Pareja sorpresa royal: Ernesto de Hannover y la hija de Pitita Ridruejo

Corría el pasado mes de julio cuando el aristócrata se dejaba ver por Ibiza, semanas después de haber ingresado voluntariamente en una clínica de desintoxicación en Austria para tratar sus adicciones tras ser condenado a diez meses de prisión en suspenso por resistencia a la policía, lesiones y amenazas. Ahora ha trascendido que fue en la isla donde Ernesto de Hannover habría comenzado una relación con la artista Claudia Stilianopoulos, hija de la fallecida socialite Pitita Ridruejo.

A sus 67 años, el aún marido de la princesa Carolina de Mónaco, con la que nunca llegó a firmar los papeles del divorcio, ha protagonizado un gran cambio estos últimos meses, en el que su nueva amiga puede haber jugado un papel importante. Lejanos parecen sus últimos problemas con la ley, y recientemente le hemos podido ver ejercer de cariñoso abuelo en Formentera con sus nietos mellizos, los hijos de Christian de Hannover y Alessandra de Osma.

Muy juntos y entre gestos cariñosos aparecen Ernesto y Claudia en unas imágenes que publica la revista '¡Hola!', junto a las que la publicación asegura que están pasando mucho tiempo en Madrid y ambos están muy ilusionados. Eso sí, citando fuentes cercanas a la pareja afirman que "es pronto para hablar de noviazgo", ya que aún "se están conociendo".

Claudia Stilianopoulos forma parte de los tres hijos que tuvieron el diplomático filipino Mike Stilianopoulos y Pitita Ridruejo, fallecida en 2019. La conocida escritora no solo fue un referente en el aspecto social, sino también en el cultural y religioso al conseguir que la Iglesia reconociera las apariciones marianas en El Escorial.

Criada en un entorno artístico y cosmopolita, Claudia nació en Madrid en 1973. Apodada Clo por su madre, destaca a nivel profesional en los campos de la escultura y la pintura. En 1998 fundó su primer proyecto de decoración y arte, una firma bautizada como Casa de Clo, en la que vendía obras de arte, muebles y piezas de interiorismo. Gozando de amplio reconocimiento internacional, ha destacado también por sus 'muebles escultura', realizados a menudo con obras recogidas en la calle.

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En lo que respecta a su faceta sentimental, estuvo casada con el artista conceptual Juan Garaizabal, con el que tuvo dos hijas y una relación que duró diecisiete años.

Ernesto de Hannover, por su parte, aporta a esta incipiente relación dos hijos fruto de su primer matrimonio con Chantal Hochuli y la hija que tuvo con Carolina de Mónaco, la princesa Alejandra de Hannover.

En el horizonte ahora para el aristócrata, más allá de que el amor haya vuelto a sonreírle, está un asunto escabroso: el juicio que el mes que viene le enfrentará en el Tribunal Regional de la capital de Baja Sajonia a su primogénito Ernesto júnior, actual gestor del enorme patrimonio de la familia.

En total, son unos cinco millones de euros los que reclama el príncipe alemán a su hijo y que corresponderían a varias propiedades que, hace unos años, decidió donarle como heredero de la Casa Güelfa.