La herencia millonaria de José Ferrer, patriarca de Freixenet y creador de sus burbujas
Fallecido el miércoles a los 99 años, seguía activo en diversas empresas familiares de cifras estratosféricas. Impulsó la internacionalización del cava y sus famosos anuncios
No había Navidad sin el anuncio de Freixenet, sin saber qué súperfamosos iban a protagonizarlo y sin ver bailar a sus bellas burbujas. La idea de crear esas pequeñas películas navideñas -Martin Scorsese llegó a dirigir una- fue de José Ferrer Sala, quien a sus 99 años seguía siendo el copresidente de honor de Freixenet. Eso dice mucho del personaje, fallecido este miércoles en Sant Sadurní d’Anoia, cuna bodeguera, donde había nacido en 1925.
Ferrer Sala seguía el ritmo de la empresa de su familia y de tantas otras: su nombre aparece en decenas de sociedades de las que muchas siguen en activo, y en las que seguía siendo consejero, socio, administrador y hasta presidente. Su herencia es pues millonaria, claro, pero también empresarial, cultural y social.
Porque Ferrer Sala cambió la manera de ver el cava en el mundo. Fue el responsable de la internacionalización del espumoso a base de trabajo e ideas. Y entre esas ideas, la de los famosos anuncios de las burbujas de Freixenet en las que aparecían famosos de la talla de Kim Basinger, Christopher Reeve y Sharon Stone, junto con estrellas patrias como Norma Duval, Inés Sastre y el equipo olímpico de natación de sincronizada.
"Porque te gusta viajar"
Su sobrino, José Luis Bonet (hijo de Pilar Ferrer Sala), también copresidente de honor de Freixenet, escribía este jueves, en un sentido obituario en ‘La Vanguardia’, cómo Ferrer Sala había internacionalizado el cava a pesar de las reticencias del sector. Escribe Bonet: “En una reunión sectorial a principios de los años 70, tras conocer los planes de internacionalización de Freixenet, el resto de productores le espetaron: ‘A ti, José, porque te gusta mucho viajar, pero sabes perfectamente que nunca exportaremos una botella de cava’. En la actualidad, la empresa produce más de 110 millones de botellas de las cuales vende en el exterior el 75%”.
Freixenet es un grupo bodeguero que nació en la comarca del Penedès a finales del siglo XIX y principios del XX, que se mantuvo en manos de la familia hasta que en 2018 se dio entrada a un socio estratégico, el grupo alemán Oetker (su filial vinícola Henkell), que adquirió el 50,07% del capital. La firma había sido fundada décadas antes, decíamos, en 1861, cuando la empresa familiar Casa Sala, germen del actual grupo, fue fundada por Francesc Sala Farrés.
1914, año clave
La marca en sí nace en 1911, gracias al matrimonio formado por Pedro Ferrer Bosch -de Casa Freixeneda- y Dolores Sala Vivé -nieta del fundador de Casa Sala-, quienes unen sus fuerzas para crear una dinastía del vino y cava: en 1914 se lanza la primera botella de la firma. La empresa estuvo en manos de las mujeres de la familia durante años, después de que el padre y el hermano mayor de José Ferrer fueran fusilados durante la Guerra Civil. Entonces, Dolors Sala y sus hijas, Carmen, Pilar y Dolores (conocida como la tía Lola) se pusieron al mando de la empresa mientras el único chico, José, el hereu, se formaba.
Ese hereu es el protagonista de nuestra historia, el hombre que agarró las riendas de la empresa familiar -siempre con el apoyo de la poderosa tía Lola, fallecida en 2013- y la exportó a medio mundo con ideas trasgresoras que pocos entendieron en su momento. Fue el creador de las marcas Carta Nevada (1941) y Cordón Negro (1974), cavas que usaban botellas blancas y negras, y se convirtieron en símbolo del lujo en los años del tardofranquismo.
Alianza internacional
La citada alianza entre Freixenet y Henkell supuso una crisis familiar y de imagen en su momento; no todos los herederos Ferrer Sala estaban de acuerdo y hubo divisiones que terminaron con algunos de ellos fuera del grupo tras vender su participación. Ahora es todo lo contrario: la sociedad registró ingresos récord en 2022, con un aumento del 8,5% de la facturación, hasta 1.181 millones de euros. Es el hijo de José Ferrer, Pedro Ferrer Noguer, quien tomó las riendas del negocio familiar y quien celebró los últimos datos del grupo. “Ambas partes estamos satisfechas”, declaró en la presentación de los resultados.
José Ferrer Sala deja a su muerte varias empresas en manos de sus cuatro hijos, Pedro, Mercedes, María Dolores y José María, y 14 nietos. Los cuatro vástagos que José tuvo con su ahora viuda, Gloria, mantienen cargos en las empresas familiares como FourFer2018 SL, presidida por el patriarca, con Pedro como consejero delegado y el resto de hermanos como consejeros. Esta sociedad, con activos de más de 11 millones de euros, dedica su actividad, cómo no, al sector vinícola.
También Ferrer Sala SL, sociedad con un capital social de 468.000 euros y patrimonio millonario, de la que José Ferrer y Gloria Noguer eran los administradores solidarios junto a su hija Mercedes. El resto de hijos son apoderados. De esta empresa pende la inmobiliaria Rentagal SA, también de la familia Ferrer Noguer. Aquí son los cuatro hijos quienes tienen cargos en la sociedad: todos son administradores solidarios a excepción de María Dolores, que es apoderada. Rentagal, cuya matriz es, como decíamos, Ferrer Sala SL, tiene activos por más de nueve millones y medio de euros.
Hombre de letras
El copresidente de honor de Freixenet fue también miembro del Consejo Consultivo del Fomento del Trabajo Nacional, del consejo asesor de la Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación de Barcelona y de la Fundación Bosch i Gimpera (UB). Era también miembro de los patronatos del Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC), de la Fundación Orfeó Català-Palau de la Música Catalana, de la Fundación Gran Teatre del Liceu, de ESADE, y profesor del IESE.
Lo decía su sobrino en el citado escrito: “José Ferrer ha sido una figura irrepetible que ha encarnado como nadie la fórmula de las tres ‘t’ que conducen al éxito: talento, trabajo y tenacidad. Empresario de raza, autodidacta y lector empedernido con vastos y variados intereses intelectuales”.
No había Navidad sin el anuncio de Freixenet, sin saber qué súperfamosos iban a protagonizarlo y sin ver bailar a sus bellas burbujas. La idea de crear esas pequeñas películas navideñas -Martin Scorsese llegó a dirigir una- fue de José Ferrer Sala, quien a sus 99 años seguía siendo el copresidente de honor de Freixenet. Eso dice mucho del personaje, fallecido este miércoles en Sant Sadurní d’Anoia, cuna bodeguera, donde había nacido en 1925.
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