Las ‘tops’ de los 90 rescatan sus tacones

Claudia Schiffer y sus amigas desempolvan sus tacones. Aunque hace años que se bajaron de las pasarelas para casarse y formar una familia, las míticas top models de principios de los años noventa pisan con fuerza. Pese a que rondan los cuarenta, se han convertido en el reclamo publicitario más rentable de grandes empresas de cosmética y moda. No cobran tanto dinero como antes, pero siguen manteniendo la silueta, una cuenta corriente muy saneada y una lista de contratos que ya querrían algunas de las modelos del momento. Durante un tiempo desparecieron, pero ahora viven una segunda juventud (Ver álbum).

Claudia Schiffer es el prototipo de modelo reciclada. A sus 38 años, casada y madre de dos niños, le llueven literalmente las ofertas de trabajo con marcas de primer orden. Aunque ella es muy selectiva y sólo acepta sesiones de fotos que no le alejen mucho de su familia. Dolce & Gabbana, que apuestan por lo seguro en tiempos de crisis, la han elegido como imagen para su colección crucero 2009. En las imágenes de la campaña, la top es toda sensualidad y no tiene nada que envidiar a las veinteañeras que inundan las pasarelas.

En julio, la alemana posó para la campaña otoño-invierno Chanel pese a que en una ocasión, Karl Lagerfeld dijo sin gran acierto que estaba pasada de moda. Con una peluca negra, volvió a demostrar que todavía tiene cuerda para rato. Tampoco hay que olvidar que es imagen de las colecciones de Salvatore Ferragamo, donde la última vez ejerció de modelo para el fotógrafo Mario Testino. A esto hay que sumar su colaboración con Yves Saint Laurent y Louis Vuitton para esta temporada otoño-invierno y para la poderosa L’Oreal. Pero también asiste a estrenos y fiestas. Que Valentino se jubila… pues de viaje a Italia. Que hay una fiesta en Nueva York… a buscar vestido.

Aunque sus compañeras de los noventa no gozan del mismo éxito, tampoco se quedan cortas. Linda Evangelista, a sus 43 años, hace tiempo que se bajó de la pasarela. Su mítica frase de “no me levanto de la cama por menos de 10.000 dólares diarios” pasó a la historia, así como su imagen camaleónica. Tras un tiempo dedicada a causas humanitarias, ha sustituido a una modelo mucho más joven como imagen de Prada. Además, y porque ella lo vale, cobra suculentos contratos de Germaine de Capuccini y L’Oreal.

Menos oportunidades

Cuando le quedan pocos meses para cumplir cuarenta años, Christy Turlington, otra de las grandes tops de los principios de los noventa, aprovecha su nuevo momento de gracia. Pese a que durante muchos años sólo fue imagen de algunas firmas de cosméticos, ahora se ha fijado en ella Escada, con quien trabajó en la última campaña de primavera. Madre de dos hijos, cuenta con varias empresas que gestiona desde su Estados Unidos natal. Cindy Crawford tampoco se ha querido quedar atrás. A sus 42 años, la reina del aerobic en vídeo ha acaparado la portada del último número de Vogue Francia gracias a su imagen sensual. A estas alturas ya no tiene complejos. Hasta ahora, estaba dedicada a sus hijos y a su empresa de muebles, aunque quizás le llueva alguna que otra oferta como a sus amigas.

Helena Christensen, la modelo más enigmática y hermética, confesó que su vida comenzó cuando se bajó de las pasarelas. Aunque está prácticamente apartada de la moda, ha posado para algunas revistas. Hace unas semanas, posó ligerita de ropa  para la marca de lencería Agent Provocateur. También colabora ocasionalmente con otras marcas que no son de primera línea.

Pero hay modelos que no han parado de trabajar ni un minuto. Elle McPherson, que no era tan famosa en su época como sus compañeras, se convirtió en empresaria para crear sus propias colecciones. En cambio, Naomi Campbell, a sus casi 40 años, es una auténtica superviviente. A día de hoy, todavía no se ha quitado los tacones. Sigue desfilando en las mejores pasarelas del mundo por cifras astronómicas. Y ya lo ha dicho. No sé retirará hasta que haya otra modelo de color tan famosa como ella. ¿Llegará algún día esa fecha?