El hijo DJ de Tom Cruise y sus propinas de 50 euros en Madrid

A los hijos pinchadiscos del poder y del show business internacional les gusta Madrid. El primero en aterrizar en la capital de España, hace unos meses, fue Pierre Sarkozy, que ejerció de dj en Gabana, la discoteca del barrio de Salamanca donde organizaron sus despedidas de solteros Ana y José María Aznar Botella, Borja Thyssen o el duque de Feria, entre otros.

Ahora ha sido Connor, hijo adoptivo de Tom Cruise y Nicole Kidman, el que ha amenizado con su música la noche madrileña. El joven, de 18 años, pinchó durante algo más de una hora este pasado jueves en Gabana, ante sus seguidores. En la sala, ni un famoso a la vista, porque esa noche era de pago absoluto. Según ha podido saber Vanitatis, Connor cobró 12.000 euros por su trabajo, además del viaje y la estancia en la suite del Hotel Wellington, donde no pidió nada estrambótico.

Cruise Kidman no bebe, no fuma y sólo bebe té verde a todas horas. “Es un chico muy educado, que no molesta a horas inconvenientes al servicio de habitaciones”, explican a Vanitatis los que le han tratado en este viaje. También fue generoso y, aunque todo estaba pagado, las propinas corrieron de su cuenta a razón de cincuenta euros por petición. El hijo de Sarkozy, en cambio, no soltó ni medio franco en su visita.

El jamón, su pasión española

Connor llegó con el suficiente tiempo a Madrid para hacer ruta turística. Se paseó por El Retiro y visitó las tiendas de la Milla de Oro del barrio de Salamanca. Aunque tenía a su disposición guía y coche, no los utilizó. Según han confirmado a Vanitatis, “no ejerce de hijo de famoso y su trato es muy amable. Le gusta el fútbol. “Conozco a jugadores de la selección española como Iniesta e Iker Casilla”, ha confesado el propio Connor en una pequeña entrevista concedida a Vanitatis.

Es un entusiasta de la comida española y la primera vez que comió jamón fue en la visita que le hizo a su madre Nicole Kidman cuando la actriz rodaba en España Los Otros, la película de Alejandro Amenábar. Desde ese día parece que el pata negra es su debilidad.

Su afición musical le viene desde pequeño, como explica él mismo a Vanitatis: “Me encanta escuchar música, me tranquiliza. A los 14 años me di cuenta de que lo que me cautivaba era seleccionar y mezclar temas. Empecé a prepararme para ser DJ, una actividad que me apasiona. A mis padres también les gusta lo que hago y cuando se lo dije recibí todo su apoyo”.

De los autores y cantantes españoles no conoce mucho, salvo artistas internacionales como Julio Iglesias. “Aunque mi preferido es Placido Domingo, al que respeto y admiro profundamente”, afirmaba horas antes de su actuación en Madrid, que preparó a conciencia. “Siempre superviso personalmente las cuestiones técnicas para que no haya ningún fallo”. Connor dejó un buen sabor de boca a todos los que lo trataron. Seguramente repetirá experiencia.