Los intentos de Carmen Otte para contactar con Juan Ortega: el entorno descarta la reconciliación
Según apuntan a Vanitatis fuentes solventes del entorno cercano del torero, la reconciliación es inviable, y aunque Carmen quiere ponerse en contacto con él, este prefiere continuar marcando distancias
Sábado 2 de diciembre: el torero Juan Ortega decide cancelar su boda y, tras hablar por teléfono con Carmen, su prometida, abandona Jerez de la Frontera. Desde ese momento, nadie ha conseguido volver a ver al diestro. Ahora mismo, Ortega descansa del murmullo mediático instalado en casa de sus padres, no ha vuelto al piso alquilado que compartía con su expareja, ni tiene intención de hacerlo. A su vez, Otte reposa su dolor en una finca familiar cercana al municipio gaditano, arropada en todo momento por su familia y amigas.
A pesar de que ninguno de los dos pretende pronunciarse públicamente, tal y como dejó claro el entorno de la joven andaluza a Vanitatis, los rumores siguen circulando y alimentando una historia, que, según comentan a este digital, “es mucho más sencilla”. Este únicamente es el relato de una persona que en el último momento decide ser coherente con sus sentimientos y no someterse a los deseos de los demás. Por ello, aquellos quienes los conocen descartan por completo una posible reconciliación entre ambos. “La decisión es firme”, apuntan.
Tras las noticias emitidas sobre una posible boda en secreto, fuentes solventes cercanas a la expareja anotan a este medio: “Juan es una persona muy reflexiva, si ha tomado esa decisión no creo que sea capaz de cambiar ahora. En esta historia sufre todo el mundo, aunque evidentemente quien toma la decisión es él, pero lo hace porque piensa que es lo mejor para los dos; en los sentimientos no puede mandar. Él es un hombre puro y de verdad, muy íntegro y también en su profesión ha dicho muchas veces no, incluso cuando se ha perjudicado a sí mismo, porque nunca actúa desde el interés, sino desde la convicción”.
Es más, la certeza de sus actos fue tal que, como estaba previsto que Carmen llegara hasta la iglesia de Santiago en un coche de caballos, propiedad de la familia Estévez, avisaron también al cochero para que no acudiera a la casa de la novia tal y como se había planeado. Dicha rotundidad hizo que Miguel Ángel Otte del Pino tuviese que dar parte de la situación a sus amigos más allegados, quienes se conmovían por su estado anímico. “Lloraba desconsoladamente, casi no se entendían sus palabras, pero él llamó a sus amigos más cercanos para comunicarlo”, explican a Vanitatis.
Por otro lado, según desvelan a este digital, aunque ese 2 de diciembre la joven andaluza se lo pasó llorando y en estado de shock, al día siguiente, el domingo, cuando empezó a reaccionar sus palabras fueron: “Quiero hablar con él, yo quiero hablar con él porque Juan no es así, algo le ha tenido que pasar. Juan es bueno y quiero hablar con él”. A día de hoy, su estado anímico sigue siendo muy complicado.
Sin embargo, aunque el diestro no ha querido mantener aún esa conversación, su entorno nos indica que es muy posible que ambos, desde la calma, retomen el contacto. No obstante, la posibilidad de que esa boda pueda celebrarse es prácticamente imposible, igual que la reconciliación. “Él es un hombre firme cuando toma una decisión”, vuelven a repetir.
Además, siguiendo la información avanzada ayer en Vanitatis, aunque la noticia impresionó en un primer momento a la familia, insisten los allegados al torero en que no era una sorpresa. “Juan no se ha implicado en los preparativos de la boda porque nunca estuvo convencido de dar ese paso, aunque continuó adelante y quizás debería haberlo parado antes, pero cada persona es de una manera… Carmen tuvo que llamarle desde Jerez porque la semana antes de su boda estaba entrenando. El mismo jueves, al llegar, él dijo a su prometida: “Vamos a parar esto que aún estamos a tiempo”.
Así, permaneció en Sevilla hasta el jueves y el viernes lo pasó llorando. Sus amigos ya le vieron serio durante la fiesta de la preboda, aunque hubo un momento en el que se relajó y bailó, momentos capturados en las imágenes publicadas por los medios de comunicación.
“Juan no quería casarse y Carmen lo sabía", comenta una íntima amiga que prefiere no ser identificada. Tal y como anota este testimonio, él había manifestado sus dudas desde hacía varios meses, pero fue al volver de Ecuador semanas atrás cuando volvió a decirlo. Una actitud que Otte achacaba a los nervios de la boda, pero con la que él insistió en la semana previa al enlace y que finalmente cumplió.
Sábado 2 de diciembre: el torero Juan Ortega decide cancelar su boda y, tras hablar por teléfono con Carmen, su prometida, abandona Jerez de la Frontera. Desde ese momento, nadie ha conseguido volver a ver al diestro. Ahora mismo, Ortega descansa del murmullo mediático instalado en casa de sus padres, no ha vuelto al piso alquilado que compartía con su expareja, ni tiene intención de hacerlo. A su vez, Otte reposa su dolor en una finca familiar cercana al municipio gaditano, arropada en todo momento por su familia y amigas.
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