Las vacaciones cántabras de Ana Botín y Guillermo Morenés: tomates y chiringuito
La presidenta del Banco Santander y su marido están pasando unos días en la finca que tienen en una pequeña localidad cántabra
Empieza a ser tradición que Ana Botín escoja el puente de agosto para asomarse a sus redes y ofrecer algo de su intimidad familiar. Los seguidores de la presidenta del Banco Santander, que en Instagram superan los 50.000, están acostumbrados a verla combinar posts más 'institucionales' con otros en los que muestra su faceta más natural y familiar. Ella misma define sus intereses en este ámbito: "Mi familia, el banco, mis amigos/as, Cantabria y el desarrollo sostenible del mundo", y su perfil es un buen resumen de todas esas cosas.
Mientras el resto de España se asfixia en verano en una ola de calor interminable que ha marcado récords, un rinconcito de España vive un verano un tanto más fresco. En esa bombonera de prados frescos es donde tiene su lugar de retiro Ana Botín, y donde suele ofrecer sus imágenes más alejadas del encorsetamiento bancario. La presidenta del Banco Santander y el resto de los Botín son cántabros por origen y por vocación, un orgullo que lucen en sus redes sociales, salpicadas de verdes infinitos y cielos encapotados.
Botín viaja a menudo entre Madrid, Londres o Latinoamérica, pero sus raíces están en el norte. Cuando Jesús Calleja le preguntó a Botín en 'Planeta Calleja' cuál era su sede, ella replicó inmediatamente: "Santander, Santander es más mi casa". El amor por la tierruca se inculca en esa casa desde niños. La abuela de Emilio Botín, padre de Ana, era María Sanz de Sautuola, la niña que vio, según cuenta la tradición, unos bueyes pintados en los techos de la cueva de Altamira y descubrió el tesoro que allí había.
En ese mismo programa pudimos conocer algo más a Guillermo Morenés, el marido de Botín. "Yo no podría haber hecho la mitad, ni un tercio de lo que he hecho, sin Guillermo", confesaba la banquera al explorador. El inversor, también presente en la aventura televisiva de su mujer, quiso puntualizar también: "Estamos juntos desde el primer día porque nos hemos respetado mucho, he respetado a mi mujer y ahora la admiro mucho".
El verano es proclive también a que Morenés se deje ver en las redes de su mujer. Aunque él reside en Londres la mayor parte del año, el matrimonio reúne a la familia en vacaciones. En unas imágenes compartidas por Ana Botín en su perfil de Instagram estos días, se les ve sonrientes paseando por la playa, y también compartiendo con amigos una buena comida en de su local preferido de la zona, el chiringuito El Puntal, y disfrutando como una pareja anónima más de sus días de ocio. La presidenta escribe: "Playa y comida en el Chiringuito del Puntal. Y hoy, tomates de la zona y lentejas caseras con chorizo picante de León, regalo de Jesús Calleja. Nada mejor que Cantabria".
Unas semanas antes, Botín compartía otras imágenes con uno de sus hijos dando un paseo hasta el Faro del Caballo en Santoña. "Un hike espectacular por el bosque mágico. Vale la pena bajar hasta la playa de Berria y bañarse en el Cantábrico", recomendaba.
Aunque la finca tradicional de los Botín siempre estuvo en Puente San Miguel, la presidenta del Banco y su esposo compraron hace tiempo una casa en un pequeño municipio que no llega a los 200 habitantes y que pertenece a la localidad cántabra de Ribamontán al Mar, justo en la orilla opuesta a la ciudad de Santander, con lo que las vistas (y la tranquilidad) están aseguradas. Además, en 2016 Morenés y Botín adquirieron una finca de 74.055 metros colindante con la suya, quizá para albergar a sus tres hijos, cada uno con su propia familia.
En su casa, según ella misma ha contado, la presidenta del Banco Santander cambia las verduras de los huertos de la zona por aceite. Se dedica a leer, dar paseos con su familia (sus hermanos tienen también casas por la zona), comer bien y olvidarse de su personaje unos días al año. También practica yoga y juega al golf, dos de sus grandes aficiones. Su marido es un gran amante del surf, actividad que, gracias a la bravura del mar Cantábrico, resulta fácil practicar en las playas cercanas a su casa. "Domingo con viento sur en Cantabria. Día perfecto para hacer surf… y el agua casi como en verano", escribía hace algo más de dos meses.
Botín disfruta de su casa siempre que las obligaciones se lo permiten. Durante el confinamiento eran frecuentes los lamentos de la banquera en redes sobre cuánto echaba de menos Cantabria. “Estas fotos las hicimos el verano pasado, son playas de Ribamontán al Mar, en Cantabria. Pronto podremos volver” o “Cosas que echo de menos: poder pasar un fin de semana en Cantabria y cenar en el chiringuito del Puntal”, la considerada mujer más poderosa de España expresaba sus ganas de poder regresar a la tierra que la vio nacer.
Aunque la presidenta del Banco Santander ha pasado buena parte de su vida residiendo en el extranjero, mantiene intacta esa pasión por la tierruca en la que vivió hasta los 13 años. Era unos de los puntos en común de Ana con su padre, el desaparecido banquero Emilio Botín.
Botín aprovecha también sus posts más relajados para reivindicar los negocios de la zona, desde las escuelas de surf a las carnicerías o los restaurantes. Es una manera de poner su granito de arena y de apoyar a alguno de los establecimientos que visita habitualmente, y no solo gastronómicos.
Empieza a ser tradición que Ana Botín escoja el puente de agosto para asomarse a sus redes y ofrecer algo de su intimidad familiar. Los seguidores de la presidenta del Banco Santander, que en Instagram superan los 50.000, están acostumbrados a verla combinar posts más 'institucionales' con otros en los que muestra su faceta más natural y familiar. Ella misma define sus intereses en este ámbito: "Mi familia, el banco, mis amigos/as, Cantabria y el desarrollo sostenible del mundo", y su perfil es un buen resumen de todas esas cosas.