El gusanillo del cine tardó, pero llegó, como no podía ser de otra manera en una saga familiar marcada por este arte.
Se matriculó en la Escuela Oficial de Cine, afortunadamente, porque gracias ello comenzó una exitosa carrera que le hizo destacar en festivales tan reconocidos como el de Venecia (la película ‘Cómicos’ participó en la sección oficial del certamen y ‘Calle Mayor’ se hizo con el premio a la crítica), Cannes (‘Muerte de un ciclista’ ganó uno de los premios en 1955), así como en los Oscar, donde logró una nominación en la categoría de habla no inglesa por ‘La venganza’ en 1958.
Todo ello lo logró lidiando con la terrible factura que le pasó el régimen franquista. Como militante del Partido Comunista, las ideas de Juan Antonio Bardem fueron señaladas.
Se da la circunstancia de que en este mismo año, 2022, coincide la fecha del 20º aniversario de su muerte con el centenario de su nacimiento, el pasado 2 de junio, motivo por el cual el director fue homenajeado en el programa ‘Imprescindibles’ a través del documental ‘Juan Antonio Bardem: Vitalista militante’, dirigido por Alberto Bermejo y David Herranz. La presentación del mismo fue un acto muy emotivo al que asistieron, entre otros, su viuda, María Aguado, su hijo, Juan Bardem, o Mónica Bardem, su sobrina.
Con los dos últimos ha podido hablar Vanitatis, esta vez para recordar al director en este domingo 30 de octubre, el día que se cumplen 20 años de su fallecimiento.
Juan Antonio Bardem tuvo cuatro hijos: Miguel, Juan, María y Rafael. Todos ellos han seguido vinculados al cine. Así nos habla de sus primos Mónica Bardem, sobrina de Juan Antonio Bardem y hermana de Javier y Carlos Bardem: “Yo soy actriz no tanto por él, sino quizás por mi madre, pero no se puede separar una cosa de la otra. Todo lo que se respiraba en mi casa y en mi familia tenía que ver con el cine y el teatro. Aunque sabíamos lo duro que era, porque veíamos lo complicado que era para mi madre sacar adelante a Carlos, a Javier y a mí, con una profesión tan inestable, y lo complicado que fue para mi tío Juan sacar adelante a sus cuatro hijos, que todos se dedican al cine o a la televisión, nos dimos cuenta de que aunque no es una profesión fácil, es apasionante y esa pasión es algo que está en nuestro ADN. Genéticamente nos ha preparado para ser luchadores y ser muy muy serios con el trabajo, como era mi tío y como somos todos los miembros de esta familia. Mi prima María es una script maravillosa. Mi primo Juan es un músico y un compositor maravilloso. Miguel Bardem es un director de cine increíble y mi primo Rafa es un productor increíble también. Y qué decir de la otra rama familiar. Mi hermano Javier Bardem es, para mí, el mejor actor de este planeta. Mi hermano Carlos es un grandísimo actor y un escritor brillante. Sí, tanto mi tío como mi madre nos han dejado un legado en el ADN que bendigo cada día”.
Juan Bardem es, por lo tanto, el músico de la familia. Debutó precisamente de la mano de su padre con ‘Lorca, muerte de un poeta’. A partir de ahí logró forjarse una exitosa carrera que le ha llevado varias veces a estar nominado a los Premios Goya. En 1998, por la música original de ‘Los años bárbaros’ (de Fernando Colomo), y en 2004, con ‘Al sur de Granada’, donde logró alzarse con el premio. En 2007 y 2013 también le nominaron por su trabajo en dos películas de Fernando Colomo, ‘El próximo oriente’ y ‘La banda Picasso’, en la categoría de mejor canción.
Juan ha querido hoy recordar en Vanitatis la difícil travesía que emprendió su padre por culpa de la censura. Muchas de sus películas fueron ninguneadas porque nacieron de espaldas a un sistema muy opresor. Formó parte de 'las tres grandes B' (junto a Buñuel y Berlanga) y aunque su marcado carácter social y político convenció a parte de la crítica europea en los años 50 ('Muerte de un ciclista', de 1955, y 'Calle Mayor', de 1956, fueron éxitos para la crítica internacional), las vanguardias fuera de nuestra frontera avanzaban con rapidez.
