La reina Matilde de Bélgica, una burbuja Freixenet en su cena de gala en Portugal
Los reyes belgas se encuentran realizando una visita de Estado en el país del fado. Durante la cena de gala, la consorte deslumbró con su estilismo y la tiara de laurel
Felipe y Matilde de los belgas se encuentran realizando una visita de Estado desde este lunes hasta el próximo miércoles a nuestra vecina república de Portugal para estrechar los lazos históricos que unen a ambos países. El rey calificó esta oportunidad de “única” para reforzar sus relaciones en el turístico Palacio de Belém, en Lisboa.
Durante la primera jornada se celebró la cena de gala en el Palacio Nacional de Ajuda, antigua residencia oficial en la capital lusa de la extinta familia real portuguesa durante el siglo XIX y la primera década del XX. La alta diplomacia es buena amiga del boato. El presidente luso, Marcelo Rebelo de Sousa, quiso agasajar a sus ilustres invitados con un banquete de Estado.
La reina, que cumplió el pasado mes de julio cinco años en el trono como consorte, lució para la ocasión un vestido largo recto (con pequeña cola) en color champán, de recatado escote barco y cuajado de cristales que le hacían brillar como acostumbra. El bling-bling (brilli-brilli) monocroma siempre convence en este tipo de ceremonias.
Como principal adorno, Matilde eligió la conocida como tiara del laurel (su nombre es Brabant, como la región belga). Una joya de estilo clásico confeccionada en platino y diamantes talla brillante en 1912 por Hennel & Sons. Un regalo que la reina recibió con motivo de su compromiso con el entonces príncipe Felipe de un grupo de aristócratas belgas en 1999. La pieza puede ser lucida también como gargantilla, como demostró en la boda de los duques de Cambridge, Kate y Guillermo.
Durante el día, Matilde lució un elegante vestido de seda gris perla-esmeralda (según le diese la luz) con liviano abrigo de encaje a juego, todo de Armani, que combinó con un tocado de rafia de Phillip Treacey para protegerse de los rayos del sol durante su paseo (incluido viaje en el histórico tranvía) por los barrios más céntricos de la capital lusa. El miércoles, los reyes, acompañados de su séquito de 170 personas (representantes del Gobierno belga y organizaciones empresariales y culturales), viajarán a Oporto antes de regresar a la fría Bruselas.
Felipe y Matilde de los belgas se encuentran realizando una visita de Estado desde este lunes hasta el próximo miércoles a nuestra vecina república de Portugal para estrechar los lazos históricos que unen a ambos países. El rey calificó esta oportunidad de “única” para reforzar sus relaciones en el turístico Palacio de Belém, en Lisboa.