Julieta Gracián, de niña del barrio a superestrella: "No hago música en catalán ni para reivindicar ni para que llegue"
Se ha convertido en una de las artistas emergentes más reconocidas en la escena urbana española y ahora se encuentra de promoción de su último single, 'Full Romance'
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Doce años después de las Olimpiadas de Barcelona, las piscinas municipales de salto de Montjuic volvieron a servir como escenografía para el último videoclip de Dua Lipa. Aunque fue Kylie Minogue quien primero las localizó para su tema ‘Slow’, la cantante angloalbanesa volvió a posicionar la panorámica de la ciudad condal.
Y las casualidades no existen porque la ‘Gen Z’ también tiene toque catalán. La escena catalana sigue impulsando nuevos artistas que hay que tener fichados, porque suelen ser apuestas seguras de éxito. Pasó con estrellas que ahora son de sobra conocidas como Rosalía o Bad Gyal. Ahora, la siguiente generación viene pisando fuerte y rompiendo barreras. The Tyets o Mushkaa, quien es además la hermana pequeña de la cantante de ‘Fiebre’, han conseguido colocar en las listas de éxitos sus temas en catalán.
Y junto a ellos se encuentra Julieta Grácian Salas, o más conocida artísticamente como Julieta. Nacida en Barcelona en abril de 2001. Nativa digital, del euro y de un mundo inspirado por Britney Spears y películas como ‘Mean Girls’. Influencias que no solo inspiran su universo, sino también sus letras. Al igual que la princesa del pop, ella compone temas muy personales con ritmos pop, electrónicos y urbanos.
Un imaginario que comenzó a crearse cuando estudiaba Ingeniería de Sistemas Audiovisuales y que culminó al llegar la pandemia cuando comenzó a componer sus primeros temas. “Hasta que no dejé la carrera, no me centré cien por cien en la música”, explica a Vanitatis. Una conversación con Julieta donde profundiza en quién está detrás de su carrera y de su éxito.
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¿Cómo fue la cuarentena para ti?
Sí. Justo me pilló la cuarentena cuando estaba de exámenes y los cancelaron todos. Con todo el tiempo libre y al encantarme la música, lo aproveché. Hasta entonces había medio producido alguna cosa con el programa GarageBand y dije ‘Me pongo en serio con el software Logic’. Empecé con tutoriales y a componer. Se lo enviaba a mis amigas y mis padres y me decían ‘está chulo’, pero en realidad era una basura en ese momento. Sin embargo, realmente me dieron un montón de apoyo y desde ahí, me motivé. Todo mi entorno estaba relacionado con el mundo audiovisual, por lo que me ayudaron a hacer vídeos caseros. Fue cuando todo comenzó.
¿Has recuperado esas canciones para algún EP?
No, pero lo quiero hacer. El primer tema que publiqué, ‘I és normal que sempre t'enyori’ (Y es normal que siempre te eche de menos), está grabado con un micro de 20 € en mi casa de una forma muy cutre porque lo hice todo yo. Tuve problemas con la distribuidora y ya no está en Spotify. Pero de ese tema, por ejemplo, me gustaría hacer una versión.
¿Una especie de Taylor’s Version?
Sí, sí, exacto. En realidad, la historia va un poco por ahí.
En estos cuatro años y echando la mirada hacia atrás, ¿cómo ha sido para ti?
Hasta que no me puse en serio y no dejé la carrera, considero que no me he centrado cien por cien en la música. En aquel momento todo lo hacía como un hobbie. El grado universitario lo dejé hace como un año y medio, así que desde entonces está siendo súper rápido, súper ‘loqui’. Aun así, mirando atrás, los últimos años también los miro con nostalgia, porque era más niña y estaba aprendiendo. No tenía ni idea de nada y era como experimentar. Lo veo con nostalgia de sentir que era divertido y todo era súper nuevo. A partir de ahí, ahora, descubriendo.
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Cuándo tu fama empezó a crecer, ¿cómo lo llevabas en clase?
Era raro. Yo era Hannah Montana, me iba a clase por la mañana en un ambiente de ingenieros con un ambiente muy diferente, otra manera de pensar. En la universidad estaba todo el rato hablando con mi mánager o a veces tenía que ir ya montada, vestida de artista, porque por las tardes me iba a estudio, tenía un concierto o una sesión. También me sentí bastante apoyada. No obstante, en el patio que teníamos noté que me miraban más, aunque la gente siempre ha sido muy respetuosa conmigo y podía llevar bien esas dos vidas.
Tanto en la Universidad como en el ambiente musical, te habrás encontrado con situaciones donde predominaban los hombres. ¿Has tenido que luchar en un mundo machista?
Sí, sí. Más el sentimiento de soledad, en el que a veces voy a un festival y me toca estar sola porque no hay ninguna otra chica. Yo creo que por eso en Cataluña tuve mucha suerte de ir con Mushkaa, con quien me he unido mucho. Es importante porque puedes hablar de estas cosas y apoyarnos las unas a las otras porque queda un montón por cambiar. No obstante, en mi entorno, lo que es mi entorno, sí que es verdad que trabajo con muchos hombres, pero aún así es un ámbito confiable y donde puedo estar súper tranquila. Puedo decir lo que quiera, que me escucharán. Sí qué, cuando salgo de mi entorno, a veces, vas a un festival y le hablas al técnico de sonido y no presta atención. Por ejemplo, en un show en Mallorca, no funcionaba una cosa y estuve literalmente una hora y media diciendo lo que pasaba, hasta que vino otro técnico, se lo dijo y fue como ‘Vale, te lo tiene que decir otro hombre para que le hagas caso’.