En España, la censura no permitió que el cine evolucionara hacia temas más atrevidos. Señalado por el régimen, se inició una etapa de desprestigio de Juan Antonio Bardem. "Bardem est mort", así tituló François Truffaut su crítica de cine tras ver 'Sonatas'. De todo ello nos habla Juan Bardem: “Este diciembre estaremos justo en la mitad del centenario del nacimiento de Juan Antonio Bardem, nacido en junio del 1922. Ahora que llegamos a la fecha dolorosa de su muerte, y habiendo recorrido ya la mitad de esta efeméride, es un buen momento para hablar de lo que está pasando y de lo que no, del efecto que está produciendo en mí recordar su vida y de lo que ha quedado por decir de su periplo vital. Igual que cuando comenzó el centenario, no me pidan que sea objetivo. Es tanto lo que personal y profesionalmente le debo que me es imposible no estar de su parte. Además, he comprobado que a mi padre le han llovido las críticas (y también los elogios) de todos los lados. Es una crueldad del destino que tus primeras obras sean tan sobresalientes, unos éxitos memorables. Claro que esa es la lectura que hacemos ahora, porque en su tiempo, la mitad de los 50, no se le situó en una posición cómoda, más bien le llevó a estar cerca de la cárcel de Carabanchel. Le dieron la posibilidad de seguir, pero vigilado de cerca. No podía esperar nada del cine nacional férreamente controlado por Franco y sus esbirros. Su única opción era entrar en los mercados europeos o norteamericanos. Eso o exiliarse. Se quedó y siguió haciendo lo que necesitaba, pero en color. Antes ya le habían vapuleado los Truffaut y compañía. No les gustó ‘Nunca pasa nada’ (1963) y la maltrataron llamándola ‘Calle Menor’ y diciendo que Bardem había muerto. Si así hubiera sido, para nuestra desgracia, hoy sería un auténtico mito de la cultura española. Porque como decía Jardiel Poncela, para recibir los mejores elogios hay que morirse; y hacerlo a tiempo, añado”.
Su sobrina, Mónica Bardem, es consciente del difícil camino que tuvo que atravesar, con valentía, su tío. Ella comenzó de su mano su andadura en el cine, un inicio que marcó en muchos sentidos su carrera: “Uno de los recuerdos que tengo de mi tío como sobrina es que yo le tenía que mirar de abajo a arriba. Me parecía muy muy alto. Me despertaba mucho respeto y mucha admiración. Tenía una voz que me impresionaba y unas manos enormes. También una sonrisa encantadora. Yo lo quería mucho, pero reconozco que siempre me intimidaba un poco. Tuve la suerte de que en ‘El joven Picasso’ me llamó porque pensó que yo podía hacer el personaje de Lola, la hermana de Picasso, que era una adolescente, aunque yo tenía ya 23. Pero él me dijo que le gustaba mi cara y mi voz y que creía que lo haría bien. Era lo primero que yo hacía en cine. Recuerdo que estaba maquillándome y vi venir a mi tío a través del espejo. Me fui a levantar de la silla para saludarle y me puso una mano en el hombro y me dijo: 'Eso, después de rodar'. Aquello fue para mí tan determinante que creo que marcó en cierto modo el resto de mi carrera como actriz. Puedo tener un vínculo de amistad o familiar con el director, o ser muy amiga del jefe de fotografía, etc… pero el trabajo es trabajo y luego ya hablamos y nos tomamos un vino. Cuando hay que trabajar no debería existir ningún tipo de relación que no sea la laboral. Eso sí que fue una influencia personal y clara de mi tío”.
Al igual que Juan, Mónica también destaca la valentía que tuvo su tío como director: “A nivel cinematográfico, sus películas me han parecido siempre conmovedoras. ‘Cómicos’, ‘Muerte de un ciclista’ o ‘Calle Mayor’ son películas que recuerdo ver con una admiración y con un nudo en la garganta, siendo consciente de la valentía de mi tío por intentar contar las historias que él quería contar en una época en la que se censuraba todo. Él tenía su sello, su marca política, porque él estaba marcado y todo el mundo sabía en qué cuerda vibraba, sus ideas comunistas. Que un hombre con esos valores trabajara en la época más dura de la censura fue muy complicado. Mi tío, como toda la generación de cineastas de esa época, hacía magia. Contaban historias muy duras con una crítica social increíble, pero desde un lugar disimulado para que la censura se lo permitiese. Así que olé por mi tío y por sus compañeros, que se atrevieron y consiguieron ser incómodos y pudieron contar historias cuando nadie les dejaba. Las palabras con las que le defino son perseverancia, severidad y mucha valentía”.
