Javier Ballesteros Botín representa a su padre entregando un premio que lleva su nombre

Javier Ballesteros Botín es el hijo mayor de los tres que el jugador de golf tuvo junto a Carmen Botín, hija de Emilio Botín y Paloma O’Shea. Además de ser de los tres hermanos el que guarda más parecido físico con él, Javier es el presidente de la Fundación Seve Ballesteros, por lo que vive inmerso en las labores de la entidad que creó su padre en 2009.

Esta semana, Javier se desplazaba a Dubái para entregar el Premio Seve Ballesteros al jugador de golf Adrian Meronk. Un galardón que le reconoce como jugador del año del European Tour y que ha sido votado por todos los golfistas que participan en esta competición.

Representando a su padre

El jugador polaco Adrian Meronk era el ganador de este año del Premio Seve Ballesteros, que ha sido entregado en representación del desaparecido golfista por su hijo Javier en Dubái. La entrega ha tenido lugar esta semana, horas antes de que se diera el pistoletazo de salida al Hero Dubai Desert Clasic, un torneo que precisamente ganó Seve Ballesteros hace más de 30 años.

El actual Premio Seve Ballesteros se convirtió en uno cuando se unificaron los premios Seve Ballesteros (antiguo) y el de golfista del año en 2021; y además pasó a ser votado por los propios participantes en el DP World Tour. Este año, un 38% de ellos votaron a favor de que el ganador fuera el polaco Adrian Meronk, de 30 años, quien ejerce como jugador profesional desde 2006.

Javier Ballesteros entregó el galardón representando a su padre y declaró: “Es muy bonito estar aquí. Yo venía con mi padre hace muchos años. Tener un premio con su nombre, y que además sean los jugadores quienes lo voten cada año, es muy de agradecer y nos hace muy felices”.

El director ejecutivo del DP World Tour, Keith Pelley, tras felicitar al ganador, agradeció a Javier que viajara hasta Dubái para entregar dicho premio: “Ha significado mucho tenerte aquí para representar a tu padre”.

Muy implicado en la Fundación Seve Ballesteros

Javier Ballesteros Botín no se pierde ningún evento en el que la figura de su progenitor vaya a ser recordada. El año pasado se emocionaba durante la Ryder Cup de golf celebrada en Roma viendo la gran lona que recordaba a Seve con la frase: “Seve siempre en nuestros corazones”.

Hijo del que ha sido el mejor jugador de golf español hasta el momento, él es de sus tres hermanos el que más se parece físicamente a su progenitor. Javier tiene muy buena relación con toda su familia y está especialmente unido a sus hermanos, Miguel y Carmen Ballesteros Botín, así como a su madre, Carmen Botín.

El joven, de 33 años, es presidente de la Fundación Seve Ballesteros, en la que sus hermanos ejercen como vocales. Una fundación que creó su padre en 2009 cuando le fue diagnosticado un tumor cerebral. Actualmente la fundación, además de honrar y ensalzar la vida y trayectoria de Seve, también recauda fondos para la investigación contra el cáncer. Por otro lado, ayuda a niños con sus carreras como golfistas y ofrece clases de golf a menores hospitalizados para que olviden por un rato sus dolencias.

Una pasión por el golf herencia familiar

La pasión por el golf de Javier Ballesteros, quien fue jugador de golf profesional durante un tiempo, hizo que le costara centrarse en su carrera académica. Comenzó estudiando Empresariales en la Universidad de Cantabria, estudios que abandonó para estudiar Derecho en la Autónoma de Madrid.

Su pasión por el golf no solo le viene heredada de su padre. Gran parte de la familia Botín también es aficionada al golf. Su abuelo, el desaparecido banquero Emilio Botín, era un gran jugador de golf; de hecho, construyó un campo de golf en la Ciudad Financiera del Banco Santander en Boadilla del Monte (Madrid), que inauguró en 2004.

También es un deporte que practican su tío Javier Botín O’Shea, quien es presidente de la Junta Directiva del Real Club de Golf de Pedreña; su madre, Carmen Botín, vocal del mismo club; su tía Ana Botín o su tía Paloma. De sus primos son varios los aficionados, como, por ejemplo, Ricardo Gómez-Acebo Botín o Huberto Botín D’Ornano, quienes además tienen edades similares a la suya.

De niño, Javier recuerda algún partido de golf con su abuelo Emilio Botín, con el que apostaban pelotas de golf y si perdía le hacía pagar. Le recuerda como un abuelo normal, a él como a su padre no le pesan los apellidos, y dicen los que le conocen que es discreto y sencillo a partes iguales.

No oculta la gran admiración que siente por su padre, del que recuerda con cariño que llegó a ser caddie durante el British Open de 2006. Un momento cargado de complicidad entre padre e hijo que guarda como un tesoro en su memoria. “Mi padre fue increíble, casi diría que irrepetible”, declaraba en una revista especializada.

De él, además de su deporte favorito, aprendió los valores humanos que convirtieron a Seve Ballesteros en un personaje querido y admirado por toda la sociedad española: “Me inculcó que en la vida hay que ser una persona honrada”. Actualmente vive volcado en ensalzar la figura de su padre y continuar con el legado que él le dejó, acercando el golf a los más pequeños y ayudando en la lucha contra la terrible enfermedad que el 7 de mayo de 2011 apagó la vida del mejor jugador de golf que hasta el momento ha tenido nuestro país: Seve Ballesteros.