Mushka, The Tyets, Oques Grasses y tú. ¿Qué crees que ha cambiado para que grupos o cantantes catalanes consigan llegar a los puestos más altos de las listas, algo que que antes era impensable o difícil?
Yo creo que la cosa es que hemos empezado a hacer pop. Al final, hasta ahora no existía. En Cataluñael género que ha predominado ha sido el rock. Los inicios de la música en catalán son muy reivindicativos dentro de un contexto un poco político también en el discurso. Nosotros simplemente hemos empezado a hacer música pop y a hablar de las cosas que nos pasaban. Voy a una discoteca y me enamoré, como cosas muy terrenales, muy diarias. Yo creo que más gente que quizá antes no conectaba con la música catalana, ha conectado ahora.
Habéis conseguido lo que Shakira no consiguió con su versión de ‘Boig per tu’
Esa versión es genial. Creo que hemos conseguido mucho y estoy súper contenta. Yo no hago música en catalán como para reivindicar ni para que llegue más lejos. Yo creo que eso al final es una consecuencia de que para mí el catalán sea mi lengua materna. Es en la que hablo con mi madre y con mis amigas. Por eso, si llega lejos, yo estoy contentísima y es un efecto que le va bien a la lengua. Siempre ha sido una lengua minoritaria y está en peligro de extinción.
Hubo cierta polémica con Lluis Llach, que afirmó que “Si utilizas la lengua castellana haces cultura castellana desde Cataluña” y que lo que hacían artistas como Alizz no era música catalana. ¿Cómo lo percibes tú?
Yo creo que, durante muchos años, la música catalana solo se percibió en un género. Antes solo había un género y creo que, a día de hoy, la música abarca muchos estilos de mucha más diversidad. Yo entiendo que es música que está en catalán pero que tiene mucha pluralidad dentro. No me gusta el límite de esta música en un idioma porque no le encuentro el sentido. Antes solo había un tipo de gente que lo hacía, pero ahora siento que es más amplio.
¿Alguna vez te han sugerido que cantes en castellano porque te beneficiaría?
No, nunca, la verdad. Alguna vez algún comentario me he encontrado en YouTube, pero a mí todo el mundo siempre me dice que haga lo que quiera. El éxito de cada uno es algo relativo y para cada persona es una cosa diferente. En mi caso, es hacer lo que Julieta es. El catalán es algo súper importante para mí porque lo hablo con mis amigos, pero el castellano también porque lo hablo con mi padre desde siempre. Yo creo que tampoco tendría éxito si fuera todo en castellano. A mí me gusta así, pero no sé, mi vida de repente cambia.
¿Te planteas ahora vivir en Madrid?
De momento no, porque me gusta mucho estar en Barcelona y para mí es muy importante. Allí vivo con mis padres y puedo comer con mis amigas. Soy muy de ir por casa, por el barrio. Me encanta venir a Madrid y es una ciudad en la que he vivido incluso una temporada, un mes. Me gustó mucho pero por temporadas. Me tendría que adaptar un poco y ahora conozco a más gente. Ahora vengo cada semana.
Y ya tienes a Belén (Aguilera)
Exacto, ya tengo grupo y me encanta.
¿Cómo fue París?
Fue súper exprés porque me invitaron al desfile de Paloma Wool, fui con mi estilista y conocí a Aitana ahí. Coincidimos en el desfile de Palomo Spain. A mí me encanta el mundo del fashion que requiere un montón de tiempo, porque es algo que a mí, de cara al futuro, me gustaría tener presente.
¿Te gustaría protagonizar titulares por tus estilismos?
Me encantaría. A mí me da igual que la gente opine sobre mis looks y me gusta crear mi personalidad con la moda.
¿Te has vuelto a encontrar con Aitana?
Sí, estuve con ella en uno de mis viajes a Madrid, donde coincidimos en un evento. Me cae súperbien.
¿Habrá canción juntas?
Quizás sí, ¿quién sabe? A mí me encantaría. Es un buen dúo.
Tu último single, ‘Full Romance’, se parece un poco a ‘Training Season’ de Dua Lipa, con quien vas a compartir cartel en el ‘Mad Cool’.
Sí, yo creo que ahora el rollo pop-sport tira un montón. Es una nueva ola y ahora cantantes como Tate McRae, Dua Lipa o yo tiramos por ahí. De hecho en el videoclip ‘Illusion’ vimos luces y cosas parecidas, pero salió después que el mío.
Doce años después de las Olimpiadas de Barcelona, las piscinas municipales de salto de Montjuic volvieron a servir como escenografía para el último videoclip de Dua Lipa. Aunque fue Kylie Minogue quien primero las localizó para su tema ‘Slow’, la cantante angloalbanesa volvió a posicionar la panorámica de la ciudad condal.