Los Ballesteros Botín, 'una piña' en una boda celebrada el pasado sábado en El Escorial

El pasado sábado, 25 de marzo, fue un día en el que se celebraron varias bodas de rostros conocidos. Tal y como ha venido informando Vanitatis, Teresa Baca se casaba en Sevilla; Sol Prado López de Carrizosa hacía lo propio en Jerez de la Frontera, y Beatriz Michavila en Ávila. En la espectacular finca El Campillo situada en la localidad de El Escorial, contraían matrimonio María Salama y Alejandro Arenas Torres. A esta boda acudía la familia Ballesteros Botín al completo, demostrando con unas instantáneas en redes sociales que forman una auténtica piña.

Javier, Miguel y Carmen Ballesteros Botín, los hijos que tuvo el añorado golfista Seve Ballesteros con Carmen Botín (hermana de la banquera Ana), aparecen junto a su madre posando con los novios María Salama y Alejandro Arenas. Javier Ballesteros, el mayor de los hermanos, viste un traje de chaqueta azul marino, camisa azul claro y una corbata con estampado geométrico en tonos azules; el joven destaca por el parecido físico con su madre. Su hermana Carmen luce un pantalón y camisa a juego con cinturón en tonos fucsia y estampado vegetal en rojo, negro y blanco, así como un bolso en un llamativo amarillo flúor. Por su parte, su madre, Carmen Botín, iba ataviada con un estilo más clásico, compuesto por un vestido corto de manga larga y estampado animal, medias oscuras y zapato plano negro. El pequeño de los hermanos, Miguel, fue testigo de la boda, por lo que lució el tradicional chaqué combinándolo con un chaleco beis, camisa azul claro y una corbata en azul medio.

Discreción por bandera

Carmen Botín O’Shea es la quinta hija del desaparecido banquero Emilio Botín y Paloma O’Shea. Se casó en noviembre de 1988 con el carismático golfista Severiano Ballesteros, con quien tuvo a sus tres hijos: Javier, Miguel y Carmen. La boda fue tan discreta que tan solo acudieron veinte invitados a la casa de Puente de San Miguel, propiedad por aquel entonces del abuelo de la novia. En mitad de la celebración cuentan que Carmen, vestida espectacularmente por Emanuel Ungaro, pidió al fotógrafo los carretes de las fotos y los guardó. La pareja se separó en 2004. Carmen, que estudió Management en la Universidad de Brown (EEUU), es vocal de la Fundación Botín.

Javier es el mayor de los tres hijos del matrimonio Ballesteros Botín. Graduado en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad de Cantabria, ejerce como presidente de la Fundación Seve Ballesteros, en la que sus otros dos hermanos figuran como vocales. La fundación fue creada en 2009, poco tiempo después de que al golfista le diagnosticaran el tumor cerebral que, años más tarde, lamentablemente terminaría con su vida. Falleció en mayo de 2011. “Aunque no nos pidió explícitamente que continuáramos con la labor de su fundación, daba de alguna manera por hecho que íbamos a continuar con ella”, explicaba Carmen Ballesteros a El Confidencial. La Fundación Seve Ballesteros se encarga de trabajar apoyando la investigación del cáncer en colaboración con el Centro de Investigaciones Oncológicas e imparte clases de golf a niños hospitalizados, entre otras actividades a beneficio de la lucha contra esta enfermedad.

Volcados en la Fundación Seve Ballesteros

A Javier le queda una espina clavada, y es que se enteró de la enfermedad de su padre por los medios. “Estaba estudiando en la School of Business de Washington y me enteré por la prensa al igual que mi madre”, reconoció a 'Vanity Fair'. “Mi padre era muy cariñoso, se preocupaba mucho por nosotros. Eso sí, su ojo derecho era mi hermana Carmen”, añadía. Los recuerdos invaden al mayor de los hermanos pescando lubinas junto a su padre en barco por Santander, montando juntos en bici, recogiendo conchas en la playa o su recuerdo favorito: cuando hizo para él de caddie en el British Open de 2006 en Hoylake, una experiencia inolvidable.

Miguel, el mediano de los hermanos, es el más discreto y desconocido de los tres. De él solo se sabe que es vocal de la fundación que lleva el nombre de su progenitor y que, al igual que a Javier y Carmen, también le gusta el golf.

Carmen Ballesteros Botín es una amante del deporte, de la vida sana y, como no podía ser de otro modo, del golf. “Jugar al golf me hace sentir cerca de mi padre”, declaraba a El Confidencial. Alguien a quien admira profundamente y reconoce echar de menos a diario. Estudió marketing, comunicación y relaciones públicas en la Universidad de Richmond (EEUU) y ha trabajado para marcas como Hugo Boss, aunque está muy involucrada en la fundación paterna. Tiene una relación muy estrecha con su tía Ana Botín, presidenta del Banco Santander, quien es su madrina y cómplice.