Su hijo Juan lamenta que tras la censura, su padre, al que define como ”un héroe trágico de nuestro tiempo”, siguiera siendo maltratado y silenciado: “Estamos tan acostumbrados a ese tipo de héroes con capa de la Marvel que al que no lleva leotardos no le damos esa categoría. Pero para mí, Juan Antonio Bardem es un héroe trágico de nuestro tiempo. Hay mucho que aprender de su vida y de sus películas. Un hombre que nunca se traicionó, nunca se rindió y que se fue (aunque estaba en total desacuerdo con la muerte, como Woody Allen) con una gran sonrisa”.
Tras su época dorada, en los años 50, Bardem comenzó a dirigir un cine más comercial porque necesitaba seguir trabajando. Esas películas “alimenticias”, que diría Buñuel, no convencieron a muchos. “Cuando los críticos hablan de cine “alimenticio“ se están refiriendo a que alimentó a su familia con el oficio que eligió”, nos dice su hijo Juan. “Nunca he oído que al señor Ozores, por ejemplo, le criticaran por usar su cine para dar de comer a su familia. Es lo más natural ¿verdad? Pero a mi padre eso no se le estaba permitido. Después de ‘Calle Mayor’ no puedes hacer ‘El último día de la guerra’ o ‘Varietés’ porque te lloverán de todos los lados y los palos de los amigos o cercanos duelen más. ¿Han ustedes oído algún reproche al gran Mario Camus por hacer películas para Raphael? Yo no, afortunadamente. Criticar a Juan Antonio Bardem se convirtió en una especie de deporte malvado. No sé por qué tanto odio. Pero también hubo apoyo y cariño”.
Si injusto fue el trato que Juan Antonio Bardem recibió durante el franquismo, injusto fue también lo que le tocó vivir en la época de la transición. Así lo explica su hijo Juan: “Llegaron los 80. La dictadura había desaparecido y ya se podía hacer el cine que quisieras. Pero después de la tragedia, llegó la farsa del bipartidismo. El problema de fondo seguía siendo el mismo. El cine es un arte industrial en todas sus fases y necesita financiación y distribución. Mi padre no encontró el camino, pero no se rindió y dejó piezas como ‘El puente’, ‘7 días de enero’, ‘Advertencia’ y la última, ‘Resultado final’. Prueba de ello fue que no se le dio el Premio Nacional de Cinematografía como represalia por haber manifestado sus discrepancias con el PSOE. Esto lo viví en directo. Quizá esta fue la peor época. Si la censura y la represión franquista fueron atroces, comenzó una época, en cierto sentido, peor. 'El que se mueva no sale en la foto'. ¿Les suena esa frase? Muchos tomaron nota y se apartaron buscando un sitio mejor al sol del poder. Mi padre no. A estas alturas de su vida, le quedaban pocos consuelos y el de su intachable integridad moral era uno de ellos. La televisión le dio cobijo y pudo hacer dos series: ‘Lorca’ y ‘El joven Picasso’, ambas premiadas, así como un capítulo de otra serie, ‘Jarabo’. La última, ‘Resultado final’, fue un terrible epitafio. No le gustó a nadie y fue masacrada aun antes de ser vista. Pesaba más la elección de Mar Flores como actriz que todo lo que dice. A pesar de que retrata la vida de alguno de los personajes de la transición y de la lucha antifranquista (tema inédito en el cine nacional), ni siquiera la valoraron algunos del PCE, su propio partido. Solo sé que la aprecian Luis María Anson (se lo oí en una entrevista) y yo, que yo sepa. A mí me gusta porque pese a tener todo en contra, consiguió hacerla, decir lo que pensaba, tener a una actriz bellísima para contarlo y encargarme, una vez más, la música. Por todo ello, se la recomiendo, aunque lo tendrán difícil para encontrarla”.
El 30 de octubre de 2002, hace hoy 20 años, el mundo del cine decía adiós a uno de nuestros directores más reconocidos. Juan Antonio Bardem fallecía a la edad de 80 años a consecuencia de una enfermedad hepática.