La discreta ruptura de Ernesto de Hannover y la artista Claudia Stilianopoulos
El aristócrata alemán y la artista española ponen fin a tres años de una relación marcada por la libertad y la falta de ataduras
Puede que a un sector de nuestras lectoras escuchar el apellido Hannover les remita hacia la histórica dinastía alemana que lideró Gran Bretaña hasta los tiempos de la reina Victoria y que hoy sigue teniendo una gran influencia en la aristocracia europea.
Puede que a otro sector solo les evoque aquel paseíllo dramático que realizó Carolina de Mónaco en la boda de los hoy reyes Felipe y Letizia, escondida bajo su sombrero y sola después de que su marido Ernesto se quedara indispuesto (eufemismo) en un hotel de Madrid pagando las consecuencias de la noche anterior. Después de aquello aún quedarían cinco años para la separación oficial de la pareja, que nunca se ha divorciado oficialmente.
Aunque sí han rehecho sus vidas con otras personas. En el caso de Ernesto de Hannover, el aristócrata alemán ha mantenido varias relaciones sentimentales desde su sonada ruptura con la princesa monegasca, aunque ninguna ha llegado a buen puerto. Tampoco la última y la que parecía más encauzada: la que ha mantenido desde 2021 con la artista española Claudia Stilianopoulos, hija de Pitita Ridruejo.
Tal y como ha podido saber Vanitatis, la pareja ha roto de la misma forma discreta y fuera del foco con que comenzó su relación. Ernesto y Claudia se conocieron durante un verano en Ibiza y desde entonces mantuvieron una relación a distancia "marcada por el espíritu libre" de ambos. Los periodistas españoles fueron los primeros en darse cuenta de que algo más que la familia llamaba la atención de Ernesto de Hannover en España, pues sus visitas empezaron a multiplicarse y no siempre eran para ver a su hijo Christian, quien reside y trabaja en Madrid.
Desde entonces, han sido varias las ocasiones en las que el aristócrata alemán y la artista han sido fotografiados juntos en actitud cariñosa. Las últimas ocasiones en que pudimos verla fue acompañando a Hannover durante sus sucesivos ingresos hospitalarios de la pasada primavera. A juzgar por las imágenes, Stilianopoulos mantenía una relación muy cordial con la familia de Ernesto.
Salvo por cuestiones artísticas, Claudia Stilianopoulos no suele conceder entrevistas. La última fue con 'Forbes Women', a finales del año pasado. Allí, habló de su trayectoria artística, que empezó con una tiendecita en la calle Almirante y que hoy, tras una etapa de parón, ha vuelto a retomar con fuerza.
Claudia es uno de los tres hijos que tuvo Pitita Ridruejo con el diplomático Mike Stilianopoulos. Criada bajo el ojo público, la artista decidió exiliarse de la esfera mediática para sumergirse en su oficio: fundó muy joven la marca Casa de Clo (hoy deClo), desde donde empezó a realizar piezas monumentales en hierro, muebles escultóricos y lámparas que entraron en ferias internacionales como Maison & Objet en París y conquistaron mercados de Los Ángeles, Arabia o Inglaterra. Tras años de pausa obligada para cuidar de sus padres (fallecidos con pocos años de diferencia) y dedicada a restaurar el hogar familiar, a finales de 2024 anunciaba su regreso gracias al impulso del colectivo artístico de Prosperidad, recuperando su taller/hangar como espacio creativo y compartido.
En la conversación con la citada revista, donde no abordó su relación con Hannover, Claudia reveló sus planes de expansión hacia el óleo y la figura humana, así como la digitalización de su obra tridimensional para realidad virtual y formatos 3D. También habló de su pasión por viajar y de su impetuosa voluntad de “apuntarse a todo”. La artista tiene dos hijas, Casilda y Olivia, fruto de su matrimonio de 16 años con el también artista Juan Garaizábal.
La biografía de Ernesto de Hannover es mucho más conocida. Nacido en 1954, ha ejercido desde 1987 como jefe simbólico de la Casa de Hannover, heredera de una de las dinastías más antiguas de Europa. Aunque ya no posee poder político alguno —pues la monarquía alemana quedó abolida tras la Primera Guerra Mundial—, su papel conlleva la administración de un amplio patrimonio histórico —castillos, propiedades rurales, fondos artísticos— y el mantenimiento del legado dinástico. Con su matrimonio con Carolina de Mónaco, su perfil mediático ganó en proyección internacional, aunque su autoridad como cabeza familiar se ha visto seriamente cuestionada en los últimos años.
Ha mantenido un largo conflicto con su hijo mayor, llamado también Ernesto Augusto, fruto de su primer matrimonio con Chantal Hochuli. En 2004 y años subsiguientes, el padre le transfirió anticipadamente numerosos bienes patrimoniales, incluidos castillos históricos como Marienburg, Calenberg o Herrenhausen, con la idea de asegurar una sucesión tranquila.
Sin embargo, las tensiones estallaron cuando el primogénito decidió disponer de algunas propiedades —por ejemplo, mediante la venta simbólica del castillo de Marienburg por un euro al Estado alemán— lo cual provocó reclamaciones judiciales de Ernesto padre para recuperar el control de esas posesiones. En 2022, un tribunal de Hannover desestimó la demanda paterna, respaldando que las cesiones ya consumadas permanecieran bajo la órbita del hijo (aunque cabe apelación).
Ernesto de Hannover tiene otro hijo de ese primer matrimonio, Christian, casado con la bella peruana Sassa de Osma. La familia reside en Madrid, donde Christian de Hannover ha construido una carrera sólida en el sector inmobiliario. Ernesto tiene una tercera hija fruto de su boda con Carolina de Mónaco, la princesa Alexandra, con la que apenas mantiene relación.
Lejos de los focos y del ruido mediático que acompañó buena parte de sus vidas, tanto Ernesto de Hannover como Claudia Stilianopoulos parecen haber optado por mantener su ruptura con la misma reserva con la que vivieron su historia.
Puede que a un sector de nuestras lectoras escuchar el apellido Hannover les remita hacia la histórica dinastía alemana que lideró Gran Bretaña hasta los tiempos de la reina Victoria y que hoy sigue teniendo una gran influencia en la aristocracia europea.