El bodón que prepara el hijo de Felipe Benjumea (Abengoa) en el club más exclusivo de Sevilla
El tercero de los cuatro hijos del expresidente de Abengoa (y único varón) se casa la próxima primavera en un enlace que promete reunir a la élite social y empresarial española
Si 2023 estuvo plagado de bodas con miembros de la alta sociedad y la élite empresarial como protagonistas (los hijos de Rafael del Pino y Borja Prado o Tamara Falcó son buenos ejemplos), 2024 ya promete seguir sus pasos en cuanto a enlaces por todo lo alto se refiere.
Tal y como ha podido conocer Vanitatis en primicia, en mayo del año que viene los Benjumea y los Mora Figueroa se darán cita en Sevilla para celebrar el amor de uno de los apodados 'cachorros de Abengoa'. El fin de semana del 24 y 25 de mayo se casa Felipe Benjumea Porres, hijo de Felipe Benjumea Llorente, expresidente de Abengoa, y Blanca Porres Guardiola, con María de Chiris Mora Figueroa, hija de Gilles de Chiris y Mercedes Mora-Figueroa Rivero, y por tanto nieta del conde de Chiris.
Una boda por todo lo alto que, tal y como anunciaron hace unos meses a sus cientos de invitados, tendrá lugar en Sevilla.
Una boda con tradición
El novio, Felipe, es el tercero y único varón de los cuatro hijos que el hijo del fundador de Abengoa tuvo con su mujer, Blanca Porres. La mayor, Blanca (1990), se casó el 25 de junio de 2016 en Sevilla con Álvaro Argüeso y Dávila, conde de Garvey (1985), protagonizando una de las grandes bodas de la temporada. Lo mismo ocurrió con la de su hermana Alejandra (1992), casada desde el 16 de mayo de 2015 (Sevilla) con Fernando Domecq Núñez. No es de extrañar, por tanto, que Felipe haya elegido la capital hispalense como escenario de su boda. Previsiblemente, si es que algún día toma la decisión de casarse, la benjamina, Carla, seguro que sigue los pasos de sus hermanos mayores.
Felipe, que estudió Administración y dirección de empresas en la universidad de Saint Louis, en Missouri, Estados Unidos, trabaja desde hace siete años en H2B2 Electrolysis Technologies SL, la empresa que fundó su padre tras su complicada salida de Abengoa. Su prometida, María, trabaja como técnico de farmacia en un establecimiento en el centro de la ciudad, en una de las calles más transitadas de Sevilla.
La última boda que reunió a la familia fue la de Ignacio Benjumea Serra y Leonor de Escoriaza Gilliéron. Se casaron el pasado mes de julio en una ceremonia preciosa en la localidad gala de Montargis, población ubicada en el departamento de Loiret. Allí la familia de la novia tiene una propiedad, donde se celebró la fiesta del enlace tras la ceremonia religiosa. Ignacio es el cuarto de los siete hijos que Javier Benjumea Llorente tuvo como Mónica Serra.
Dos días y un club selecto
Como decíamos, la boda se alargará durante todo el fin de semana y como vendrán invitados de fuera de Sevilla, el viernes la pareja ha organizado una preboda a modo de fiesta de bienvenida. “El día antes de la boda organizaremos un encuentro informal para reunirnos y empezar a celebrar juntos este fin de semana tan especial. Aún estamos cerrando detalles, en cuanto confirmemos el sitio te lo haremos saber”, han trasladado los novios a sus invitados. Lo que sí saben es que tendrá lugar en torno a las 20:30 horas.
Al día siguiente, la boda se celebrará por la mañana aprovechando la luz de la primavera y las cálidas temperaturas de esa época del año en Sevilla. “La ceremonia será el sábado, día central de las celebraciones, en la iglesia del Señor San José. Para nosotros, el momento de la ceremonia será el más importante del día y queremos compartirlo contigo. Aunque la iglesia es amplia y habrá sitio para todos, rogamos puntualidad”.
Una boda cargada de tradición y simbolismo que, una vez finalizada, continuará con un cóctel y almuerzo en uno de los lugares más selectos de la capital hispalense. Tal y como han confirmado algunos asistentes a Vanitatis, la celebración tendrá lugar en el Real Club Pineda, donde desde su fundación, en 1940, confluye la alta sociedad andaluza.
“La cuota de acceso son algo más de 60.000 euros, con una bonificación para el caso de matrimonios, que pagan algo más de 80.000", señaló Alfonso Moreno, director gerente del Real Club Pineda, en una entrevista concedida a 'Vanity Fair' hace unos años.
Con un presupuesto anual de doce millones para sostener sus actividades, el club cuenta con edificios que suman más de 6.000 metros de espacios comunes construidos en parte de las 83 hectáreas de zona verde repartidas entre campo de golf de 18 hoyos, instalaciones deportivas y hasta un hipódromo, donde suelen celebrarse las bodas, tal y como se expone en su página web.
“El Real Club Pineda ofrece al socio la posibilidad de celebrar su boda en el emblemático Pabellón del Hipódromo, un lugar especial enclavado en un entorno privilegiado rodeado por una zona ajardinada que hará único su evento. Su restauración destaca por la amplia oferta de menús de calidad adaptados a los gustos y necesidades del socio, así como de un servicio impecable que harán de su celebración un momento inolvidable”, expone para todos los que allí deseen celebrar su boda. El pabellón cuenta con un espacio de 720 metros cuadrados con capacidad para albergar banquetes de 500 personas en mesa y 850 en cóctel.
Aunque la iglesia está a unos 20 minutos de distancia en coche del club, no habrá servicio de autobuses para el desplazamiento. No obstante, Pineda dispone de un amplio parking para quien quiera acudir en su propio vehículo.
Una boda por todo lo alto en la que se espera un auténtico desfile de las élites.
Si 2023 estuvo plagado de bodas con miembros de la alta sociedad y la élite empresarial como protagonistas (los hijos de Rafael del Pino y Borja Prado o Tamara Falcó son buenos ejemplos), 2024 ya promete seguir sus pasos en cuanto a enlaces por todo lo alto se refiere.