Entramos en la fiesta del 50º cumpleaños de Olivia de Borbón: detalles, invitados y confidencias

Oilivia de Borbón celebró sus cincuenta años en el club Puerta de Hierro de Madrid, donde la intimidad estaba asegurada.

Su marido, Julián Porras-Figueroa, organizador de la fiesta, quería que hubiera sido sorpresa, pero con doscientos invitados este secreto era prácticamente imposible. Lo que no imaginaba la homenajeada era encontrarse con amigos que habían viajado desde varias ciudades de España y países de Europa y América para festejarla.

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M.L.G. Moro

Llegaron de Nueva York, Mónaco, Miami, Argentina, Londres y Alemania para disfrutar de una noche donde Juan Peña le dedicó varios de sus temas más conocidos, entre ellos ‘No me lo creo’, que cantó diez años atrás en la boda de Olivia y Julián. Y, por supuesto, el ‘Cumpleaños feliz’.

Olivia es hija de Francisco de Borbón y Escasany, duque de Sevilla, y de la añorada Beatriz Von Hardenberg zu Furstemberg. Nadie la conocía por su apellido de soltera. “Es impronunciable”, decía con su acento alemán que nunca perdió. Para todos era Beatrice de Borbón por matrimonio o la “duquesa de las ranas” por su afición a esos animales.

Su hija Olivia ha heredado su calidez. De su padre, el saber estar ante cualquier situación y el interés por la Historia.

Francisco de Borbón es familia en tercer grado de don Juan Carlos y escritor en sus ratos libres. Su tercer libro, que presentó hace un año en Marbella, son unas memorias que casi escribió por presión, como contaba a varios invitados en la fiesta de su hija, donde también comentó con Vanitatis su intención de retomar lo que define como su afición. “Quiero seguir escribiendo. Es una manera de mantenerse activo. Mis memorias son un legado para mis hijos y nietos, que conozcan la vida que me tocó vivir”.

La reunión festiva comenzó a las ocho de la tarde. Olivia eligió un diseño en terciopelo negro del modisto Herve Moreau, con el que mantiene una gran amistad: “Me hizo mi vestido de novia cuando trabajaba en Pronovias. Se independizó y a lo largo de los años hemos mantenido nuestra relación, que perdura en el tiempo. Tiene un gran talento, pero sobre todo es una extraordinaria persona”.

La elección por parte de Julián Porras-Figueroa del lugar para celebrar el cumpleaños tenía que ver con la intención de que fuera una fiesta familiar y de amigos donde no hubiera compromisos promocionales, como sucede a menudo. No había photocall y mucho menos marcas anunciantes. Todos los que acudieron lo hicieron por el cariño hacia el matrimonio, que tiene intención de instalarse después del verano en Madrid. “Hemos vivido muy bien y muy tranquilos en Marbella. Nuestros hijos han tenido esa suerte de poder desarrollarse en esos primeros años junto al mar. Ya son más mayores y pensamos que también es bueno para ellos volver a la capital”.

Además de la familia paterna y materna de Olivia, como su tía, la princesa Christa Von Hardemberg, y su prima, Fabrizia Ruffo di Calabria, estaban también sus suegros y los hermanos de Julián, que finalmente pudo relajarse una vez que tuvo todo controlado después de meses de organización de la fiesta, de la cual se encargó personalmente de todos los detalles.

Los invitados disfrutaron de una noche que estuvo animada por Carlos Moreno, conocido como ‘el Pulpo’, de la Cadena Cope.

Entre las caras conocidas que quisieron felicitar a la homenajeada estaban Valeria Mazza, su marido, Alfonso de Borbón, y su hijo, del mismo nombre, pareja de Eugenia Silva, Fiona Ferrer, que prepara lanzamiento empresarial a lo grande, el torero Tomás Rufo, la empresaria Maika Pérez de Cobas, Cristina Benetton, Daniel San Martín, Myriam Yébenes, Cristina Cifuentes, Santiago Antón Suances, Fernando Martínez de Irujo, Paloma Thomas de Carranza, Rocío Monasterio, Iván Espinosa de los Monteros, los hermanos Blanca y José Miguel Carrillo de Albornoz, Pareja Obregón, Sheila Loewe, Gonzalo de la Cierva, Patricia Olmedilla, que fue una de las mujeres más elegantes en la boda de Martínez-Almeida y Teresa Urquijo, y Sandra García-Sanjuán, creadora de Starlite, ya con la maleta casi para viajar a Sevilla, donde el lunes ya tiene organizado un fiestón en su caseta.

Isabel Gemio fue una de las invitadas más solicitadas y muchos de los que hablaban con ella no entendían cómo las grandes cadenas mediáticas no la fichaban. Su último trabajo en Onda Cero dejó una audiencia de un millón de oyentes, pero no sirvió para la renovación. “Así somos. Haces bien tu trabajo y parece que lo que no gusta a las empresas es que seas libre. Ya no me agobio con este tema. Cuando me preguntan por qué no estoy, lo cuento”.